Capítulo 14

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Stella Harrinson

Una pistola.

3 disparos.

Un cuchillo.

Sangre. Mucha sangre.

Gritos.

Miedo.

Venganza.

El fin.

Abro los ojos de golpe y tengo las manos amarradas tras una silla, trato de moverme, pero no lo logro, no puedo hacerlo. Miro la blusa blanca que llevo puesta y está llena en su totalidad de sangre, siento agua bajo mis pies, los cuales intento mover, pero también los tengo amarrados.

—¡¡AYUDAAAAA!!

Grito angustiada, pero no hay respuesta, porque no hay nadie, no hay nada más que oscuridad a mi alrededor. De un momento a otro, se desata una fuerte oleada de ruidos molestos que hacen mi cuerpo vibrar, muevo mi rostro hacia todos lados mientras la desesperación comienza a apoderarse de mi cuerpo.

¿Dónde estoy?

¿Qué está pasando?

—Stella...

Escucho a alguien susurrar mi nombre, seguidamente todo el ruido cesó y el lugar se sumió en un silencio escalofriante, aterrador. Con la poca iluminación que hay, fuerzo mi vista para ver algo o alguien, pero es inútil. Me percato en que, sin darme cuenta, la cantidad de agua ha aumentado rápidamente, a tal punto que ya moja mi abdomen.

Grito.

Lloro.

Trato de soltarme del amarre.

Pero es inútil, estoy perdida.

¿Qué mierda está pasando?

Cuando siento el aliento corporal de alguien detrás de mí, justo en mi cuello, me quedo helada, tiesa. No sé con exactitud cuántos segundos pasaron, y lo escuché decirme al oído:

—Tu peor pesadilla, está por empezar.

Cuando la tonalidad gruesa de su voz inundó mis oídos, mi cerebro la reconoció de inmediato, tuve esa sensación de conocer perfectamente al dueño de ella, pero, aunque fuerzo mi mente no puedo recordarlo, no puedo pensar, estoy confundida, bloqueada.

—¿Pensaste que no volvería? ¿Acaso creíste que habías terminado conmigo?

Cada palabra que abandona su boca me genera escalofríos, y aunque tengo inmensas ganas de correr sin importar que no sepa a donde ir, no puedo hacerlo, siento el agua chipotear y veo que se pone delante de mí, casi de inmediato bajo mi rostro, cerrándome a la idea de verlo.

No huyas más

Es hora de enfrentarlo.

Las palabras de mi subconsciente me alientan, así que decidida, alzó mi barbilla sin pensar en nada, pero en cuanto mis ojos se encontraron con los suyos, todo rastro de valentía se esfumó...

Porque el miedo regresó.

Porque mis heridas internas comenzaron a sangrar de nuevo.

Era...

Era...

—¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAH!!

Abro los ojos de golpe y estoy empapada de sudor, tengo la respiración entrecortado y el corazón me late tan rápido que puedo sentir los latidos en mi garganta. Me siento sobre la cama y con mi mirada estudio mi alrededor, al darme cuenta que estoy de vuelta en la habitación de papá suelto un suspiro de alivio, pues eso solo significa que, todo lo que pasó anteriormente fue solo una pesadilla, solo eso.

La Chica Que Se Enamora De Personajes LiterariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora