CAPÍTULO CUARENTA Y TRES: Esa shinigami, interrogada y avergonzada.

656 80 19
                                    





03 de Junio, 1890.

Al final la vergüenza no mata. Estuve horas hablando con Undertaker hasta que se quedó dormido, de pronto él simplemente ya no me siguió la conversación y fue cuando noté que se quedó dormido con la cabeza en la almohada sobre mis piernas. Seguí jugando con su cabello un rato más hasta que vi que realmente cayo en un sueño profundo. Estaba tan tranquilo que parecía estar muerto, cosa que me dio un escalofrío. Por mi parte seguí sin dormir, había dormido bastante estos días, no me caería mal que hoy no lo hiciera. Me dijo tantas cosas que me dejaron pensativa. Sucedió tanto mientras yo no estuve.

Por ejemplo, algo que me sorprendió bastante, fue cuando me contó que lo arrestaron bajo la sospecha de haber sido él mi asesino. Dijo estar un par de días encerrado hasta que mi hermana Eira se enteró de lo sucedido. Me cuesta un poco imaginar a mi hermana menor yendo personalmente a sacar a Undertaker de la cárcel, sin embargo, es seguro que debió haber hecho un drama a la policía por semejante acusación. Él dijo que fue divertido estar en la cárcel, no entiendo que podría tener de divertido ese lugar.

También me contó que conoció a mi padre y mi hermano menor. No puedo creer que él si conozca a Eilert y yo no. Debido a que me fui de Suecia y jamás regresé, nunca conocí a mi hermano pequeño, sabía que había nacido, pero solo eso.

Aproveche la plática y busque confirma algunos pensamientos. Recuerdo perfectamente un reporte de un par de humanos que fueron mutilados y su muerte llego años antes de lo previsto. Ahora sé que esas personas son los secuestradores que tuve con anterioridad. La manera en la que Undertaker me confirmo que los asesino fue algo siniestra. Tuvimos una pequeña discusión porque jamás le conté sobre ese asunto, al final pasamos a otros temas, como que conoció a mi bisabuelo, Carl Jonas y que de hecho él tuvo mucho que ver con que yo este con Undertaker ahora. He decidido intentar ponerme en contacto con él en unas horas.

Luego hablamos de lo que nos espera de ahora en adelante como shinigamis desertores. Sé que van a buscarnos, no sólo por el hecho de desertar y librarnos del castigo de nuestro pecado suicida, sino porque tenemos a Linn y Astrid en un estado casi perfecto a pesar de que ellas no tienen un alma. Este asunto causaría un desbalance entre los vivos y los muertos, ya que, ellas lucen igual a una persona normal. Estamos yendo en contra de la naturaleza de la existencia de un ser, eso es algo que los superiores no van a ignorar. Además de que aun poseo mi death scythe.

Undertaker también me cuestiono sobre mi entrenamiento como shinigami, ya que considera extraño que en menos de un año ya estuviera capacitada. Le expliqué la situación en la que estaba la rama sueca cuando yo me convertí en shinigami, que Jonas me entreno específicamente para combate y recolección, sin descanso. Le hablé sobre los compañeros que tuve y fue ahí cuando el sueño comenzó a pesarle hasta ganarle.

De vez en cuando se remueve incómodo y hace gestos de desagrado, supongo que ha de tener un mal sueño o pesadilla.

Sin darme cuenta del paso del tiempo, la ligera luz del día comenzó a colarse por la ventana, ahora podía verlo con más claridad. La manga larga de su brazo derecho esta algo doblada, dejando a la vista parte de la piel de su brazo, cosa que veo por primera vez. Puedo notar que también tiene marcas como la de su cuello y rostro, comienzo a dudar, aún más, que sean cicatrices comunes.

Las notas de Eileen 『Undertaker』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora