Instintivamente Lauren llevó su mano hasta la pequeña perla azul que decoraba su anillo y la acaricio con suavidad. Había demasiados recuerdos encerrados en esa pequeña joya que atesoraba con tanto cariño desde que Camila se lo obsequiara en su primer aniversario como un símbolo de promesa y compromiso. Desde entonces ese pequeño aro de platino con una perla encima había permanecido en su dedo con la firme promesa de ser remplazado por el de un compromiso más profundo, pero, aunque aquello hubiese sucedido Lauren estaba segura que no podría desprenderse de el y por lo tanto iba a buscar la forma de mantenerlo consigo.

El tiempo se detuvo y el ambiente quedo en silencio mientras los recuerdos cobraban vida.

-¡Camila, espera! Dame un momento, necesito respirar.

Con las manos encima de las rodillas y respirando dificultosamente Lauren se mantuvo a un costado del camino mientras que autos iban y venían a una velocidad ridícula, viéndose como líneas borrosas. Cuando Camila le había dicho que le iba a mostrar las estrellas Lauren las imaginó a ambas en la azotea de su edificio recostadas encima de las tumbonas mientras admiraban las constelaciones irguiéndose imponentes en la oscuridad del cielo. Pero ahora mientras avanzaban por el camino de terracería Lauren no sabía que esperar, Camila siempre superaba sus expectativas y al parecer hoy no iba a ser diferente.

-Vamos, Lo, ¡apúrate! te lo vas a perder.

-Ya voy cariño, solo espera un poco ¿sí? que no soy tan joven como aparento.

-Lauren -le recriminó la morena mientras asomaba la cabeza por la parte superior de las escaleras y le dedicaba una mueca de fastidio. -Solamente tienes veintidós.

-Soy un alma vieja Camz, solo necesito descansar un momento y soy toda tuya ¿puedes hacer eso por mí? ¿esperar un segundo? -Camila frunció el ceño y a regañadientes se detuvo mientras veía a Lauren subir lentamente los tres únicos peldaños que las separaban.

-Y no hagas caras jovencita o sino esta abuela va a golpearte con su bastón.

-Definitivamente tienes que venir conmigo a correr por las mañanas Laur, tu condición es terrible, mucho peor que la de Boby y Dinah juntos.

-¡Oye, deja de insultar a mi perro!

-Acéptalo cariño, Boby tiene un problema de obesidad. El pobre ya ni siquiera puede saltar al sofá sin sofocarse por ello. No quiero preocuparte, pero creo que la pequeña bola de maldad y gruñidos que tienes como mascota, se encuentra deprimida.

-Temo discernir contigo Camila, pero Boby es un alma vieja igual que yo, y las almas viejas vivimos el día a día como mejor nos plazca. Así que te agradecería enormemente que respetaras nuestra sedentaria rutina y cerraras la boca.

-Un alma obesa suena mejor.

-¿Escuchas eso? Es una voz -Camila la vio interesada -¿Y sabes lo que está diciendo? -haciendo el intento de escuchar la voz inexistente de la que Lauren hablaba Camila negó- Está diciendo que alguien va a dormir en el sillón si sigue insultando a mi perro.

-Yo no escucho nada.

-Que sí, solo pon atención. Ahora está diciendo que durante las fiestas y cuando visitemos a sus padres apoyará la idea de Eva de dormir en habitaciones separadas.

-Eso es jugar sucio Lo. No serías capaz.

-Yo no dije nada, ha sido la voz. Cúlpala a ella.

-¿Sabes qué? Ya no tengo ganas de subir. No tiene caso. Ven, ya está comenzando a enfriar, regresemos al auto.

Y tan feliz como había subido Camila comenzó a descender cada peldaño tarareando una vieja canción de Fall Out Boy que Lauren pudo identificar como Uma Thurman, la más reciente adicción musical de la morena.

It Will Rain (Camren)Where stories live. Discover now