Capítulo 8

120K 9.3K 1.6K
                                    

ESCAPE FALLIDO



—Mierda. —musito, soltando un bufido.

Lentamente me giro en dirección a la voz, pudiendo ver de esa forma a Dominic, a una distancia considerable de mí. Él me estaba mirando con suma atención, únicamente esperando una explicación de mi parte.

—Hola —lo saludo, sonriéndole con inocencia —, tanto tiempo, amigo mío. ¿Todo bien? ¿La familia? ¿Cómo están todos?

—¿A dónde ibas? — Inquiere, ignorando mis preguntas.

—Iba al supermercado. —Le respondo, cruzándome de brazos, al igual que él.

—¿Por qué te fuiste sola, y sin avisar?

—Cuando sienta que tenga que darte explicaciones, créeme que lo haré, galán. —le menciono, sin borrar mi sonrisa, aunque más que inocente, era desafiante.

Él suspira, frustrado. —Vámonos, Nora. —me dijo, dispuesto a caminar hacia mí para obligarme a ir con él.

—No, —hablo con seguridad — no me iré contigo, ni con nadie. Mira, —musito, mirándolo con atención — a ti te agradezco por haberme sacado del calabozo. Y a tu amigo dile que es un maldito idiota por haberme encerrado ahí. También dile que si lo vuelvo a ver que tenga cuidado porque le lanzaré cualquier objeto que tenga cerca. —amenazo abiertamente a su amigo — Ahora bien, realmente debo irme de aquí, así que deja de insistir para que vuelva contigo porque definitivamente no lo haré. ¿Está bien, o necesitas que te lo dibuje para que lo entiendas?

Por un momento ansío que elija la segunda opción, porque de esa forma podría dibujar detalladamente lo que le haría al idiota de Ben por haberme encerrado en ese calabozo inmundo.

—No, nada está bien, ni tampoco es necesario que me lo vuelvas a explicar, porque lo he entendido bien, pero no puedo dejarte ir —niega, con su mirada un tanto perdida —, no ahora que te he encontrado. —murmura para sí mismo.

«Demonios, creo que se terminó enamorando perdidamente de mí. ¿Tan irresistible me veía como para que un hombre tan jodidamente ardiente como él, se enamorara con tan solo unas pocas palabras, y habernos visto unos diez minutos aproximadamente?»

—Lo siento, galán, pero ni tú ni nadie podrá detenerme.

Vuelvo a voltearme para seguir mi camino, pero no pude dar más de dos pasos puesto que Dominic rodeó mi cintura con uno de sus brazos, deteniendo por completo mi andar.

—Lo siento, bellísima, pero ni tú ni nadie podrá detenerme en llevarte conmigo. —murmura en mi oído.

—¿Tu fachada de ser mi salvador se fue a la mierda, no es así? ¿Ahora me vas a secuestrar tú también?

—Nadie te está secuestrando.

—Te informo que si me obligas a volver al pueblo, me estarías secuestrando, porque lo estás haciendo en contra de mi voluntad.

Él me suelta y rápidamente me voltea para tomar mi rostro con una de sus manos, obligándome a unir nuestras miradas.

—No quiero hacerlo, pero si no lo hago, tú te irás. —murmura, casi a su pesar.

—Obviamente que me iré —le afirmo, alejando su mano de mi rostro —, nada hará que me quede, mucho menos tú porque no te conozco. Tampoco conozco a nadie en este pueblo, ni en esta ciudad ni en este maldito país. ¿Por qué tan siquiera crees que me quedaré?

—Lo harás. —respondió con seguridad.

—¿Por qué? —le inquiero, dando un paso hacia atrás.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora