Capítulo 26

104K 6.9K 795
                                    

LA VERDAD REVELADA



Lentamente comienzo a recuperar la movilidad de mis extremidades.

Primero muevo mis brazos para que de esa forma pueda obligarlos a mover mi cuerpo para un lado, permitiéndome dar cuenta de que me encontraba «una vez más» en una cómoda cama. En segundo lugar, muevo mis piernas, queriendo apartar las sábanas de mi cuerpo.

Me sentía cómoda, pero sentía demasiado calor.

Luego, me quedo unos segundos sin hacer nada, solo esperando a que mi consciencia vuelva a funcionar correctamente y cuando sucedió, mi cuerpo inmediatamente se sentó de forma brusca, recordando de forma rápida lo que había vivido.

Abro mis ojos, observando detalladamente mi alrededor. Era la habitación de Dominic. «¿Cómo demonios llegué aquí?»

«¿Realmente había sucedido aquella conversación en la cascada, o todo fue un sueño?»

Miro mi mano y sin tan siquiera pensarlo golpeo fuertemente mi mejilla, causando que me volviera a acostar.

«Bien, al menos podía asegurar de que esto no era un sueño».

Abro mi boca, haciendo un par de muecas con el fin de tratar de calmar el dolor de mi mejilla. «Joder, me había golpeado muy fuerte». Tal vez para la próxima vez trataré de buscar otro método indoloro para determinar si estaba o no en un sueño.

Vuelvo a sentarme en cuanto escuché como la puerta era abierta.

—Nora, —me nombra Aurora, sonriéndome— has despertado al fin.

«No, definitivamente lo de antes tampoco había sido un sueño».

—Lastimosamente. —murmuro, haciendo una pequeña mueca.

—¿Cómo te sientes? —me preguntó, mirándome con un destello de preocupación— Me refiero a cómo te sientes después del dolor que tuviste que sentir, que por lo que nos comentó Dominic, no fue la primera vez que viviste algo así.

Me vuelvo a acostar.

—Bien, como me he sentido cada vez que terminaba de sentirme de esa forma. —le respondo, sin tener ganas de vivir.

Ella suspira.

—También quería disculparme. No tendríamos que haberte obligado a tomar una decisión, ni mucho menos que te enteraras de lo de tu madre de esa manera tan brusca. —se disculpa con sinceridad, al mismo tiempo que decidía sentarse en la esquina de la cama en la que me encontraba acostada, con todas las frazadas revueltas— No fue la forma correcta de contártelo, pero a fin de cuentas debías de enterarte de la verdad.

—¿Por qué no solo me llevan al aeropuerto? Así puedo volver a mi casa. —le propongo, soltando un suspiro— Mi padrastro debería de estar buscándome, o al menos Nini.

—No puedes irte, Nora. Y no lo digo únicamente por mí, —puntualiza, sin desviar su mirada de la mía— ni por Dominic, lo digo por ti. Tú misma no querrás irte cuando tengas la oportunidad, porque tu lugar está aquí. Tu hogar siempre estuvo aquí.

—Mi hogar era con mi familia —bufo, volviéndome a sentar—, no aquí en un lugar que nunca he visto en mi vida. No conozco a absolutamente nadie. No sé quién eres tú, ni mucho menos sé quién es Dominic. ¿Cómo podrías decir que este es mi hogar? —le pregunto, mirándola como si tuviera dos cabezas.

—No esperaba que lo entendieras ahora mismo, —me sonríe— pero sí espero que logres entenderlo después de que te contemos la verdad.

La puerta una vez más es abierta y por ella aparece Dominic, con una bandeja repleta de comida, mientras que detrás de él entraba también Annabelle.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora