Capítulo 8

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Stella Harrinson

Mi vida ha sido una travesía desde aquella noche en la que esos cinco chicos aparecieron en mi habitación, desde ese momento todo se ha convertido en una montaña rusa de emociones, de sucesos, de confusiones.

Y si de por sí, esta situación me parece la más surreal de mi vida, no sé queda ni cerca de lo difícil que es tenerlos a todos juntos a la vez, y vaya que lo es ¿por qué? Bueno, porque cada uno tiene ganado mi corazón, cada uno me importa demasiado a tal punto que no puedo controlar mis ganas de querer abrazarlos, de besarlos, de sentirlos, de...

Ok, no hace falta tantos detalles.

Y aunque las razones por las que esto se encuentra destinado a salir mal y volverse un caos son innumerables, en este caso solo daré dos, que en mi opinión me parecen las más importantes y de alguna manera las principales:

1) No quiero lastimarlos a ellos en ningún momento, y eso parece remotamente imposible porque ahorita yo soy como el hoyo de yuca, y estoy en el medio de todos esos bombones que, con solo mirarme, tenerlos cerca o que hablen, hacen que mis piernas tiemblen como gelatina y mi vagina se moje de manera excesiva.

2) Que no quiero ser yo misma quién cabe mi propia tumba, y se preguntarán ¿Por qué Stella? Bueno, la razón es sencilla y fácil de entender, sin importar la fuerza con la que los quiera, o me aferre a ellos, eso no cambiará que, en algún punto, por alguna razón que aún no conozco, ellos deberán volver y es entendible porque no pertenecen aquí, pero de igual manera ahí quedo yo, triste, sola, desflorada y de paso con el corazón roto.

En definitiva, esto en ningún universo sale bien.

Por eso juré mantenerme al margen, y supe desde el principio que no sería una decisión fácil, sin embargo, debía esforzarme, debía hacerlo e incluso lo estaba logrando, pero... Sí, siempre hay un "pero" y el mío tiene nombre y apellido... Heist Stein.

Fue escrito y creado nada más y nada menos que por Ariana Godoy, fue la autora del primer libro que leí, y quién ha sido de mis escritoras favoritas por mucho tiempo, pues además de amar todo lo que escribe también la amo a ella, ¿y cómo no hacerlo? Si ella y sus libros han sido uno de mis lugares seguros por mucho tiempo. El caso es que ella lo creó, ella creó al misterioso y egocéntrico de Heist.

Mi obsesión por ese hombre empezó desde el momento en que me sumergí en su historia, cuando leí lo inteligente, hermoso y fuerte que era, cada página que leía me enamoraba más y más, a tal punto que sin importar sus sangrientos y darks antecedentes, me enamoré perdidamente de él, porque era diferente a todos esos personajes principales que había leído, él no era del todo bueno, es más... perfectamente podría ser la representación de un villano.

La razón por la que en ocasiones nos enamoramos de los villanos, es porque ellos harían lo que fuera por la persona que aman, verían el mundo arder, matarían a quién fuera, y eso quizás podría verse de una manera retorcida, pero es lo que muchas queremos, eso era lo que yo quería...

Quería que alguien diera todo por mí, que me amara de esa manera, que hiciera el mundo arder solo por estar a mi lado, justo como Heist lo haría sin dudarlo por Leigh.

Sé perfectamente que su interés por mí surgió desde el momento en el que mis ojos y los suyos se encontraron, ya que su mirada es de esas que ven más allá, que te indagan, que te desnudan, que te dejan expuesta, que descifran. Y Heist logro hacerlo, logro entrar, logro ver eso que tanto he escondido, él vio esa oscuridad en mí y supe que no pararía hasta saber que era, que había pasado, de donde venía, que había hecho, cuál era el secreto...

Porque yo guardo uno, uno doloroso, uno oscuro... uno trágico.

Cuando desvié mi vista del celular y noté que estaba recostado al marco de la puerta de mi habitación no me sorprendió, en vez de eso mis alarmas se encendieron de inmediato, su boca formaba una de esas sonrisas traviesas que me derretían por completo, le rogué al altísimo que me diera fuerza y voluntad, pero todo eso se fue a la borda cuando me percaté en que su abdomen y pecho estaban al descubierto, una oleada de calor se alojó en mi vagina, sentí mis mejillas arder y mi respiración se volvió un desastre en cuestión de segundos, de un momento a otro mi cuerpo empezó a exigir su tacto, su calor, a exigirlo a él.

La Chica Que Se Enamora De Personajes LiterariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora