Capítulo 34

87.5K 6K 695
                                    

ATRACCIÓN FÍSICA



DOMINIC

Suspiro con molestia al ver como Ben entra a mi despacho con una nueva nota en su mano.

—Tenemos que hacer algo, Dominic. No podemos permitir que siga asesinando como si nada. —menciona, dándome la nota— Varias mujeres han sido atacadas en esta última semana.

—Tendré que ir por él. —le digo, abriendo la nota— Tengo que terminar con esta mierda de una buena vez.

Arrugo el papel después de ver que decía algo similar a lo que me ha dicho hasta ahora. Siempre era malditamente lo mismo. Quiere dañar a Nora, pero jodidamente no lo hará, no mientras siga con vida.

«Mierda, hasta en la muerte la protegería.»

—¿Cómo lo harás? No sabes dónde encontrarlo. Nosotros lo hemos intentado, pero nadie ha visto o escuchado nada. —me recuerda.

—Puedo encontrarlo. Aunque me va a llevar tiempo hacerlo. —admito, con mi mirada perdida.

—Bien. —murmura, soltando un suspiro— ¿Cuándo nos vamos?

—No, tú te vas a quedar aquí. Cuidarás a Nora en mi ausencia. —le ordeno, llevando mi mirada en su dirección— Intentaré no demorar demasiado. Además, si es que no puedo encontrarlo, no seguiré con su búsqueda.

—¿Irás tú solo? —me pregunta— Dominic, puede ser una maldita trampa. No puedes arriesgarte de esa forma.

—Lo sé, maldita sea. —digo, despeinando ligeramente mi cabello— Pero no puedo quedarme aquí sin saber por qué sigue asesinando sin parar, en vez de aparecer de una puta vez. Necesito hablar con él. Y tú te quedarás con ella. Y por favor, no le digas a dónde me fui. —suspiro— No quiero que se sienta culpable por las muertes de aquellas mujeres, ni mucho menos que sienta temor por este imbécil que la está amenazando. Yo lo solucionaré.

—Bien, pero lleva compañía. Me importa una mierda que seas el Alfa. —asegura, señalándome con advertencia— Y ahora debo irme, mi compañera me necesita. —me informa, a medida que caminaba hacia la puerta.

—Cuida cómo me hablas, idiota. La próxima vez te patearé el culo. —lo amenazo— Estate atento, porque luego te informaré cuando sea el momento de irme.

—¿A dónde te irás? —pregunta Nora, entrando a mi despacho, pero su mirada se centró en Ben— ¿Te han dicho lo mal que te queda el rubio? —le pregunta a mi beta, mientras comía un emparedado.

—Nadie me lo ha dicho, envidiosa.

Ella esboza una sonrisa burlona.

—Jamás envidiaría a un rubio oxigenado.

Ben la mira muy ofendido. Sin decir nada sale completamente de mi despacho.

—¡Para tu información es natural! —le grita, sin poder guardarlo.

Ambos soltamos una carcajada.

—Adoro molestar a tu beta. —me informa, a medida que cerraba la puerta.

—Oh, créeme, lo he notado. —le digo, recostando mi espalda contra mi asiento.

Miro descaradamente su cuerpo cuando comienza a caminar en mi dirección. Hasta la palabra bellísima le quedaba corta. Toda ella era una obra de arte. Y sabía que jamás me iba a poder acostumbrar a su belleza.

Al llegar a mí, hace girar mi silla a un lado para que de esa forma, pueda sentarse en mi regazo.

—Hola, lobito. —me saluda, esbozando una pequeña sonrisa.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora