The mafia bitch

♔ Capítulo treinta y uno ♚

Baby I got issues, but I love myself.

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-Hola, Mark.

Esta vez, había dejado el traje en el placard y llevaba puesta ropa deportiva.

¿Cómo hace para verse bien en cualquier cosa?

Al parecer había ido a entrenar al gimnasio de la central y, por su expresión confusa, no esperaba para nada encontrarme ahí.

-Hola... ¿Qué haces por aquí? Hace años que no vienes.

Le dí la espalda para trabar la puerta y, ya de paso, ganar un poco de tiempo para formular mi respuesta. Luego volví a mirarlo.

-Solo venía a ver si el despacho de mi padre seguía en condiciones, como hace mucho tiempo que no venía.

No era la respuesta más ingeniosa ni la más creíble, pero eso era lo que menos me importaba, solo necesitaba librarme rápido de su presencia para poder hablar con Toni.

Me miró extrañado, obvio que no me creyó nada, pero lo dejó pasar y asintió.

Gracias, Marky.

Me tomé un segundo para mirarlo mientras él se decidía a responder.

Vaya, la camiseta blanca que llevaba puesta se había transparentado un poco por el sudor y marcaba bien los músculos de sus brazos.

¿En qué momento se había puesto tan musculoso y...?

Espera... espera, espera, espera. Yo no estaba fijandome en Mark y su estúpida anatomía. Yo no hacía eso, por favor, era Mark.

Si, era Mark y también está diciendo algo.

-¿Y lo está?

Ya no recordaba de lo que estábamos hablando. Mierda.

-¿Qué?

-El despacho de tu padre ¿Está en condiciones?

-Ah, si. Los muebles tienen un poco de polvo, pero no es nada que no pueda manejar- volvió a asentir- ¿Tú qué haces aquí?

-Haciendo la limpieza- lo miré seria- Creo que es bastante obvio que estuve entrenando- sonrió divertido.

Okey. Mark bromeando y yo mirándolo de más. No sé que estaba pasando, pero yo estaba enojada con él y él estaba actuando raro para que yo me olvidara de eso.

No. Iba. A. Suceder.

Además ¡Tenía que hablar con Toni cuánto antes!

-Bien, tengo que irme.

Su sonrisa se borró y me miró tan inexpresivo cómo siempre. Pero cuando intenté pasarle por un lado, me tomó del codo suavemente.

-Acabo de enterarme de que mi padre está de camino hacia aquí.