11 de Mayo del 2013
-Claro, entiendo; solo salí a que le diera un poco de aire. Pero no volverá a pasar. Gracias.
Maiya le sonrío ampliamente al oficial, al entender que no había sido descubierta, y entro feliz con su hijo en brazos al hotel. Mientras tanto, el oficial les observaba extrañado; no había ninguna duda de que ese era un cachorro de lobo, o más bien un niño que se había transformado en lobo; pero ella… ella definitivamente era una humana normal; ¿Entonces que hacían ellos juntos?, o mejor aún, ¿Quiénes eran? . El oficial llevo la mano con la que acaricio a Mark hasta su nariz, intentando identificar mejor el olor, y al hacerlo, sus ojos se abrieron tanto como pudieron, al mismo tiempo que a su memoria llegaban viejos recuerdos de una noche de tormenta.
Tuvieron que pasar al menos cinco minutos, y un turista pidiéndole información, para que el oficial Ian Walsh regresara al presente. Cuando finalmente se despidió del turista, su falsa sonrisa cordial se borro para darle paso una amplia y verdadera. Ahora, después de nueve años, por fin había encontrado algo lo suficientemente bueno para que James le perdonara su error o cuando menos dejara de amenazarlo con abrir la boca; así que sin perder el tiempo, saco su celular, y tecleo un mensaje.
Para: James McKidd
De: Ian Walsh
“Encontré al pequeño lobito”
No había pasado ni un minuto cuando su celular comenzó a timbrar; el mensaje dio el resultado esperado, y ahora solo tenía que esperar porque James llegara a tiempo para encontrarlos.
12 de Mayo del 2013
“Mamá…mamiiii…despiertaaa...” El peculiar tono de voz que Mark hacía para despertar a Maiya siempre le causaba risa; ella tomo las sabanas y se cubrió hasta la cabeza, haciendo como si ignorara al pequeño, mientras imitaba sonidos de ronquidos, para ver si así le dejaba dormir unos minutos más; cuando unos golpes se escucharon a lo lejos, en la puerta de entrada de la suite (que Alejandro amablemente había reservado para ellos, cuando se entero que Maiya viajaría con su hijo y una amiga).
-Servicio al cuarto…-.
-¡Es para mí!!-. Grito emocionado el enano, mientras se encaminaba con prisa a abrir. –Tía, ella es toda tuya, si lo logras… te habrás ganado todo mi respeto…-. Termino entre risas.
-Si realmente estuvieras dormida, usaría mi infalible método de arrogarte agua; pero como veo que estas despierta… será mejor que empieces a contarme los detalles sucios, quiero saberlo tooooodo, y por supuesto, ¿Cuándo es la próxima cita??-. Dijo Jaky sentándose en un lado de Maiya en la cama.
-No me quiero imaginar la cuenta que va a resultar del “servicio al cuarto”; además que voy a tener que restringirle cualquier tipo de postre o dulce por al menos un mes, después de todo lo que ha comido en estos días-. Comento Maiya acomodándose mejor en su cama para poder hablar con su amiga.
-Aun quitando el hecho de que ahora tú economía te permite esos lujos sin problemas…-. Jaky miro a su amiga con una sonrisa picara en el rostro. –Todo esto corre por cuenta de el Señor Duque, digo Alejandro, ¿o me equivoco?. Ahora deja de evitar el tema y CONFIESA.
Maiya comenzó a contarle de su cita; con cada detalle de las travesuras de Mark, Jaky moría de la risa, y repetía sin parar que Alejandro era todo un caballero, o mejor aún, un príncipe por aguantar estoicamente ha tan endemoniado lobillo sin dar un paso atrás. Aunque por poco y asesina a su amiga al enterarse que no fue para despedirse adecuadamente de él cuando los síntomas de Mark comenzaron.
YOU ARE READING
Predestinados
WerewolfLa vida de Maiya Franco se vuelve una completa locura en tiempo récord. Pasa de la ciudad, al campo; de la pobreza, a la fama; de ser una virgen de 25 años resignada, a madre soltera de un niño de 8; de anti deportista, a especialista en combate y a...