Capítulo 14

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FELIZ CUMPLEAÑOS


Frunzo ligeramente mi ceño al sentir como comenzaba a tener el control de mi cuerpo, y lograba sentir lo incómodo que era el lugar en dónde estaba acostada.

«¿Dónde demonios estaba?»

Muevo un poco mis dedos y dejo escapar un pequeño quejido cuando me muevo un poco y noto que sin importar a dónde me moviera, no me sentía cómoda.

—Summer, cariño. —habló una voz femenina— Por favor, mi vida. Despierta.

Abro mi boca, sintiendo de inmediato lo seca que estaba. Pero sin que hubiera necesidad de que dijera algo al respecto, escucho como alguien ponía agua en un vaso y caminaba en mi dirección.

—Aquí tienes agua, princesa. —me informa la voz de mi padre.

Lentamente, abro mis ojos, pudiendo ver a mi padre delante de mí, mi madre a su lado y mi hermano del otro lado de la camilla.

Frunzo de nuevo mi ceño.

«¿Qué fue lo que sucedió?»

—Ven, te ayudo. —murmuró mi hermano, ayudándome a sentarme y al hacerlo, mi padre me alcanzó el agua— Lo logramos, hermanita. Lo hicimos. —suspiró, aliviado.

De inmediato, recordé absolutamente todo.

«Oh, mierda.»

Sí que fue un día muy movido.

Agarro el vaso y comienzo a beber agua con cuidado.

«Realmente espero que se sienta mejor. Para ser sincero, no sabría que hubiera pasado si no lo lográbamos. Pero estoy seguro de que si por alguna razón ella no hubiera salido, yo tampoco lo habría hecho.» La voz de mi hermano invadió mi mente.

Me atraganto con el agua, ocasionando que todos se preocuparan por mí.

—¿Qué pasa, hija? ¿Estás bien? —preguntó mi madre, queriéndome tocar, pero rápidamente me siento mejor y aparto la mano de Liam.

—No, espera. —digo, alzando mi mano en su dirección— No me toquen.

—¿Por qué? ¿Qué estás...? —pregunta mi padre, preocupado, pero lo interrumpo.

—Es uno de mis poderes. —admito— Todavía no lo puedo controlar. Pero por lo que sé, cada vez que alguien me toca, sus pensamientos invaden mi mente. —suspiro, mientras recuesto mi espalda contra la pared— No te tenía muy cariñoso conmigo, hermanito. —digo, esbozando una sonrisa burlona— ¿Por qué no solo aceptas que me amas?

Mi madre y padre carcajearon, pero Liam solo bufó, aunque sabía que se aliviaba de ver que volvía a ser la de siempre.

—No tengo que aceptar nada, adoptada.

—¿¡Por qué no me dejan entrar!? —grita alguien, fuera de la habitación— ¡Es mi mejor amiga de la que estamos hablando! ¡Estuvo a punto de pasar a la otra vida, así que no me digan que me relaje, porque es un tema muy serio! ¿¡Acaso no te pondrías igual cuando un familiar está casi muerto en el hospital y te prohíben la entrada!? —gritó mi adorada mejor amiga, quién minutos antes, en mi sueño, me había obligado a no despertar— ¿¡Qué importa que dijera que era mi mejor amiga y no mi familiar!? ¡Que sea mi mejor amiga la convierte en mi familiar!

Río.

—¿Pueden decirle que la dejen entrar? —pregunto y veo como Liam camina hacia la puerta— Si no lo hacen, probablemente alguien saldrá herido.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora