CAPITULO L

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 6 de noviembre del 2013

        Cuando las puertas de la casa se cerraron, la conversación trivial volvió al punto en dónde habían sido interrumpidos, nada parecía estar fuera de lo normal; sin embargo, Maiya no dejaba de pensar que tal vez no había sido muy buena idea después de todo. Ella sabía que James le gustara o no era parte de la familia, y tampoco es como que fuera un mal sujeto, era terriblemente fastidioso y simplemente no le caía bien… pero no por eso iba a pensar lo peor ¿Cierto?

        Sin prestar un gramo de atención a lo que pasaba a su alrededor, ella se puso de pie y camino hacia la ventana, sabía que para ese momento ya no podría ver a Mark  pero aun así no pudo evitarlo; su corazón no paraba de acelerar el ritmo, y las ganas por salir a alcanzarlo empezaban a ser más fuertes que ella.

       -¿Va todo bien?

       La pregunta la tomó por sorpresa, haciéndola saltar sobre sí misma. Logan estaba parado a un lado de ella, y ni siquiera se dio cuenta en qué momento ocurrió.

      -Sí-. Respondió esbozando una falsa sonrisa.

       -Sabes, tal vez no sea de mi incumbencia, pero… ¿James no te agrada cierto?

       Maiya observó la forma en que Logan buscó a través de la ventana de la misma forma que ella segundos atrás, y está vez una sonrisa sincera se dibujo en sus labios.

      -¿Por qué? necesitas un vicepresidente para el club odiamos a James…

       La respuesta provocó una carcajada en Logan, quien centró sus ojos en ella y negó divertido con su cabeza. 

         -Bueno, somos tantos que no nos vendría mal…-. Él dejo de lado la diversión, y su rostro se volvió serio. –Ten cuidado Maiya, James es un tipo listo, y aunque hasta ahora no puedo asegurar nada, creo que para todos es bastante obvio que Robert no le agrada.

          Ella sabía que eso era verdad, no necesitaba a nadie para confirmárselo, de hecho,  estaba bastante segura que para Robert también lo sabía y siempre le había intrigado el por qué le restaba importancia a esta situación. Sin embargo nunca se había dado la oportunidad de preguntarle la razón.

       Maiya se giró un poco sobre su hombro para enfocar sus ojos en su marido; él estaba sentado conversando con los demás; sonreía por alguna razón y se veía relajado. En cuanto noto que ella le observaba, Robert dejo escapar esa sonrisa lobuna que solo le daba a ella, y le guiñó un ojo juguetonamente. El gesto fue suficiente para detener el tiempo a su alrededor.

        Seguir engañándose a sí misma ya no era el problema, hacía solo unas horas que había aceptado ante ella y ante alguien más que amaba a Robert; pero en ese instante no pudo entender porque no se lo había dicho a él. Ahora todo estaba claro; quedaban algunos cabos por atar… pero nada que el destino no ayudara a resolver.

         -Maiya… ¿Maiya?

         El sonido de su nombre la sacó de sus cavilaciones, Logan la observaba extrañado, pero no por eso ocultaba la sonrisilla traviesa de su rostro. Era muy obvio en quien estaba pensando ella cuando tenía sus ojos clavados en él.

       -Me disculpas un minuto…

          Él asintió feliz y le hizo un ademán con la mano para que continuara su camino, solo algunos pasos y ya estaba a su lado. Robert centro su atención en ella, y aunque estaban rodeados por sus amigos, cada uno se mantenía en sus propias cosas. De pronto, Maiya se sentó a su lado y sin apartar la vista de él sonrío divertida ante lo que estaba por hacer.

PredestinadosWhere stories live. Discover now