Capítulo 20

6K 660 213
                                    

Stella Harrinson.

Antes...

Mucho tiempo atrás, cuando aún la oscuridad no había golpeada mi vida, cuando era solo una niña simple, tranquila, callada, y feliz, porque poseía lo generalmente importante no me creía capaz de nada, ni tampoco especial, única o siquiera fuerte, sin embargo, la vida se ensañó en demostrarme que estaba muy equivocaba, por qué...

Los lugares más inesperados, son aquellos que guardan y esconden cosas inimaginables.

Y a veces como personas no sabemos que están ahí, escondidas, esperando el momento justo para salir a la superficie, para brotar de su escondite y demostrarnos realmente de que estamos hechos. En mi caso, yo sé cuál fue ese momento, se perfectamente que fue esa noche, la noche en la que perdí a mamá y con ella la hermosa familia que tenía. La noche en la que mi mundo se desestabilizó por completo y ya más nunca nada volvió a ser igual.

Ni siquiera yo.

Porque fue uno de esos instantes donde la realidad me cayó como balde de agua fría y me demostré a mí misma quien era, desde ahí, ya nada podría cambiar quien era o lo que había hecho, ya no había vuelta atrás. Y tuve dos opciones, echarme a llorar o lidiar con las consecuencias, tratar de salir adelante y "dejar atrás" esa versión mía volátil, explosiva y oscura que había salido a la superficie, teniendo como excusa el "fue justo lo que debía hacer" para cuándo llegarán los ataques de pánico o de ansiedad a mitad de la noche, usando eso para darme así la fuerza necesaria para continuar y levantarme cada mañana con las ganas intactas de fingir que avanzaba cuando claramente no era así, ni nunca lo sería.

Y aunque fingir, no era de mis habilidades, se volvió una de ellas.

Pero esa noche, todo lo que hice fue por nada, me demoré tanto en aceptar que podía, en confiar en mi instinto, ponerme de pie y luchar con uñas y dientes, que cuando por fin tuve el valor de hacerlo, ya era demasiado tarde, ya la había perdido, había perdido a mi más importante soldado en una guerra que marcaría mi vida desde ahí en adelante...

Había perdido a mi madre, y ya nada me la devolvería.

Pero en este caso no fue así, y cuando vi el carro con gran velocidad en dirección de Luke, supe exactamente lo que pasaría sino hacia nada, sino reaccionaba.

Y No lo dude.

Ni siquiera un segundo.

Solo actué con el corazón. Por instinto. Por amor. Y no, no me arrepiento, no me arrepiento por haber corrido a salvarlo, aunque algo en mi interior me decía que ya era tarde, justo como la última vez. Que me ponía en peligro por algo que estaba destinado a pasar.

En esta vida o en su anterior.

Pero ignoré todo eso, y solo pensé en él, en cuán importante es para mí, y ya no hubo nada que me importara más en ese instante que salvarlo... porque no tenía la fuerza para perder a alguien más.

Así que dejando de lado todo el miedo, e ignorando la cantidad de alcohol en mi sistema, corrí a él, corrí a salvarlo como ya él me había salvado una vez, aunque no lo sepa... aunque ninguno de ellos conozca esa parte de la historia. Porque, aunque hasta hace unos días eran solo tinta en papel, él y todos los demás me han salvado de maneras inimaginables, una y otra vez, siendo ese punto de apoyo en medio del caos...

Siendo mi refugio.

Mi hogar.

Porque la lectura fue y sigue siendo eso. Mi salvación. El arma silenciadora de la irritante y ruidosa realidad.

La Chica Que Se Enamora De Personajes LiterariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora