Capítulo 38

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UNA GRANDIOSA IDEA


SUMMER

Con brusquedad, estampo mi trasero una vez más contra el suelo, mientras dejaba escapar un suspiro.

—¿Te han dicho que eres muy bueno en enfrentamiento cuerpo a cuerpo? —pregunto, viendo que se sentaba a mi lado, igual de agotado que yo.

—Pero no te vencí.

—¿Y? —sonrío— Me diste mucha pelea y créeme que no muchos logran hacerlo.

—Entonces es bueno saber que soy un buen contrincante para la futura Luna.

Ladeo una sonrisa, pero no digo nada más.

Solo veo como Ben ordenaba a otra pareja para que se levantaran y combatieran.

Samuel no es la primera persona que remarca que seré la futura Luna de la manada y sé que no será la última, pero la pregunta sería, «¿yo quiero tener el cargo?»

Quiero decir, no es que no quiera serlo, porque daría mi vida por mi familia y por la protección de la manada, pero dentro de mí siento que no me lo merezco. Sé muy bien que para ser la Luna de una manada, primero debería tener a mi compañero a mi lado y de igual manera, que él provenga de un linaje real. Como muchos de aquí sabrán, Liam será el futuro alfa y como encontró a su pareja, ambos liderarán la manada.

Entonces, «¿por qué siguen pensando que seré la Luna?»

Tristan liderará al lado de Liam, no yo.

No quiero ser simplemente la Luna de la manada porque soy la hija de la actual Luna, no es correcto y tampoco quiero aceptarlo.

—¡Cuidado! —gritó Camila en nuestra dirección.

Cuando giro mi cabeza, veo como una piedra venía volando hacia dónde nos encontrábamos. De inmediato nos levantamos y corrimos en la dirección contraria hasta que finalmente, la piedra impactó contra un árbol.

—¿¡Quieres matarnos, mujer!? —pregunto, mirándola.

Camila carcajeó.

—¡Lo lamento! —se disculpó, pero no estaba para nada arrepentida— ¡Estoy aprendiendo! ¡Tendré más cuidado la próxima vez! —informó en general, para después volver su atención a quién le estaba enseñando, que ahora puedo ver que también se había integrado Zack.

—Tengan todos sus sentidos activados. —suspiró Ben.

—¿Esa es una cabra y un pato? —pregunta Samuel, confundido.

De inmediato miro hacia dónde estaba mirando, y veo que Rixon se encontraba caminando tranquilamente por los alrededores, junto con Donald y los cachorros.

—Sí, es Rixon, mi hijo.

Me miró. —¿Tu hijo?

—Sí, ¿no ves el parecido? —pregunto, burlona.

Samuel sonrió y sacudió su cabeza.

Un segundo después, recuerdo que no había alimentado a Rixon.

«Ay, mi Dios, soy una pésima madre.»

—Cuando tengamos que volver a pelear me avisas, ¿okey? —le pregunto, mientras me levantaba de mi lugar— Tengo que hacer algo primero.

—Ajá, no hay problema.

Sin más que decir, camino hacia mi casa pero rápidamente desvío mi camino hacia la casa de Ben, recordando que la vez que los dejamos al cuidado de Laila, también le habíamos dejado su comida.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora