Capítulo 10

12.4K 1.1K 543
                                    

Stella Harrinson

El miedo a ser dañada sentimentalmente me invadió en cuanto supe que esos personajes por los que tanto tiempo estuve enamorada estarían a mi lado, no supe controlar el miedo y me cerré a la posibilidad de acercarme a ellos, me cegué con muchos "debo mantener distancia", "yo puedo evitar que todo se salga de control". Pero esas eran solo mentiras que ni yo misma me creía del todo.

Esto está destinado a salir mal, me acerqué o no lo haga.

Me torturé tanto cohibiéndome de hacer cosas por "cuidarme" sin darme cuenta del que, ya cada uno tiene una parte de mi corazón, y cada una de ellas se hará pedazos en cuanto ya no estén. Pero la verdadera pregunta aquí es: ¿voy a preferir llorar pensando que pude haber hecho de todo con ellos, pero no lo hice por miedo o será mejor llorar mientras recuerdo todas las folladas riquísimas que me dieron?

Pienso que la respuesta está bastante clara, y cualquier chica con mínimo cerebro estaría de acuerdo, hace días cuando esto se veía imposible me decía: "si ellos estuvieran aquí, no perdería oportunidad" sin embargo, es eso exactamente lo que estoy haciendo. En este punto dudo de si estaba siendo racional o estaba siendo una verdadera tonta.

Porque estaba confundida, dando vueltas en círculos, pensando que hacer y que no, cuando la respuesta la conozco perfectamente bien, es más, no solo yo, toda lectora la conoce...

A lo Fleur.

Así que ya basta de cohibirme, de evitar, de nadar a contracorriente y dejar que esta me lleve. Ahora es momento de actuar, de sacar esa perra interior y que pase lo que tenga que pasar.

Quizás... me lleve a tener un corazón roto, pero a estar desflorada también.

¿Quién no quiere ser desflorada por un personaje literario?

Las intenciones de Aegan de intimidarme han funcionado a la perfección, el tenerlo tan cerca me juega sucio y me pone nerviosa de maneras inexplicables. Tanto así, que solo basta con una mínima mirada, una sonrisa torcida o un mínimo tacto para que mi corazón empiece a latir desbocado, mis sentidos se agrieten y el cuerpo me comience a jugar chueco.

Por esa razón fue que cuando acercó sus labios a los míos, a tal punto que nada más fueron unos pocos centímetros lo que los separaban, mi cuerpo esperó su beso, espero sentirlo, pero Aegan es demasiado inteligente y egocéntrico para hacerlo de esa manera, su objetivo es hacerme dar cuenta por las buenas o por las malas que él tiene el control, que lo tiene todo estudiado, que es el amo del juego.

Y eso pasó desde el principio, por eso hizo ese comentario, quería debilitarme y tomar su lugar, no obstante, él no esperó mi reacción, no esperó que lo resistiera, no se esperó que fuera igual de fuerte que él.

Porque desde ahora en adelante, yo sería su contrincante, su oponente.

Cuando se alejó y vio que esperaba su beso, una sonrisa de satisfacción se formó en sus labios, la luz del sol hizo brillar más sus ojos y parecía victorioso, se veía ganador.

No, no...

¿Qué locura estas por hacer?

Con la cara más roja que un tomate al verlo alejarse, di dos zancadas rápidas y con fuerza lo giré hacia mí, acuné su rostro con las palmas de mis manos y pude ver el hilo de deseo en su mirada. Solo eso bastó para que lo hiciera, para que dejara atrás el miedo y empezará a disfrutar, así que lo besé, lo besé sin pensar, lo bese sin miedo a lo que pasaría, lo besé porque desde hace días había querido hacerlo, pero también lo hice porque quería darle una lección, quería mostrarle quien tiene el poder, quien tiene las instrucciones del juego en sus manos.

La Chica Que Se Enamora De Personajes LiterariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora