Capítulo 38

82.9K 5.7K 723
                                    

UN NUEVO DESCUBRIMIENTO


Dominic se separa un segundo, y aún sosteniéndome contra él, rompe su camiseta, al igual que su pantalón, quedándose en ropa interior. Acto seguido, vuelve a estampar su boca contra la mía, demostrándome cada gota de excitación que estaba sintiendo por mí.

Toma mi nuca con su mano y con la otra, la posa en mi trasero, para luego, sentir como poco a poco, se sienta en el suelo, con su espalda contra la pared. Apoyo mis rodillas en el suelo y me acomodo encima de él, a horcajadas.

Ambas manos se dirigen a mi sostén y rápidamente, lo apartan de mi cuerpo, rompiéndolo.

Me separo de él, mirándolo con reproche.

—¿Puedes dejar de romper mi ropa?

—Luego te lo compensaré. —me garantiza, llevando su boca a mi cuello, haciendo que tirara mi cabeza hacia atrás, dándole más acceso a mi piel— Joder, te necesito como no tienes idea, bellísima. —murmura, besando la marca que me hizo.

Abro mi boca, sintiendo una maravillosa sensación en todo mi cuerpo. Mi pecho subía y bajaba, siéndome malditamente difícil respirar con normalidad. Aún así, no me importaba en lo más mínimo, solo sentía como todo mi cuerpo se relajaba por completo y le permitía a Dominic hacer lo que quisiera conmigo.

Toma mi cadera y aprieta ligeramente mi piel. Me sentía muy excitada, de una manera en la que no había estado nunca. Hasta podría decir que la sensación abrasadora que estaba sintiendo, era mucho mayor a la que había sentido la primera vez en la que había estado con Dominic.

Siéndome inevitable detenerme, tomo sus hombros y lo obligo a impactar su espalda contra la pared, para luego, besarlo con suma desesperación, pero no me quedé en su boca por mucho tiempo, sino que al segundo, descendí mi boca por la piel de su cuello, queriéndolo saborear por completo.

—¿Qué me está sucediendo? —le pregunto, volviendo a alzar mi mirada para conectarla con la de él— ¿Por qué me siento así? ¿Por qué no puedo apartarme de ti ni por un segundo? No sabía a dónde estaba caminando cuando salí de la habitación, —admito, con mi respiración acelerada, al igual que la suya— pero aún así, pude llegar a ti. ¿Cómo pudo pasar?

—¿Aún no te has dado cuenta? —pregunta, volviendo a posar su boca en mi marca— Tus ojos... —murmura— La forma en la que me encontraste sin saber verdaderamente dónde estaba. —agrega, tomando mi rostro y colocándolo a milímetros del suyo— Y todo lo que estás sintiendo ahora mismo. No es nada comparado con lo que una vez has sentido, porque de cierta forma, cada sentimiento que aparezca dentro de ti, vendrá con una potencia mucho más elevada que lo normal. —me explica, queriendo que sea yo la que dé la respuesta a mi pregunta.

Frunzo ligeramente mi ceño, pero sin pensarlo demasiado, la respuesta vino a mí de forma inmediata.

—Loba.

Una sonrisa apareció en sus labios al oírme hablar.

—Sí, bellísima. Eres una loba. No del todo, pero poco a poco está apareciendo. —declara— Pero ahora, dejaremos la charla para otro día. Necesito estar dentro de ti. Necesito volver a oírte gemir. Es lo que más anhelo en este momento. —murmura, para luego, volver a besarme, sin permitirme decir algo más.

Ahogo un gemido al sentir como sus manos comenzaban a subir, hasta darle suma atención a mis pechos. Tomo su nuca, obligándolo a permanecer en mi boca.

Si realmente era una loba, lo cual era una noticia que no me esperaba para nada, podía comprender todo lo que me estaba sucediendo, porque a fin de cuentas, era el primer día de la época de celo y le afectaba tanto a él como a mí de la misma forma.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora