Capítulo 5

130K 9.8K 2.8K
                                    

EL PRIMER ENCUENTRO



Bufo una vez más, totalmente aburrida de la soledad. Habían pasado varios minutos o tal vez horas desde que el guardia se había ido, y he de decir que el hambre volvió a surgir, hasta tal punto de oír rugir a mi propio estómago.

«¿Cómo era posible que tuviera más hambre? ¡Había comido hace un par de horas, maldición!»

Sin embargo, no podía controlar mi hambre. Y, si nadie me traía comida, posiblemente comenzaré a auto comerme, y podría comenzar con mi dedo meñique, el cual está medio deforme, por lo que definitivamente no lo iba a extrañar para nada.

Dirijo mi mirada hacia mi dedo mencionado.

—No eres tú —niego con pesar —, soy yo. —musito —Uno de los dos tendrá que sacrificarse —hablo con seriedad — y está claro que tú serás el que se sacrificará, porque vamos..., eres muy deforme, amigo mío. Hagámosle un favor al mundo y vamos a desaparecerte. — Acerco lentamente mi dedo hasta mi boca, pero me detengo bruscamente al oír como la puerta del lugar se abría fuertemente. —Oh, mira, te has salvado —le murmuro, mirándolo con una sonrisa —, al parecer es tu día de suerte.

Joder, definitivamente debía de irme.

«¡Estaba volviéndome loca! Aunque para ser honesta, siempre lo he sido. No sé porque sigo sorprendiéndome».

—¿Me traen comida? — Inquiero, alzando mi vista hacia la puerta del calabozo.

Enmudezco por unos segundos al ver a un hombre inmóvil en la parte de afuera, mirándome fijamente.

«Era jodidamente ardiente.»

Su presencia transmitía mucha seguridad, mientras que su semblante era de alguien dominante e intimidante, y su mandíbula bien definida lo hacía ver mucho más..., ardiente, «no me cansaré de decirlo». Sus músculos se amoldaban bastante bien en la camisa de vestir que traía puesta, aunque no era lo único que había llamado mi atención.

«¿Cómo era posible que su cabello totalmente despeinado se viera tan, pero tan bien?»

Sacudo ligeramente mi cabeza, obligándome a volver a la realidad.

«¡Deja de pensar en el ardiente hombre que tienes enfrente! ¡Enfócate, Nora!»

Me levanté de mi lugar, notando de inmediato como el hombre recorría su mirada por todo mi cuerpo, sin ninguna pizca de disimulación.

Sin poder evitarlo, abro mi boca. —Me halaga que no puedas evitar mirarme, pero te recomendaría que comiences a disimular, porque posiblemente a algunas chicas les sea incómodo que las miren de esa manera —le comento, cruzándome de brazos —. Oh, mira, tienes algo ahí... —Me señalo la comisura de mi labio, para después señalarlo a él, causando que el hombre alzara su mano para tocar su propia boca. —, es saliva, límpiate.

Esboza una sonrisa, aun sin decir palabra alguna. Lo próximo que hizo fue abrir la puerta del calabozo, sin utilizar ninguna llave.

«Esperen. ¿¡La puerta estuvo abierta todo este tiempo!? ¿¡Es en serio!? ¡Podría haber salido desde un principio! Jodida mierda. Definitivamente mi mente piensa puras estupideces, en vez de pensar como debería».

El hombre no duda en caminar rápidamente hacia mí, causando que diera unos cuantos pasos hacia atrás por la impresión que me daba su acercamiento, pero la pared detrás de mi espalda me obligó a detener mi andar de forma brusca. Ahora lo tenía enfrente de mí, a centímetros de mi rostro.

Mi respiración comenzó a acelerarse, pero rápidamente trato de controlarla, tragando saliva.

—Mía. — Habla con una voz gruesa y bastante profunda, aunque tal vez la podría catalogar como una voz malditamente orgásmica.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora