Escapemos: ¿Confías en mí?

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Capítulo 18

Daehyun

No recuerdo a un rostro más lindo que el de ella haciendo Hot cakes, batía la masa de aquí para halla y de allá para acá.

-¿Qué haces? – replique divertido mientras la contemplaba observar el tazón con tanta atención que pareciera ser que estuviera imaginando una vida dentro del mismo, además la tensión se había acumulado en su frente creando tres rayas de arrugas que adornaban perfecta la escena de una película cómica.

-Grumos – dijo sin desviar la mirada.

-¿Grumos? – pregunte aún más divertido.

-Shh, estoy a punto de… si, oficialmente ya está lista. 

Levanto la vista provocando que la tensión en la frente desapareciera, adoptando un gesto de satisfacción que yo adoraba en ella.

 -A ver cariño ¿Te vas a quedar ahí mirando o me ayudaras con los hot cakes?

-Ah, sí, claro – tartamudee, y me sentí estúpido al instante, solo ella tenía el don de ponerme así, como un completo estúpido.

-Tranquilo cariño, solo necesito que estés a mi lado y me ayudes a voltearlos, te enseñare el truco de mama.

Camine hasta ella, posando una mano sobre el mueble intentando actuar lo más cool que el momento me permitiese. 

-¿Debería sentirme honrado? – dije, sonando un poco más confiado de lo que estaba.

-Deberías, eres al único al que se lo confiare.

Las palabras fluyeron de su boca como un canto que bailaba en mis oídos, la danza más bella y más dulce que pudieras imaginar, ¿de verdad aquello estaba pasando?

-Bueno, cariño prepárate para la revelación, pero prométeme algo.

- lo que sea

-Te lo llevaras a la tumba.

Solté una pequeña carcajada a la cual recibí una respuesta inmediata.

-De acuerdo – dije levantando el meñique.

-Bien – dijo satisfecha uniendo su dedo con el mío.

  La observe mientras la maza se cocinaba y me pedía ayuda ocasionalmente para voltearlos o para alejarlos, aplicarles mantequilla o cosas pequeñas que estaba dispuesto a hacer con ella, aunque mi presencia y ayuda resultara inútil.

-¿Y bien? – dije mientras comíamos

-¿Qué? – pregunto mientras masticaba el pequeño bocado que había introducido a la boca.

-¿Cuál era el secreto? – dije, maldiciéndome al instante por sonar como un idiota.

Ella rio divertida.

-Te daré una oportunidad para adivinar.

-¿La mantequilla? – dije después de algunos segundos.

Agacho la cabeza con una risita tenue.

-¿Me equivoque? – pregunte

-Si bien la mantequilla le da un sabor único, pero me temo que te has equivocado cariño.

-Mmm, bueno al menos conteste- dije más para convencerme a mí que a ella.

-El secreto es el amor – soltó con la mirada fija en la mesa.

-¿Perdón? – pregunte no muy seguro de haber escuchado bien.

-Cocinar con alguien a quien quieres y aprecias es lo que le da ese sabor inolvidable a las cosas.

Me quede ahí, pasmado, aquello sin duda me había tomado por sorpresa.

-Mama solía decirme, que cuando cocinas con las personas a quien amas, las cosas saben deliciosas, aunque no les hayas aplicado gran cosa, en cambio cuando cocinas solo, la comida tiende a saber amarga, como si supiera que estas solo, ella también se vuelve solitaria, impidiendo que los sabores se mesclen, bueno eso era lo que ella decía.

Me quede mirándola, el gesto que su rostro había adoptado era nuevo para mí, podía detectar el recuerdo que brillaba en sus ojos, como si aquello significase la cosa más pura y hermosa que un ser humano podía sentir, y de pronto me sentí completo, por primera vez había visto un rasgo de verdadera felicidad propia en aquel individuo, y por aras del destino no quería que esa expresión abandonara su rostro jamás, impulsivamente la tome del brazo, levantándome y levantándola del lugar en que posábamos.

-¿Qué pasa? – pregunto un poco asustada.

-Escapemos – dije sin pensar.

-¿Qué? ¿A qué te refieres? – dijo aun incapaz de comprender.

-Ven conmigo – dije casi arrastrándola hasta la puerta.

-Oye tranquilo –dijo a regañadientes – espera a que me cambie, por si no lo notaste cariño, estoy en pijamas.

Me detuve en seco, mire a mi alrededor y lo comprendí, ambos estábamos muy poco presentables para salir. 

-Bien, nos vemos en 15 en la puerta trasera.

-20 – dijo mientras se alejaba a su habitación.

Reí a sus espaldas mientras pensaba lo afortunado que había sido en encontrarla, y odie  a mi líder por haberla herido y me odie a mí mismo por no haberlo evitado, por no haberme dado cuenta de lo que sentía antes, por no haber descifrado el sentimiento desde el primer día, me había tardado y me había costado caro, ahora no quería llegar tarde nunca más, eso lo puedo asegurar.  

 La encontré en la parte trasera 25 minutos después.

-llegas tarde – dije

-Sí, digamos que escribí una nota que ahora posa sobre la montaña de Hotcakes sobrantes.

Ahora supongo que tardo 1 minuto en escribir la nota y los otros 4 en decidir que poner en la nota.

Caminamos por la arena hasta llegar a la bahía con una fila de botes pertenecientes a TS.

-¿Sabes que es lo mejor de la playa? – pregunte

-No – respondió curiosa

-Que puedes viajar por mar y disfrutar de las olas.

-¿A dónde me llevas? –repuso divertida.

-Supongo que él te llevo a sus lugares especiales, yo te llevare a los míos.

Las palabras causaron que una mueca rápida apareciera, me odie por traer los recuerdos a la luz, pero ella los desecho de inmediato.

-¿Tus lugares especiales? – preguntó con un tono divertido e interrogador que me fascino.

-Te sorprendería los lugares que conozco

-Misterioso ¿ah?  

Me trepe al bote más pequeño y le extendí la mano para que subiera.

-¿Confías en mí? – pregunte

 Me miro un segundo, solo para sonreír y darme la mano.

-Claro que sí.

Muchas cosas por mi mente, a solo pocos minutos...

One way love (B.A.P fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora