♔ Capítulo sesenta y seis ♚

70 13 2
                                    

Baby I got issues, but I love myself

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Baby I got issues, but I love myself.

◞───────⊰·•·⊱───────◟

Me entretuve mucho tiempo en la casa de mi amiga, tanto que cuando regresó Sweet Pea al rededor de las 6 tuvo que echarme a patadas porque tenía que tomar un avión y aún no tenía mi maleta hecha.

Por esa misma razón estaba sentada en el suelo de mi habitación, muerta del aburrimiento, mientras guardaba cosas en mi segunda valija. La primera ya estaba armada y esperándome en la sala.

No planeaba llevarme todas mis cosas de un solo tirón, lo que me quedara lo enviaría a buscar después con alguien de confianza.

Iba llenando la mitad cuando el timbre resonó en toda la estancia. Me levanté de un brinco, agradecida con la distracción y prácticamente corrí hacia la puerta de entrada.

Así de desesperada estaba.

—¡Fangsy!—chillé muy feliz de verlo en cuanto abrí la puerta.

—Hola, Betty Boop. Te traje un regalo de despedida.

Me entregó una bolsa gigante y rosa, la tomé para hurgar un poco dentro y sorprenderme por la cantidad inmensa de dinero invertido en mí que había allí dentro.

Al mismo tiempo lo hice pasar a mi departamento.

—Muchas gracias, no era necesario.

—Es para que lo estrenes en tu nueva vida como capa de la mafia italiana—fingió un temblor—. Vaya, ya hasta me da escalofríos decirlo.

Me reí de su estupidez y mi amigo sonrió orgulloso por su logro. No me veía hacerlo desde que se enteró del aborto, de ese incidente había pasado casi un mes.

—Justo estoy armando mis valijas, lo meteré ahí para no olvidarlo.

No hizo falta que le pidiera seguirme hasta mi habitación, Fangs simplemente lo hizo y se sentó frente a mí con mi maleta en el medio.

Saqué los perfumes y la ropa que me acababa de regalar para acomodarlo junto a lo demás, luego él comenzó a pasarme los montoncitos de ropa que había dejado desperdigado por el suelo para poder guardarlos también.

—Sweet Pea me dijo que no piensas volver.—dijo sin más rodeos.

Fangs era un tipo que, al menos conmigo, siempre iba de frente.

—Y fue muy honesto contigo—asentí mientras acomodaba unos pares de medias.

—¿Puedo consultar por qué?

—Si te dijo que no iba a volver, también te dijo la razón—afirmé segura.

—Si, pero quiero oírlo de ti. ¿No hay nada que te ate aquí?—preguntó indignado—¿Qué hay de nosotros?

Empuñé la blusa que tenia justo en mis manos y lo observé.

—Te responderé lo mismo que le respondí a Sweet Pea—tenía que controlar mis palabras y mi actitud para no irme peleada con nadie, parecía que todos fingían entenderlo pero al final no era así—. Pueden ir a visitarme cuando quieran, pero ya no puedo seguir en un lugar que me causa tanto dolor y además ya es hora de que me haga cargo de lo que me corresponde.

Mi amigo notó como intentaba no llorar de la frustración por tener que explicar tantas veces lo mismo, ¿Cómo era posible que nadie se diera cuenta?

—Jughead te echó ¿Cierto?—consultó con suma cautela.

—Su padre, en realidad—dejé de desquitarme con la pobre blusa y continué acomodando mis pertenencias—. Hoy desocupé la oficina que tenía Hall en la central, luego enviaré a alguien a desocupar la casa.

—Es grave la cosa.

—No le gustaron mis decisiones y ya estoy cansada de dar el brazo a torcer. Todo esto del aborto y la pelea con Jughead me hizo abrir los ojos y darme cuenta de que tengo que empezar a ver por mí y no tanto por los demás.

Se tomó un momento para procesar mis palabras, a medida que lo pensaba y lo volvía a pensar su rostro se volvía más triste.

—Tienes razón, has pasado por mucho aquí y duele. No puedo entender tu sufrimiento del todo porque no he vivido ni la mitad de tus malas experiencias, pero recuerdo el brillo que tenias en tus ojos cuando llegaste a New York y como se fue apagando con cada situación que te obligó a vivir tu padre...—atrapó una de mis manos con las suyas— me duele darme cuenta de que ese brillo ya no existe, pero sé que en el fondo sigues siendo tú, solo necesitas enfocarte más en ti.

No contuve más el llanto y me lancé a sus brazos. Cuando pasó todo tuve tanto miedo de que se pusieran del lado de Jughead, sin embargo con este día pude darme cuenta de que no era así. Nunca existieron los lados.

—Te voy a extrañar—lloriqueé en su hombro.

—Y yo a ti, rubia. Trataré de ir lo más seguido posible a verte.

—No creo que Jughead te lo permita, eres prácticamente su mano derecha ahora.

—Tendrá que prender fuego todos los aviones privados de la mafia neoyorkina y no creo que quiera perder tanto dinero. Es mi amigo pero tú también eres mi amiga, ya debería madurar un poco y entenderlo.

Me enderecé para poder mirarlo a los ojos.

—¿En serio irás?

—De verdad—me dejó ir y limpió mis lágrimas, después limpió las suyas—. Ahora termina de armar esa maleta que tienes que irte en dos horas. Ya ya ya.

Resoplé y asentí.

Fangs fue la segunda persona en aceptarme, después de Dorian, cuando llegué a New York. Nunca acostumbrabamos a tener conversaciones serias entre nosotros, pero muchas veces me había acompañado en las peores situaciones.

Con él entendí que muchas veces no eran necesarias las palabras bonitas y alentadoras para hacer sentir mejor a alguien, a veces simplemente bastaba con estar presente.

◝───────⊰·•·⊱───────◜

The mafia bitch Where stories live. Discover now