Capítulo 13

9.2K 934 351
                                    

Por si wattpad los trae directo hasta aquí, vayan al capítulo anterior...

Stella Harrinson.

Papá ha vuelto.

Y no existe palabra que pueda utilizar para describir con exactitud, eso que sentí en cuanto abrí la puerta de casa y él estaba ahí. El tiempo que duró fuera fue muy corto, pero para mí se sintió como toda una eternidad, fue tanta la emoción que no dije una palabra coherente, sino que en medio de gritos corrí como toda una niña chiquita a abrazarlo.

Cuando lo tuve en mis brazos y su perfume inundó mis fosas nasales me sentí chiquita, ingenua e indefensa de nuevo, pero no tenía miedo, porque de igual manera también me sentí segura, me sentí protegida. Porque él estaba ahí, estaba ahí conmigo. Así que solo lo envolví con mis manos ignorando cualquier pensamiento que azotara mi mente y lo abracé, lo abracé tan fuerte que casi le saco el aire y las tripas por la boca.

Si, en ocasiones mi manera de demostrar amor suele ser bastante peculiar...

Papá habla más que Mabel cuando está nerviosa, así que de inmediato cuando tuvo una mínima oportunidad no la dudó ni un segundo, y empezó a llenarme con información sobre su viaje, y de lo mucho que pensaba en mí, cada segundo del día.

Nos cansamos de hablar en la sala y no sé en qué momento lo decidimos, pero ahora estamos juntos en su habitación, ambos sentados con las piernas cruzadas en la cama. Él frente a mí y yo frente él, lo único que nos separa es la caja de pizza que está en medio de ambos.

Estoy mordiendo un pedazo de pizza cuando lo escucho preguntarme:

—Fuiste una niña buena, ¿cierto?

Ay, papá... si tan solo supieras lo que tu "niña" se ha pasado haciendo.

¿Me mataría? No, no sería tan excesivo, pero si, definitivamente me ganaría un castigo de tipo "DPV".

De por vida.

Pensé en mentirle, y decirle que "si" pero esa no era una opción, y menos conociéndome—porque soy más mala para mentir que Raquel escondiendo sus sentimientos por Ares—así que fui más inteligente y ignorando su pregunta, decidí cambiar el rumbo de la conversación.

—Te extrañe mucho.

Le confieso con total sinceridad mientras lo miro fijamente a los ojos.

—Pensé que nunca lo dirías.

Admitió, unos segundos antes de sonreír y tomar de la caja otro trozo de pizza.

—Pero eso no significa que puedes comer tan rápido. —me quejo divertida. —ya llevas cinco pedazos, y yo solo 2.

Lo veo encogerse de hombros e ignorando lo que le digo le pega un mordisco tan grande al trozo de pizza que tiene en su mano, que casi lo devora completo de un solo bocado.

—Deja de mirarme como si quisieras matarme. —pidió de manera dramática, mientras levanta las manos en señal de rendición. —comeré lento, no hace falta violencia.

—Fue la mejor decisión que pudiste tomar. —entrecierro los ojos con diversión. —soy muy peligrosa.

La intimidad de su habitación nos acoge sin problema, miro hacia todos lados y todo luce tan de él que me siento como una intrusa en su espacio, pero se siente bien, se siente bien porque él está aquí. Siempre aquí. Y tenerlo así solo me ayuda a comprobar que, sin importar lo catastrófica que sea mi vida, yo siempre tendré donde llegar mientras él esté. Porque papá estará para mí de manera incondicional como ella lo hubiera hecho... así como ella hubiera estado.

La Chica Que Se Enamora De Personajes LiterariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora