Capítulo 34: Parte I

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Alerta de contenido +18. Aviso, aunque se que eso no las detendrá, todos hemos esperado este momento (yo incluido).

Stella Harrinson

Ya no había vuelta atrás.

Era el momento.

Justo ahora.

Todo lo acontecido desde su repentina aparición en mi habitación nos trajo justamente aquí, a este instante. No importa cuanto me resistí o lo mucho que me esforcé en nadar contra corriente, en evitar a toda costa esta situación por el hecho de que no sabía como podrían reaccionar, de igual manera todos mis esfuerzos fueron por nada, porque esto debía pasar.

Éramos inevitables.

Por este tiempo, me centré tanto en mí y lo que yo pensaba que olvidé preguntarles a ellos lo que realmente querían. Y ahora aquí, con tan solo tenerlos delante, mirándome como los depredadores miran a sus presas, entiendo que no era la única que fantaseaba con esto. 

En este momento, la mayoría de nosotros andamos Black and blue, con moretones por todas partes, sin duda, no ha sido una noche fácil. Aegan está golpeado por su pelea con Jack, Heist y yo, bueno, ya sabemos la razón. El perfecto mentiroso y el Stein comparten una mirada picará, Ares y Jack me toman por las manos y me llevan al sofá que está en el medio, el largo, en forma de L. Ninguno dice nada, solamente somos testigos del fuego ardiente que hierve entre nosotros, de toda la tensión sexual que por mucho tratamos de ignorar, pero que siempre estuvo ahí.

Virgen de los abdominales y de los pitos bien grandes, ilumina a tu más fiel seguidora.

Dale sabiduría.

Y resistencia. Mucha.

Me siento sobre en el sofá y el Dios Griego es el primero en besarme, lo hizo con desesperación, con anhelo, con un ritmo enloquecedor, tanto así que gemí en su boca. Y ese gemido, causó que todos los demás suspiraran y se tensaran a nuestro lado, cada uno expectante, esperando su turno, como si fuera una piñata y esperan su turno para darme con su palo.

Virgen de todas las cucas...

¿Habrá una virgen para esto?

No lo sé, pero estamos en alerta roja.

El siguiente en besarme luego de Ares fue Heist, sus labios eran suaves, todo lo contrario a su beso, que es efusivo, caliente, sexual. Al terminar, sin darme mucho tiempo para respirar, lo hizo Jack, la familiaridad en sus bocas era deliciosa, cada uno besaba totalmente diferente, pero cada manera de hacerlo era perfecta y original. Aegan, me ojeo los labios hinchados y entreabiertos, se pasó la lengua por los dientes y cuando creí que iba a besarme, clavo su rostro en mi cuello, chupando y lamiendo.

Corrientes de placer comenzaban a desplazarse por todo mi cuerpo, el poder verlos a todos así, excitados con tan solo verme, me hace desesperar, y fui más consciente de mi respiración agitada, de cómo la tela de mi vestido rozaba mi piel, de cómo se me pusieron duros los pezones. Y sinceramente, no sé cómo pude resistirme tanto, no sé cómo por este tiempo traté de "ser racional" y me perdí de esto. De sentirme de esta manera.

De sentirme viva.

Ares y Jack, se posicionaron detrás de mí, inclinados sobre el mueble, cada uno a los lados de mi cara, cerca, tan cerca que su respiración se entremezcla con la mía. Heist y Aegan siguen delante, y sus pantalones amenazan con estallar con tremendos paquetes duros bajo ellos, se sientan a mi lado, mirándome, deseándome.

La Chica Que Se Enamora De Personajes LiterariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora