Malas decisiones © [#2]

Capitulo 20: El royal.

Capitulo 20: El royal.

Morgan.

En el momento que bajamos del auto, observo a mi alrededor y quedo boquiabierta, estábamos en el lugar que Melcon me habia ganado como premio. Todas las miradas están en nosotros, no. Estaban en mi. Melcon aún no me había traído aquí como su novia.

Todos nos dan paso y Melcon muestra mucha superioridad y poder, me sentía un poco incomoda. Nunca pasaba desapercibida pero esto era un poco incómodo.

Miro hacia adelante y observo un gran auto negro con rayas blancas, una chica se acerca a nosotros y nos indica hacia donde tenemos que ir. Melcon no saluda a nadie, simplemente camina mostrando todo su poder aquí. En el fondo veo una raya roja la cual separaba este lugar del resto de las personas.

—Amo la VIP —dice Neidan acercándose.

—Tenemos mejor vista, cariño.

—¿Qué hacemos aquí Melcon? —pregunto.

—Verme competir.

—Oh, eso suena genial.

Nos acercamos a la línea roja y adentramos a ella, solo estábamos los cuatro. La multitud empieza a gritar, aplaudir y bailar en nuestro alrededor. Esto era genial, habían demasiadas personas divertidas y un ambiente maravilloso.

Me encantaba este lugar, podría amarlo.

Melcon se acerca a mí y me da un leve beso, haciéndome quedar estupefacta. En cambio, el solo me regala una sonrisa.

—Para la buena suerte —dice sonriendo.

—Si ganas, follamos —susurro en su oído.

—Morgan, tu si sabes como alentar —responde dándome otro beso.

El camina hacia su auto y me acerco a los chicos, ambos entregan dinero a un hombre y toman unos papelitos. Toda nuestra atención está en Melcon y la carrera. Estaba nerviosa era la primera vez que lo vería conducir.

—No te preocupes, Morgan. Es el mejor —Comenta Neidan sonriendo.

—Cariño, tu hombre nunca decepciona —dice Zhaira empezando a chiflar.

—De eso no tengo dudas, chicos.

Observo hacia enfrente nuevamente, una mujer muy hermosa camina hacia el centro del lugar, esto me hacía recordar a rápidos y furiosos. La chica se pone en medio de los dos autos con una pistola falsa.

Nunca había visto algo que supere el bullicio de un día estas carreras. Todo el mundo afronta la presión de forma diferente, aquí todos apostaba. Y solo había un ganador. La tensión aumentaba a medida que los chicos se acercaban.

El corazón me late en el pecho, el ritmo es similar al de un temblor.

—¡Están preparados! —grita la mujer, haciendo que los motores suenen—. ¡Tenemos en el lado izquierdo a Thimoteo y en el derecho al demonio de Denver! ¡El jodido Melcon Foster!

La multitud continúa enloquecida y gritando a todo pulmón, los chicos a mi lado hacen barra. En cambio, yo permanezco mirando en silencio dejándome sorprender y hipnotizar.

—¡Uno. Dos. Tres! ¡Fuera! —grita la chica.

Solo un auto empieza a conducir, en cambio Melcon se queda en la salida de meta, dándole ventaja al chico y dejándome a mi indignada. Entonces su auto enciende las luces y sale manejando a mil. Toda mi atención va hacia los autos, el de Timotheo va tomando la delantera por la primera vuelta. En cambio Melcon conduce lentamente haciéndome quedar sumamente desconcertada.