Capítulo 24

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UN EXTRAÑO SUEÑO



SUEÑO DE NORA

Hago un mohín al sentir que estaba acostada en un lugar tremendamente incómodo.

Mi espalda dura era la que me confirmaba el hecho de que me encontraba en el suelo.

—¿Qué es lo que estás haciendo, zanahoria? Ella se despertará sola, tú no puedes obligarla. —habla una voz lejana, la cual pertenecía a una chica.

«¿Acabó de llamar a alguien zanahoria? ¿Cuándo me despierte por completo, veré a una zanahoria parlanchina?»

Si es que antes no había muerto, ahora definitivamente lo había hecho.

—Tenemos que despertarla, estúpida. No tenemos tiempo. —oigo como otra chica le respondía, o en este caso..., como una zanahoria le respondía.

—Mierda. Tienes razón. —le da la razón— ¿Cómo la despertamos?

—No lo sé. ¿Tengo cara de adivina?

—Eres una hechicera, zanahoria.

—Tú igual, estúpida. Y deja de llamarme de esa manera. Es un apodo estúpidamente largo. —bufa la zanahoria, frustrada.

—No, es un apodo genial. Tú porque eres una envidiosa que aún no ha encontrado un apodo para mí. —se burla de la zanahoria.

Lentamente comienzo a recobrar la conciencia mientras la extraña conversación continuaba.

—Si me dices zanahoria una vez más, te empezaré a decir... —piensa—, banana.

—¿Qué? —le pregunta la banana, soltando una pequeña carcajada—. ¿Banana, es en serio?

—Sí, muy en serio. Eres rubia platinada, tiene lógica. —se excusa la zanahoria.

«¿Qué demonios estaba sucediendo? ¿Zanahoria? ¿Banana?»

Frunzo inconscientemente mi ceño a medida que abría al fin mis ojos, dándome cuenta de inmediato de que mi espalda tenía toda la razón, pues realmente estaba acostada en el suelo.

«¿Qué estaba haciendo aquí? ¿En serio no podía haber despertado en una cómoda cama como cualquier persona?»

—Cuanta originalidad, zanahoria. —comentó, burlonamente.

—Mira quién habla, banana.

Alzo mi mirada, logrando ver a dos chicas frente a mí. Posiblemente tenían mi misma edad, o tal vez más.

Una de ellas era pelirroja «seguramente sea zanahoria», mientras que la otra era rubia «alias banana».

Al ver que me movía, las dos dejaron de hablar rápidamente.

—Hola, preciosa, —me saludó la pelirroja, manteniendo una sonrisa amable en sus labios— mi nombre es Aurora.

—El mío es Annabelle, es un placer. —se presenta la rubia.

—¿Hola? —murmuré con confusión, tratando de entender lo que estaba sucediendo.

Aurora me alcanza una de sus manos, permitiéndome ver la presencia de algunos anillos en sus dedos.

—Sabemos que posiblemente te sea extraña toda esta situación, —comienza a decir, mientras me decidía en tomar su mano para poder levantarme— pero créenos cuando te decimos que a pesar de que es un sueño, realmente estamos aquí, hablando contigo.

—¿Estamos en un sueño? —le pregunto atónita, dando unos cuantos pasos hacia atrás.

—¿En serio, zanahoria? ¡La estás asustando! —le reprocha la rubia.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora