Capítulo 32

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Denle mucho amor a este capítulo, porfi.

Harry.

Mucho antes del caos.

La fiesta.

Si de por sí, el día de mi cumpleaños es de los días más detestables para mí, está de más decir que el ruido y las personas me tienen totalmente abrumado, a tal punto que quiero que la noche termine de una vez por todas. En el fondo, me siento mal y egoísta por pensar solo en mí, sé que los chicos se esforzaron por hacer de este día, un día especial. Pero no lo es, ni siquiera está cerca de serlo.

Aturdido por la fuerte música, cansado de saludar a personas que apenas conozco y exhausto de fingir una sonrisa de oreja a oreja, salgo de la casa, dejando atrás, la "celebración sencilla" que mis amigos decidieron organizar. La brisa de la noche me recibe fuera y golpea mi piel, ya aquí, siento que puedo respirar de nuevo, que soy libre, que soy yo, sin fingir. Cada día trato de ser más auténtico, de mostrarme tal cuál soy y que las personas vean al verdadero Harry. Sin embargo, en ocasiones cuando nos acostumbramos tanto a fingir algo que no somos, cuando vivimos constantemente con una máscara sobre nuestro rostro, quitarla, es más difícil de lo que podemos llegar a imaginar.

Alzó la vista al frente y los veo de pie en la entrada, son ellos, los chicos, mis chicos. Mis amigos. Una alegría inmensa se dispersa por todo mi cuerpo, no puedo explicar el vínculo que he establecido con ellos, han sido mi compañía durante estos días solitarios, quizás exagero porque a los ojos del mundo somos completamente desconocidos, pero cuando están cerca de mí, me inunda una extraña sensación de sentirme a salvo, cómo en casa. Es como si todo girará en torno a nosotros. Solo nosotros.

Si algo tengo claro, es que no quiero que se vayan.

Supongo que ese es el arte de conectar, el hecho de ser algo inesperado, sorpresivo, inigualable. A veces creo que desde que nacemos, estamos atados con un hilo rojo a lugares que debemos conocer, a decisiones que debemos tomar, a personas que debemos encontrarnos y con quienes debemos conectar. Y es algo que está destinado a pasar, quizás no hoy, quizás no mañana, pero que tarde o temprano pasará. Si es así, yo quiero creer que siempre estuve atado a ellos, que nos unía un hilo invisible y que aunque pudo desgastarse, nunca, pero nunca se quebró, y que es por esa razón que estamos justo aquí, aquí y ahora.

Clavo mi vista en Ares, y sinceramente, me babeo con tan solo verlo, trae una camisa azul, idéntica a sus ojos que se apega a los músculos de sus brazos, resaltando de manera despreocupada su desarrollada musculatura, un pantalón negro realza sus nalgas y quito mi vista de él, porque no tengo dudas de que pondría ponerme duro.

Tener amigos tan guapos, tiene sus desventajas.

Desvío mi vista y rápidamente me encuentro con el arrogante, engreído y perfecto del Aegan, quién esta noche, trae unas zapatillas negras iguales a sus pantalones, los cuales acompaña con una camisa blanca con puntitos negros dispersos por todos lados. Parece todo un dálmata, y sin duda, si fuera un perrito me dejaría devorar por él.

A su lado esta Heist, quien resalta por el color vinotinto de su camisa y el pantalón azul oscuro que trae puesto, su blanca piel igual a la de un vampiro, brilla bajo la luz de la luna. Hay algo en el que es atrayente, y no me refiero a lo físico, porque obviamente es hermoso, pero son sus sonrisas torcidas, esa aura de chico malo, la que enloquece a cualquiera.

Jack es quién le sigue, trae una camisa verde que combina con sus ojos y unos vaqueros negros. Y, por otro lado, está Luke, que contrasta en medio de tanta formalidad. Howland no es de traer camisas o pantalones ajustados, sino que, en cambio, se viste casual, es él, sin más, trae una sudadera negra igual que su pantalón, y ya, solo eso, sencillo, pero hermoso.

La Chica Que Se Enamora De Personajes LiterariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora