Capítulo 5

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Aegan Cash

En la vida hay cosas que pasan tan rápido que apenas tenemos tiempo para procesarlas, y la única opción que hay es hacerle frente, eso lo comprobé cuando en un abrir y cerrar de ojos estuve en la habitación de una desconocida, con cuatro chicos más a mi lado. Mi mente se sentía mareada, como si se hubieran bloqueado recuerdos, momentos, lugares, personas, como si se hubiera borrado mi memoria, pero no por completo, porque tengo una sensación de que lo recuerdo todo, pero a la vez no.

Al detallar a los demás chicos puedo ver que son bastante atractivos, pero no tanto como yo, sin embargo, le restó importancia cuando mi vista cae en la chica que esta acostada en la cama.

¿Está viva? —preguntó uno de ojos verdes y cabello castaño, para ser más exactos Jack, se llama Jack Ross.

No lo sé, no soy médico—respondió y se encogió de hombros el chico alto, con cabello rubio y ojos azul eléctrico, que tiempo después me enteré se llamaba Luke.

La escena me parecía tan graciosa que desde hace un rato ya me estaba conteniendo una carcajada, y como veo que nadie hace nada decido ponerle más diversión a esto.

—Jálale una teta, si está viva a juro debe moverse.

Les indiqué y afirmé con bastante seriedad, aunque por dentro era todo lo contrario, casi de inmediato y sin ninguna molestia u obligación fue el chico de ojos azules al igual que su camiseta quién sin ningún problema se acercó, nos ojeó y le apretó la teta.

Y ahí fue donde empezó el verdadero show.

La chica se levantó de golpe y cuando sus ojos marrones se encontraron con todos nosotros, lo único que hizo fue gritar ¿y qué hicimos nosotros? Pues gritamos también, porque nos asustamos o al menos eso me paso a mí, debo aceptarlo. Ella, aunque podía verse frágil y un poco tonta, me sorprendió que no se quedó de pie sin hacer nada, sino que agarro un bate y empezó a tratar de meternos miedo, pero yo soy Aegan y nadie puede intimidarme ¿o sí?

—¿Qué nos harás? ¿Golpearnos?

Le pregunté con ironía y noté como me miraba de pies a cabeza, diría que me sorprende, pero no, sé exactamente lo bueno que estoy así que me da igual y dejo que se deleite viendo mis músculos, mi caminillo de tatuajes y mi perfilado rostro. Alguien le dijo que estaba agarrando el bate mal, y dejo de mirarme para verificar que era cierto, ahí supe que quizás me equivoque al decir que era frágil, pero no en que era tonta.

Es tan lenta que se tardó mil años en entender que no le íbamos a hacer daño, en algún punto dejo de ser divertido y pasó a ser tedioso, sin embargo, de pronto y como por arte de magia ella pareció comprenderlo todo.

Esperen...—la vi arrugar la cara—¿Cómo se llaman ustedes?

Todos la miraban atentos y un poco confundidos, pero segundos después empezaron a presentarse...

—Luke Howland

—Ares Hidalgo

—Heist Stein

—Jack Ross

Sí, todos empezaron a decir sus nombres, así como si nada, sin miedo y con toda confianza ¿pero yo iba a hacerlo? ¿Acaso iba a actuar igual que todos? Pues obvio no...

—Y yo soy tu padre.

La miré a los ojos sonrientes y ella no estaba molesta, ella ¿se lo esperaba? ¿Iba acaso un paso delante que yo?

—Y tú, tú eres Aegan Cash.

Y esa fue la primera vez que me sorprendió, cuando sus labios pronunciaron mi nombre con tanta seguridad, comprendí que ella iba delante de mí, que ella llevaba el control, cuando debería hacerlo yo, porque soy Aegan Cash, yo manejo todo, yo soy el amo del juego, yo soy el... Perfecto mentiroso.

La Chica Que Se Enamora De Personajes LiterariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora