La Chica Que Se Enamora De Personajes Literarios

Capítulo 7

Si wattpad los trae directo hasta aquí, les informo que hay un capitulo antes, que lo disfruten...

Jack Ross

Cuando se terminaron las clases por el día de hoy, dudé entre ir a casa o venir tras Aegan, quizás esto se vea un poco ridículo, pero él y yo tenemos una conversación pendiente, una que no puede esperar. Así que le informé a Stella que vendría con él a casa de Harry, el chico del instituto con el que rápidamente hicimos un vínculo bastante sólido.

Debido a lo guapo que es, a simple vista puede lucir egocéntrico e insoportable, los típicos clichés tanto en películas, como en libros y series, pero yo no suelo llevarme por las primeras impresiones, y hasta ahora se ha comportado como un caballero, incluso... las pocas conversaciones que hemos entablado directamente, me he dado cuenta de que tiene una manera de pensar bastante madura.

Aunque hubo algo en lo cual no me equivoque, y es en que se estaba pudriendo en dinero, su mamá según es abogada y su papá tiene una empresa publicitaria bastante exitosa, al llegar a su casa todos quedamos deslumbrados porque cuando digo que se está "pudriendo en dinero", no lo hago de manera literal.

La casa es de tres pisos, y cada uno es inmenso, hay cuartos como para quinientas personas y todo es lujoso, literalmente hay aires y televisores plasma en todas las esquinas, el suelo brilla de lo pulido que está, y los adornos caros y los muebles de última colección junto con otras cosas más, le dan a la misma un aire de frescura, de actualidad, esta sin duda podría ser la casa de ensueño de cualquiera.

Sin embargo, a pesar de todos los lujos, la multitud de televisores, los diferentes cuartos, la piscina en el patio trasero, las salas de juego, y la cantidad de carros estacionados en el garaje, la casa se siente vacía, solitaria, porque no son esas cosas las que le dan vida a un hogar, sino las personas.

Después del tour por toda la mansión todos terminamos en el patio trasero, uno frente el otro, Aegan recostado en una de esas sillas que salen en las películas de verano y que normalmente utilizan para tomar sol, Harry a su lado se encuentra igual y yo estoy frente a él, pero sentado en el suelo, tan cerca de la piscina que con solo estirar la mano podría tocar el agua, Ares esta a mi lado, casi frente al chico insoportable del caminillo de tatuajes en su brazo derecho.

La brisa fresca de la noche empieza a mover mi cabello de un lado a otro, no sé que hora es, pero no es tan tarde porque el sol se escondió nada más hace un rato. Me estiro un poco sin dificultad debido a la ropa cómoda que llevo puesta, o bueno, llevamos en general, porque ya no queda rastro de las camisas o los pantalones de vestir, sino que son shorts y camisetas muy cómodas las que adornan nuestros cuerpos, y todo gracias a la buena intención de Harry.

Ya tenemos rato aquí, hablando sobre cualquier cosa y riendo por alguna tontada, mientras tomamos vino (del cual no sé pronunciar su nombre porque es en francés y se podría decir que los idiomas y yo, no nos llevamos del todo bien) el caso aquí, es que por esa razón no me sorprendo cuando siento mis ideas un poco enredadas y la cabeza darme vueltas.

—¿Tus papás viene a menudo?

Le pregunta Ares a Harry mientras se lleva un trago de su copa a la boca, y me trae de nuevo a la realidad.

—Tienen siete meses sin aparecerse por aquí.

La respuesta del chico me hace sentir un poco mal, así que decido intervenir.

—Ellos algún día se darán cuenta del grave error que están cometiendo.

Veo los ojos de Harry ponerse rojos de inmediato, y de una deduzco lo sensible que es este tema para él; y me parece demasiado irónico como puedes tener todos los lujos del mundo, la atención de todas las personas y todo lo que alguien pueda desear, pero el hecho de que te falte algo tan esencial como la presencia de tus padres puede arruinarlo todo por completo.