Capitulo 23: Literatura erótica.

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Capitulo 23: Literatura erótica.

Morgan.

La noche anterior había sido demasiado desvelante y agotadora, caí rendida en la cama como solía hacerlo. Casi desmayada, era algo que frecuentemente me sucedia por el cansancio.

Miro hacia el frente y una sonrisa se impregnó en mi rostro, Melcon y yo estábamos teniendo una cita. Sin embargo, eso no era lo que me tenía sonriendo, era el hecho de que allá utilizado una camiseta rosa igual a la mía.

Ambos caminábamos por la ciudad, tomados de la mano. Solo éramos el y yo. Hicimos algunas increíbles paradas; comimos helado, observamos hermosos paisajes y nos tomamos algunas fotografías.

Esta era nuestra primera cita, en realidad no lo era. Sin embargo, me gustaba llamarla así, había sido planeada, no como las otras las cuales siempre eran improvisadas. Miro mi alrededor sonriendo, mientras Melcon me carga en su espalda. Ambos parecíamos dos niños pequeños, observando a mi alrededor veo que se detiene enfrente a una tienda de tatuajes. Me quedo observando el lugar sin comprender por qué se detuvo aquí.

—Me tatuare tu nombre, Morgan.

—¿Qué? —espetó.

El me baja de su espalda y toma mi mano guiándome al lugar, ambos entramos y observamos la tienda. Era demasiado gótico y lindo, una chica se acerca a ambos y nos sonríe.

—¿Buenas tardes chicos, qué se les ofrece? —pregunto cordialmente la chica.

—Quiero tatuarme el nombre de mi esposa —menciona Melcon levantando mi mano.

Oh, Dios mío. Acaba de llamarme esposa.

—Oh, felicidades. Claro pueden seguir.

Ambos nos acercamos y tomó asiento, mientras Melcon se acerca a la chica y ella empieza hacer su trabajo, observo todo en completó silencio. Aún no podia creer que esto fuera real, el se estaba tatuando mi jodido nombre.

Me quedo mirando veinte minutos mas y veo a la chica hacer los últimos detalles, cuando está completamente listo. Mi novio me muestra el tatuaje sonriendo.

Era demasiado lindo, especial. Nadie había hecho algo así.

—También quiero tatuarme —informo levantándome de golpe.

—¿Enserió? —Pregunta Melcon con una sonrisa en el rostro.

—¿En que parte te tatuaras, rubia? —pregunto la mujer.

—Mi nalga.

Ambos quedan completamente boquiabiertos, sin embargo ninguno objeciona. Me acercó a la chica y continuamente comienza hacer su trabajo, no dolía como lo había imaginado y la mirada penetrante de Melcon no me dejaba concentrar.

—Esta listo, mirarlo Melcon.

El se levanta y se acerca a nosotras, colocando uno de sus dedos en mi nalga y trasando delicadamente el lugar.

—Jodidamente maravilloso.

—Me alegra que les guste —dice la chica sonriendo.

En el momento que me levanto me acerco al espejo y quedó boquiabierta era sumamente precioso. Me quedaba perfecto en esa sona, el tatuaje se notaria con o sin bragas sin embargo no era algo de lo que me arrepentía.

Desvió la mirada y observo a Melcon aún mirándome el trasero así que levanto mis short con cuidado cubriendo todo de su visibilidad.

Ambos agradecemos a la mujer y salimos del lugar tomados de la mano, y algo llama mi atención al instante la mano libre de Melcon reposaba en mi trasero. Oh Dios mío, ahora quien aguantaría el comportamiento posesivo de Melcon.

Malas decisiones © [#2]Where stories live. Discover now