CAPITULO XVI

4.4K 351 13
                                    

7 de Agosto 2013

  Eran las tres de la madrugada y Logan se sentía como león enjaulado; caminaba de derecha a izquierda, y de izquierda a derecha  en la orilla de la cama, para luego detenerse y observar a la hermosa mujer que dormía en la cama, Jacky. Aun no podía creer lo rápido que sucedieron las cosas, y como de simplemente ofrecerse a acompañarla a su hotel, termino quedándose a dormir. No se quejaba, al contrario, había sido sin duda alguna la mejor decisión que había tomado en toda su vida; y estaba seguro que de ahora en adelante jamás podría separarse de ella, y es que encontrar  la pareja perfecta era todo lo que un lobo podía desear, ya fuera que lo dijera en voz alta o no, porque era la única manera en la que se sentiría realmente completo; y él hacía unas pocas horas atrás había entendido perfectamente el concepto. Pero era precisamente esta sensación de felicidad, bienestar,  y satisfacción lo que lo estaba volviendo loco, no por él, si no por su amigo Robert; no tenía ni idea de cómo mierda había podido contenerse tranquilo hasta ahora, si él hubiese encontrado a Jacky, y en ese mismo instante ella hubiese desaparecido,  probablemente ahora estaría encerrado en un manicomio, o simplemente se hubiese pegado un tiro. Pero lo peor no era lo alarmantemente tranquilo que estaba Robert, si no el hecho, de que si Maiya Franco resultaba ser la mujer que estaba buscando,  darle la información que acababa de conseguir con Jacky era como traicionarla, y no estaba muy seguro de que eso fuese algo bueno cuando la relación no había ni empezado;  perderla no era una idea que le hiciera mucha gracia.

       -¿Está todo bien?-. Pregunto Jacky adormilada, sacando de sus complicados pensamientos a Logan.

       -Todo en orden nena…-. Él se llevo una mano a su cabeza y sacudió sin muchas ganas su cabello, intentando con esto despejar sus pensamientos, luego se acomodo en un lado de ella y la abrazo con ternura. –Vuelve a dormir-. Le dijo mientras la besaba; después de todo ya por la mañana decidiría que hacer.

      Estaba por quedarse dormido de nuevo, cuando su celular comenzó a timbrar, por la hora que era, seguramente no se trataba de nada bueno.

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

La luna aun brillaba en lo alto del cielo, pero pronto terminaría su turno, cediéndole el control al sol; pasaban de las 4 de la madrugada, y James guiaba cerca de los límites de la propiedad McAvoy a un grupo de 3 hombres; todos cazadores, y bien armados.

      -¿Estas completamente seguro que seremos capaces de encontrar un lobo?-. Pregunto el más joven de los tres, debía tener algunos treinta y cinco años, y parecía ser el más desesperado. –Llevamos aquí toda la jodida noche, y ni siquiera les hemos escuchado.

      -Tranquilo Peter-. Le respondió otro; un hombre pequeño de estatura, y cuerpo robusto, de algunos cincuenta años. –Total si no vemos nada, simplemente no le pagamos y listo.

      -No quisiera creer que pretendías estafarnos James…-. El último de ellos; un sujeto de algunos cuarenta y tantos, y con unos penetrantes y gélidos ojos tan grises como su cabello, se giro para encarar a James; haciendo que todo el grupo se detuviera.

     -No tendría porque hacerlo…-. Replico James encogiéndose de hombros, para luego adelantarse en seguir el camino. –Ya pronto podrán…

      No pudo terminar su frase, debido a que varios aullidos comenzaron a escucharse a una distancia bastante corta, los tres hombres no pudieron ocultar su entusiasmo, cazar lobos era ilegal en muchos lugares, pero aquí… bueno, se suponía que ni siquiera habitaban estos terrenos; el único inconveniente en todo caso, sería el hecho de que se trataba de una propiedad privada, sin embargo, James les había asegurado que tenía permiso del dueño, nada más alejado de la realidad.

PredestinadosWhere stories live. Discover now