CAPÍTULO CINCUENTA Y DOS: Un adiós y un juramento.

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3 de Febrero, 1891. 

El invierno ha comenzado a desaparecer muy lentamente. Los días son un poco más soleados y también más tristes. La he observado todos estos días, tratando de aparentar que no sucede nada, queriendo ocultar que su corazón late en depresión y que su mirada ya no luce tan radiante como antes.

Estoy viendo cómo se divierten mientras preparan la comida, las tres juntas son... Algo muy especial de ver. Cada una tiene una personalidad muy diferente a la de las otras, pero encajan perfectamente para llenar de alegría sus corazones.

Recuerdo haberme cuestionado mucho por qué los humanos suelen sufrir tanto ante la partida de alguien más. Sé que yo también fui humano, pero a diferencia de Eileen, yo deserté sin mis memorias. Me volví sepulturero porque quería entender esa etapa de sufrimiento de los humanos, saber porque, la gran mayoría, detesta la muerte. Un suceso que tarde o temprano a todos les llega, entonces, ¿por qué sufrir tanto por algo que saben perfectamente que va a ocurrir? Día tras día vi reacciones muy diferentes en el cementerio: dolor, tristeza, desesperación, soledad, inexpresividad, incluso alegría. Cada humano percibe la muerte de diferente forma y eso me causaba curiosidad, hasta ese día. Primero perdí a una amistad bastante cercana e importante, aquello fue mi primera prueba de que el lazo shinigami-humano es mortal, pero lo ignore por completo, me negué a aceptar que algo como eso fuera real y acepte la muerte de Vicent Phantomhive como algo que ya estaba predestinado a suceder y que no tenía nada que ver conmigo.

La gente que más sufrían en el cementerio, eran aquellos o aquellas que fueron separados de sus parejas; un tema que yo desconocía bastante. Había tenido mis compañías en mis primeros años como desertor, antes de ser sepulturero, pero jamás hubo una humana que lograra hacerme entender el sufrir de aquellas personas que yo vi cuando enterré a sus parejas. Tampoco llego a pasarles nada por haber estado conmigo, siguieron viviendo bastante tiempo, así que di por hecho que el rumor de la llamada "Defunción de Amor" era totalmente falso. Pero todo cambio varias décadas después, cuando conocí a Eileen. Mi preciosa muñeca.

Me enamore tanto de ella que no quería si quiera poner en duda su bienestar por estar conmigo. Fue en ese entonces cuando me cuestioné nuevamente si la muerte de Vicent había sido por la cercanía que tuve en su vida. Mis dudas aparecieron y decidí que, por amor a Eileen, no dejaría que nuestros lazos fueran demasiado cercanos. Por eso le oculte cosas, le mentí, e intente evitar tener mucha cercanía con ella. Sin embargo, fue imposible, necesitaba de ella de una forma temible y entonces... murió.

Y me culpe de su muerte hasta perder la poca cordura que me quedaba.

Ahora sé que fue mi culpa, ella me conto lo que el tal William le dijo; tres décadas. Le arrebate tres décadas de su vida solo por amarla y desearla para mí de forma romántica y egoísta. Aunque bueno, ella termino alterando su destino en el último minuto, pero aun siendo ambos shinigamis, desertar nos condena a la desgracia.

Es gracias a todo esto que ahora entiendo su posición actual: dejarlas ir. Aun no soy capaz de reanimar un cuerpo a la perfección, quien sabe cuánto tiempo más me lleve hacer eso, ni si quiera puedo asegurar que lo lograre. No quiere verlas morir de nuevo, la entiendo perfectamente, yo tampoco quisiera ver su cuerpo sin vida de otra vez. El solo pensarlo me causa inquietud y miedo. Sin embargo, no me gusta verla así. Pidió estar con ellas unos días más, yo le di su espacio, que este con ellas todo el día si quiere. Crea sus últimas memorias a su lado y aunque parece muy feliz, en las noches la he visto y escuchado maldecir por lo bajo, en un murmullo que se pierde en el silencio. Llora de forma tranquila, se limita a perderse en sus pensamientos y dejar que las lágrimas salgan sin límites. Realmente Linn y Astrid significan todo para ella y viceversa. Incluso yo les he tomado cierto aprecio.

Las notas de Eileen 『Undertaker』Where stories live. Discover now