La Chica Que Se Enamora De Personajes Literarios

Capítulo 36

Stella Harrinson

No puede pasarle nada.

Ya perdí a mamá. No quiero perderlo a él.

No digo palabra alguna, solo comencé a correr, llegué a las escaleras y las bajé de dos en dos, mi corazón late con rapidez y desesperación bajo mi pecho, los ojos me arden, y mis piernas tiemblan en parte por los nervios y por otra razón que ya sabemos, pero lo importante es que no me caigo. Michelle viene detrás de mí, pero si soy sincera, es lo que menos me importa justo ahora.

Llego al piso de abajo y ya todos están vestidos, Harry tiene cara de velorio, y me sorprendo un poco cuando veo que Luke está entre ellos, y tiene la cara hinchada, probablemente acaba de despertarse. Todos me miran de pies a cabeza, incluido Harry, y algo me dice que llegué en mal momento, pero no me importa. Trato de recuperar mi voz, porque apenas corrí unos minutos, y pareciera que hubiera corrido un maratón, mi cerebro le envía la orden a mi cuerpo, pero este no reacciona, mi cara debe ser lo suficientemente obvia porque los noto tensarse a todos de inmediato.

—Necesito llegar a mi casa...

Es lo único que alcanzo a decir, con la voz entrecortada y la cabeza dándome vueltas, miro hacia todas partes como loca, y quiero salir corriendo, llegar lo más rápido que pueda a casa y así saber que fue lo que realmente pasó, pero...

No.

No.

No.

No puedo descontrolarme y actuar como loca, la desesperación no me llevará a nada, debo pensar. Mentalmente, trato de darme esperanza, diciendo que nada es lo que pienso, que quizás por los nervios no escuché bien y me estoy imaginando cosas que no son verdad.

Además, los sucesos tampoco son tan descabellados después de todo, debido a que al reciente enfrentamiento que tuve con Ryan hace unas horas, ya nada me parece imposible. Por eso sé que si algo pasó, no es coincidencia y que él está involucrado, porque me advirtió, me lo dijo, me dijo que está aquí por mí, y no se irá hasta que me tenga, hasta que destruya todo lo que tengo y que según él, hace algún tiempo yo le arrebaté.

Y es eso lo que me molesta, que papá no es responsable de eso, él no puede pagar las consecuencias por mis actos, no es justo. Fui yo la responsable, fui yo quien actuó, no él, no papá.

Todos me miran confundidos y es Jack quien reacciona y va lo más rápido que puede por las llaves.

—Respira. —dice Luke.— Pareciera que fuera a darte algo.

—El señor Henry es capaz de castigarte, pero tampoco va a matarte. —Bromea Ares.

—No es eso... —digo con la voz entrecortada — está... está en peligro, algo le pasó, tenemos que ir. ¡YA!

Aegan me mira de pies a cabeza como si buscara una explicación más detallada de lo que ha pasado, y yo me siento expuesta ante la profundidad de su mirada, pero no digo nada, ninguna palabra sale de su boca, ninguno dice nada. Cuando Jack llega con las llaves de la camioneta y se las tira a Aegan, Harry y Michelle deciden quedarse y los demás salimos disparados de la casa y nos montamos enseguida en la camioneta. Todos se montaron atrás, Aegan tomó el puesto del conductor y yo el de copiloto, a su lado.

No podía quedarme quieta, la ansiedad y el miedo me estaban consumiendo. Muevo mis pies frenéticamente y repiqueteo los dedos en la puerta. De vez en cuando, me embeleso viendo a Aegan, lo buen conductor que es y la manera en la que sus músculos se tensan al mover la palanca y aumentar o disminuir la velocidad, pero ahora no estoy para pensar en eso. El ambiente dentro de la camioneta es pesado y silencioso, ninguno dice nada, aunque se que quieren hacerlo.