♔ Capítulo diecinueve ♚

104 19 4
                                    

Baby I got issues, but I love myself

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Baby I got issues, but I love myself.

◞───────⊰·•·⊱───────◟

Las próximas semanas fueron casi insoportables: trabajo, estrés, insomnio, la sensación de que perdía el control constantemente, responsabilidad, falta de sexo, trabajo, trabajo, trabajo, insomnio y más trabajo.

En Italia estaban bajando las ventas y tuve que ir y volver de Venecia a NY al menos tres veces en dos semanas.

Al parecer la mercancía no era de buena calidad y dos clientes habían muerto por mezclarla con alcohol.

Cómo si eso fuera poco, habían intentado entrar en la central de Italia y no habían logrado atrapar a nadie, ni un sospechoso. Eso significaba: Cheryl paranoica: yo estresada: Jughead preocupado: Mark sobreprotector: yo, otra vez, con 7372828 guardias custodiandome innecesariamente.

No sabíamos nada acerca de Hiram o alguno de sus investigadores, se habían borrado del mapa. Pero su hija ya no aparecía tanto por el bar, al parecer, pasaba mucho tiempo en el pent house de Jughead con él.

Que toda la atención de Jughead estuviera en Verónica me quitaba su atención a mí, así que aquí estaba: con mucho trabajo, un nuevo puesto en el bar y sin sexo.

Oh ¿Me olvidé de ese detalle? Ya no me sentaba más con los chicos porque era sospechoso que la ex zorra de Jughead se siguiera sentando con ellos cuando ya no tenía ningún tipo de relación con el jefe.

Ahora trabajaba en la barra, ocupando el lugar de Ivy que, como novia de Sweet Pea, había renunciado por pedido de él, y estaba todas las noches en el bar junto a su enamorado.

Por decirlo de una forma: habíamos cambiado lugares.

Pero la chica nos cae bien.

La amamos.

Trabajar en la barra no era fácil, pero con el tiempo me fui dando cuenta de que era más cómodo controlar todo desde allí. Si alguien sospechoso aparecía yo lo sabría antes que todos y sería más rápido dar aviso a los chicos en caso de que algo sucediera.

Pero aún no había pasado. Sin embargo, esa noche si había pasado algo raro.

Y gracioso.

Un pelirrojo subió las escaleras del bar a toda velocidad y casi se estrelló contra la barra, precisamente frente a mí.

Dejé el vaso que acababa de secar con los demás y lo miré sin poder ocultar mi confusión por su arrebato.

—¿Estás bien? ¿No eres jóven para estar en este bar? Y, precisamente, en la zona VIP.

—Lo siento— soltó en un aliento, tal vez el último que le quedaba.

—¿Te sirvo algo?— pregunté, pero ya había dejado una cerveza frente a él— ¿Cómo te llamas?

The mafia bitch Where stories live. Discover now