—Pasare por ti e iremos juntas ¿está bien?

—Creí que fingías estar ocupada en la escuela para no lidiar con los regaños de Dinah. ¿Qué paso?

—Todo paso. —Nicolette suspiró pesadamente. —Pero eso no es importante. Te lo contare luego ¿está bien? Ahora vístete y cepilla tus dientes, pasaré por ti en cinco y tienes que estar presentable.

—Mejor que sean diez. Tengo que hacer un poco de café con ginebra para despertarme. ¡Por dios santo! Olvida el café, me tomare dos shots de ginebra y ya está.

(....)

—Estoy lista para recibir a tus amigas— comento Nicolette extrañamente alegre mientras subía en el auto y se acomodaba en el asiento del copiloto.

—¿Cuánto bebiste Nicolette? —la profesora sonrió y le sacó la lengua con diversión.

—Solo un par de tragos, nada grave. Solo conduce al infinito y más allá, prometo que estaré bien cuando lleguemos a la estación.

Lauren negó con la cabeza y luego de asegurar las puertas arrancó y se unió a la fila de autos que esperaban el verde del semáforo para avanzar. Nicolette revisaba su teléfono y reía de cualquier cosa que viera en su pantalla para después mostrárselo a la pelinegra tomo la cosa más divertida del mundo, sin embargo cuando Lauren apartaba la vista del camino y veía dicha imagen no surtía el mismo efecto que con la castaña. Definitivamente Nicolette estaba ebria.

—Te prometo que esta vez será divertido.

—Dijiste eso con los primeros tres vides de zapatos Nicolette. Y no, no son divertidos.

—¡Por favor! —insistía poniendo el teléfono frente a su cara. Lauren apartaba su mano con el teléfono una y otra vez pero Nicolette no entendía. —Solo uno más.

Luren se negó y la castaña le arrojó el teléfono en la cabeza en venganza. Después todo era confusión y de un momento a otro las manos de Nicolette estaban en el volante intentando conducir. La pelinegra pisó el freno con fuerza haciendo que ambas chocaran con el parabrisas.

—¡¿Estas loca?!

Nicolette se reía fuertemente apretándose el estómago mientras Lauren la veía con severidad sosteniendo un pañuelo encima de su ceja.

—No fue para tanto. De hecho, hasta fue divertido.

—Tengo una maldita herida abierta en mi ceja. ¿Como eso puede ser divertido maldita loca?

—Yo estoy bien. — comento encogiéndose de hombros y ajustando sus gafas negras sobre el puente de su nariz. —Pero no diría lo mismo de tu mochila. Creo que se rompió. Deberías recoger todo ese desastre.

—¡Mierda, Nicolette! Hazlo tú, yo estoy conduciendo.

—Pero son tus cosas.

—Si, pero fue tu culpa que casi nos matáramos. Anda, recoge todo y mételo en la mochila.

—Voy a hacerlo, pero me deberás un favor.

—Lo que sea, solo hazlo.

—De todas formas, ¿qué es todo esto?

—Son reportes de escritura, de los chicos, y el resto es un poco de todo.

—Reportes, eso suena aburrido. ¿Sobre qué libro son exactamente? ¿Wilde, García Márquez? ¿El loco marqués de Sade?

—Ninguno. El programa señalaba escritura creativa y eso es lo que han hecho.

—¿Quieres decir que esto viene de sus estúpidas y vivaces cabecillas? — inquirió emocionada tomando todos y cada uno de los reportes entre sus manos mientras volvía a su asiento. —Veamos... Garfield, Smith, Higgins, Evans... me intrigan las palabras de Emily pero tengo miedo de lo que podría leer.

It Will Rain (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora