Capítulo 23

102K 6.5K 462
                                    

SIN RESPUESTAS


Era una anciana y su cabello completamente blanco era lo que más se destacaba de ella. Desde que había entrado, en ningún momento dirigió su mirada hacia mí, sino que mantenía su vista en Nora.

«¿Qué diablos está haciendo ésta señora aquí?» No tenía ningún jodido sentido.

—¿Quién es usted? ¿Qué está haciendo aquí?

Ella se mantiene en silencio, solo dedicándose a mirarla dormir.

Sabía muy bien que me había escuchado, pero aún no me hablaba.

Unos segundos antes de que volviera a hablar, la señora voltea a verme, pero sin demorar tanto, vuelve a mirarla.

—Es tan hermosa... —menciona con dulzura—, y a la vez tan poderosa. Nunca hubiera imaginado que Karla había tenido una hija —comenta, ignorando mi confusión—, lo tenía muy bien oculto. Sin embargo... —me mira—, ella no puede estar aquí. Se está exponiendo demasiado. Tiene que venir conmigo, lo antes posible.

Frunzo mi ceño al oír sus palabras, mucho más cuando dijo que debía irse con ella. ¿En serio creía que iba a dejar que se la llevara sin ninguna explicación? En realidad, ni con una buena explicación dejaría que se la llevara.

Nadie más la separaría de mí lado.

—Ella no se irá a ningún lado. Ni con usted, ni con nadie. —le decreté, mirándola con frialdad— Si esa era su intención desde un principio, le sugiero que vuelva por donde vino.

—Dominic, no seas tan egoísta. —insistió, frustrada— Ella tiene que saber quién es en realidad. Tiene que aprender a controlarse. Ser consciente de lo que es capaz de hacer. Si se queda aquí será una pérdida de tiempo, porque ninguno de ustedes podrá ayudarla si no saben a lo que verdaderamente se enfrentan. Y si no logra controlarse antes de tiempo será mucho peor para ella, pero también para todo aquel que se encuentre a su alrededor. —menciona, mirándome con seriedad— No puedes pensar únicamente en ti, Dominic. También deberías de pensar en ella. Tienes que entender que es su derecho saber la verdad.

—Usted no se la llevará a ningún lado. — Vuelvo a repetir, negándome a cambiar de opinión. — Si tiene que contarle esa verdad tan importante que debe de saber, puede decírsela aquí, sin necesidad de llevársela.

La bruja bufa, demostrando la escasa paciencia que estaba teniendo.

—Debes comprender, Dominic. Necesito llevármela. —me implora, aún mostrándose frustrada— Necesito que venga conmigo a mi pueblo. Serán un par de horas, no más.

—No. —le digo, con detenimiento— Ya lograron separarla de mí una vez..., y no lo harán una segunda vez.

—No depende de ti. Tarde o temprano, ella tendrá que venir conmigo y ni tú ni nadie lo impedirá. — Termina de decir, y antes de que lograra agregar algo más, la bruja hace un movimiento con sus manos, logrando que en menos de un segundo desapareciera de mi vista, dejando una última ráfaga de viento dentro de la habitación, ocasionando que la ventana se abriera con brusquedad.

Bufo irritado, a medida que me acercaba a la ventana para volver a cerrarla. Cuando logro dejarla como antes, escucho un movimiento detrás de mí.

Me volteo rápidamente, dándome cuenta de que Nora se estaba comenzando a despertar, moviendo lentamente e incómodamente su cuerpo, sin encontrar una postura cómoda.

—Mmm. —balbucea, sin dejar de moverse.

Camino hacia su dirección para poder sentarme a su lado, a una distancia considerable para no abrumarla.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora