CAPITULO XV

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8 de Agosto del 2013     

     Alejandro estaba parado observando entre intrigado y fascinado como Maiya intentaba noquear a su oponente en el ring; la práctica parecía más bien un combate de vida o muerte y no una simple lección.

     -¡¡¿Qué pasa Franco, eso es todo lo que tienes?!!-. Grito con fuerza el entrenador;  un hombre que con su 1.96m de altura, hacía que Maya se viera pequeña e indefensa. –Golpeas como una chica-. Le dijo en tono de burla, mientras detenía un golpe con su mano.

      -¡¡Es porque soy una chica!!-. Maiya logro soltar su mano al tiempo que esquivaba una patada, y en cuestión de segundos propicio a su oponente una serie de golpes de los cuales, al final solo un fuerte derechazo logro impactar en la mejilla izquierda del entrenador, logrando que se tambaleara por la fuerza que utilizo. Ella al darse cuenta, no perdió el tiempo  y con una patada de giro al hígado lo hizo finalmente caer.

       El entrenador se puso de pie con ayuda de Maiya, y mientras se sobaba la mejilla y hacia algunos movimientos de estiramiento para saber que tan fuerte había sido el golpe al hígado, felicito orgulloso a su alumna favorita; una vez que termino ella se fue a los vestidores por una toalla. Impresionando por aquella demostración, Alejandro no podía apartar su vista de Maiya; no era la primera vez que la veía hacer algo así, desde que ella acepto ser su novia, él había procurado pasar el mayor tiempo posible al lado de ella y Mark, y entre estas actividades estaba ir al gym juntos… por lo menos los días que no tenía que viajar por negocios; y siempre que la veía hacer este tipo de cosas, se cuestionaba cual era su motivación, pues no podía olvidar el hecho de que una vez lo recibió poniéndole una pistola en la cara.

      -¿Qué ocurre… te asustan las mujeres fuertes?-. Pregunto el entrenador que ahora estaba parado a su lado.

     -Un poco, si… me preocupa pensar quien lleva realmente los pantalones en esta relación-. Alejandro miro de reojo al entrenador, y al ver su gesto desaprobatorio no pudo evitar reír. –Bromeo, en realidad creo que esos movimientos la hicieron lucir  increíblemente sexy…

       -¡GIUUU!!-. Mark interrumpió la conversación. –Por favor, evita esos comentarios frente a mi… ¡es mi mamá!-. Expreso el enano con un gesto de indignación en el rostro, para luego sonreír ampliamente. -¿Quieres pelear conmigo?

     Maiya estaba en los vestidores tomando agua, cuando empezó a escuchar bastante ruido afuera, al salir, casi todo el gym estaba concentrado observando una pelea en uno de los ring, pero era tanta gente alrededor que no le era posible distinguir quienes estaban arriba; cuando finalmente se pudo abrir algo de paso entre la multitud, por poco y escupe el liquido que ya tenía en su boca al darse cuenta que se trataba de Mark y Alejandro.  No se trataba de una pelea real, pues era lógico que aunque Mark tuviera fuerza sobrenatural, aun no sabía cómo controlarla como para ganarle a un adulto; sin embargo, hacía un gran esfuerzo y eso provocaba que las demás personas lo animaran. Maiya no pudo más que sonreír al ver a esos dos en el ring, Mark ahora se llevaba de maravilla con Alejandro, por lo que ella estaba segura que había tomado la mejor decisión al aceptar salir con él.

     -¡Animo Mark!-. Grito ella emocionada, captando la atención de Alejandro, lo cual el pequeño Mark aprovecho bastante bien, pues con toda su fuerza le dio un puñetazo en el estomago.

     El golpe fue mucho más fuerte de lo que Alejandro se hubiera esperado, con la guardia completamente baja no pudo ni siquiera prepararse para el impacto; además de que Mark no era un niño normal… ni su fuerza. . Todos ovacionaron al enano, quien saltaba de felicidad, pues Alejandro hizo señal de rendirse, aunque mantenía una gran sonrisa ya que no pudo evitar sentirse orgulloso del niño; Maiya subió al ring y después de besar en la mejilla a su hijo para felicitarlo, se fue a ver como estaba Alejandro para ayudarlo, mientras el niño aun seguía dándose aires de campeón, ya que  si algo le gustaba era ser el centro de atención.

PredestinadosWhere stories live. Discover now