CAPITULO LI

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       Tratando de ser lo más breve y conciso posible, Logan explicó lo poco que sabía de la situación. Según los trabajadores, a las cinco de la tarde cuando era el cambio de guardia, fue cuando estos tipos habían aprovechado para colarse, pues ninguno de los encargados de vigilar se percató de su presencia. Nadie estaba seguro si los habían observado días anteriores o simplemente fue una horrible coincidencia.

        Durante ese tiempo el cuerpo de Maiya se puso rígido como una piedra, mientras que su mente trataba de asimilar lo que estaba pasando. El corazón le latía con tanta fuerza que estaba segura en cualquier momento le daría un paro cardiaco; por su parte, Robert no paraba de soltar bufidos y de caminar de un lado a otro mientras escuchaba lo que pasaba.

        De pronto, cinco disparos más se escucharon en la lejanía…

       -¡Son más de dos grupos!-. Tessa entró corriendo junto con Jaky, quien parecía un conejito asustado a su lado. –Alec ya se fue hacia el norte, de dónde provinieron los primeros disparos; pero estos vinieron del sur…

        -¿Cuántos se fueron con Alec?-. Robert se acercó con el cuerpo rígido y movimientos calculados, Maiya pudo darse cuenta que estaba haciendo un esfuerzo para no transformarse.

        -Siete-. Respondió ella ahora más calmada, mientras observaba fijamente a su líder, esperando por indicaciones.

       -Logan, reúne otro grupo de siete, y llévatelos al lado  sur-. Indicó con voz ronca. –Tessa, te quiero en el lado este. Yo voy a…

        -Voy contigo…-. Maiya lo detuvo del hombro para poder captar su atención. Los disparos anteriores la habían hecho reaccionar.

         Durante todo este tiempo había estado practicando como si fuera a irse a una guerra; y ahora, cuando su hijo realmente la necesitaba ella estaba muerta de miedo. Eso era simplemente imperdonable.

        -Eso no pasara-. Robert tenía la mirada encendida y la mandíbula tensa. Su hijo ya estaba en peligro, y no habría poder en el universo que permitiera que Maiya saliera de esa casa en ese momento. La quería a salvo para poder concentrarse.

         Por un segundo, Maiya sintió como su cuerpo quiso impulsarse hacia atrás; su instinto de supervivencia le estaba alertando sobre el depredador que tenía enfrente, y cuan peligroso era. Sin embargo, para una madre nada vale si se trata de su hijo.

        -¡También es mi hijo!-. Le gritó con furia mientras le tomaba por el cuello de la camisa.

        -¡Maiya cálmate!-. Jaky se acerco a su amiga e intentó tomarla del brazo para que soltara a Robert; pero ella hizo un movimiento para que su amiga se alejara. –Él tiene razón, es mejor que te quedes aquí-. No podía evitar sentirse asustada, y en cierta forma entendía por qué él no quería que su amiga saliera de la casa.

        -Tengo mucho mejor puntería que tú y que cualquiera de este lugar, así que o me llevas contigo o me voy por mi cuenta…-. La voz de Maiya se convirtió en un siseo, y su mirada era más penetrante que cualquiera que jamás hubiese visto Robert; él sabía cómo se sentía ella, pero aun así, no podía dejar que también su vida estuviera en riesgo.

        -Lo sé. Pero no saldrás de aquí-. Dijo mientras se soltaba de su agarre, para de inmediato tomarla por la mano, y comenzar a caminar hacia la salida seguido por todos.

          -Tessa, Logan, ya saben que señal dar si lo encuentran-. Ordenó en el camino; ambos adelantaron el paso y cruzaron el umbral de la casa en solo segundos

PredestinadosWhere stories live. Discover now