Malas decisiones © [#2]

Capitulo 51: Conociendo al amor.

Capitulo 51: Conociendo al amor.

Jueves, 19 de agosto 2021. 4:30 pm

—¡Nona! —llamo a mi abuela al subir al auto—. ¿Donde esta Marco?—cuestiono.

Ella empieza a explicarme que debo ir al hospital sola y que allí me encontrare con mi hermano, la rabia me dominó y grito frustrada precisamente nona viajo este mes. Y el estúpido de Marco no estaba.

Estoy en mi noveno mes de embarazo y como el medico lo informo los dolores llagarian este mes, mi estomago era decente sin embargo no estaba acostumbrada a tanto peso y caminaba como canguro. Lucas maneja el auto rápidamente y comienzo a quejarme del dolor.

¿Dónde carajos esta Marco?

Una punzada de dolor recorre un punto en mi espalda, para luego dirigirse al
centro de mi vientre. Hago una mueca mientras respiro hondo, últimamente el bebé se mueve mucho. Otra punzada de dolor me alcanza, esta vez a la altura de mi ombligo y entonces lo siento…

Siento algo pegajoso, viscoso y caliente  deslizarse por mis piernas. Bajo con
algo de miedo la vista y observo como mi entrepierna se encuentra húmeda,
mientras que por mis piernas se desliza un líquido, el líquido al que tanto le
temía.

—¡Rompí fuente! —grito, asustada y llena de histeria—¡Lucas apúrate el bebé es exigente!

Estoy aterrada, trato de mantenerme quieta pero el dolor se intensifica. Respiro hondo mientras trato de calmar mi miedo lo mayor que puedo.

Las contracciones comienzan a aumentar, por fin observo el hospital privado cerca y las contracciones se están haciendo realmente dolorosas y eso solo significa que el bebé está buscando su posición para salir de mí.

Oh, bebe espera.

Mami no está preparada.

***

Un tiempo después me encuentro en una silla de ruedas que se desplaza hasta la sala de partos. El enfermero se detiene a avisarle de mi llegada a un doctor, y yo solo quiero matarlo, por esa razón vine a un hospital privado. No tengo paciencia y no quiero que la cabeza del bebé salga haciéndome desmayar.

Muerdo mis labios conteniendo el dolor, sin embargo la gente camina por mi alrededor y sonrío tranquilamente. No debo mostrarme débil, no soy la primera dando a luz una cabeza gigante.

—No daré a luz sola—susurro.

Observo al enfermero acercarse a mi y tomar mi silla pero la aparta dándole un manotazo.

—Señorita Evans, tenemos que ir a sala de parto—indica.

—¡No me moverán hasta que llegue alguien!—grito.

—¡Señorita el bebé puede salir justo ahora!—chilla—. Coopere por favor.

—¡No me grité ya le he dicho!—Gritó—¡No me moveré!

El enfermero y yo comenzamos una discusión y las personas que nos rodean nos comienzan a mirar, estoy realmente alterada y el enfermero no comprende.

—¿Morgan?—Gritan detrás de mí.

Giro mi cabeza encontrándome con Marco, despeinado. En short de playa y camisilla. Mi boca debe haber caído al suelo, el enfermero me mira preguntándose si lo conozco y niego.

—Tiene que ser una puta broma—susurro tocando mi vientre punsando.

—¿Es usted el padre?—pregunto el enfermero.