CAPÍTULO VEINTIOCHO: Esa muñeca, en juicio.

803 98 46
                                    

20 de Abril, 1890. 

Londres, 3:15 pm.

—¡Hey! Has regresado antes, tal como pensé —lo recibe de buen humor, dentro de una amplia tienda.

La mayor parte del frente es de vidrio, dejando a la vista los productos del interior. Dentro de las paredes azules, estantes de libros y algunas cosas poco comunes se posan a la venta de quienes visitan el lugar. Al fondo, un mostrador de cristal con un joven muy animado de encargado.

—Bueno~, las cosas tomaron un rumbo diferente —comenta divertido mientras se adentra a la tienda— ¿Tuviste algún tipo de problema?

—Dejando de lado que una de ellas intento arrancar carne de mi hombro, no hubo problemas —sonríe amistoso y el contrario ríe— ¿Iras a revisarlas? —el shinigami asiente.

Ambos se dirigen al sótano, el cual no parece exactamente eso. Es bastante limpio e iluminado y las paredes celestes le dan un toque más gustoso. Un estante y cajonera con diversos objetos ocupan el lugar al fondo. En el centro del amplio sótano, tres mesas de metal mantienen encima un ataúd en cada una.

—¿Tienes algún problema con que me quede aquí? —cuestiona revisando el contenido de los ataúdes.

—Hmm, no —responde despreocupado, manteniendo distancia— Pero, ¿por qué dejaras tu negocio?

—Heh, heh. Tuve varios problemas durante el viaje.

—¿Además del iceberg?

—¿Sabías del iceberg? —interroga sorprendido dirigiéndole la mirada. Su acompañante asiente con una risilla— ¿Y no me dijiste?

—No preguntaste —se encoge de hombros— Nyahahaha no me mires así, eres aún más aterrador.

—No diré nada más solo porque cuidaste bien de ellas —comenta indiferente, con una joven de cabellos rosas mordiéndole el brazo, con sus ojos vendados y una herida a lo ancho de su frente. El contrario mira fijamente aquella escena. 

—¿No te duele?

—Hah, hah, para nada —contesta, tranquilo, mirando con cierta calidez a la chica que lo muerde.

—Te ves muy animado, estas omitiendo algo, ¿no?

—Jih, Jih. Sí —hace una pausa con una expresión de total serenidad en su rostro— La encontré —murmura audible. El contrario arquea una ceja.

—¿A quién? —cuestiona desentendido.

—A mi muñeca —comenta sonriente. La noticia causa asombro y confusión a su acompañante. Aquello carece de sentido— Hay un cambio de planes —cambio de tema de forma repentina— Por eso dejare mi negocio. Tendré a gente buscándome, así que necesito un lugar donde esconderme.

—Y vas a venir a mi pacifico hogar —sonríe de lado.

—Gyahahaha ¡por favor! ¡Tú de pacifico no tienes nada! ¡Eres siniestro en el fondo! —el contrario sonrió de lado ante la verdad de aquellas palabras.

—¿Qué hay de tú trabajo con Osiris? —entona curioso.

—Que se las arreglen ellos solos —pronuncia con total desinterés hacia la organización— Yo tengo cosas más importantes que hacer ahora.

—Bien —comenta con la expresión perdida— No entiendo nada, pero ya me explicaras. Quédate en cualquiera de las tres habitaciones de arriba —comienza a subir las escaleras— Yo regreso al trabajo.

Las notas de Eileen 『Undertaker』Where stories live. Discover now