Capitulo 12: Confesiones.

762 38 0
                                    







Capitulo 12: Confesiones.

Nueva York.

Estaba realmente encantada y feliz, luego de tantas lágrimas las últimas semanas estaba muy contenta. Vería a mi nona y mi amor la conocería. Estaba muy nerviosa, Melcon era muy frío y mi nona muy amorosa espero no sea demasiado para el.

Observo a mi alrededor, acabamos de llegar a Nueva York. El viaje fue muy cómodo, junto a Melcon. Mi madre estaba emocionada de tenerlo aquí y Marco bueno aun no lo aceptaba.

Veo detenidamente como el auto de la mansión de mi nona llegar por nosotros y baja de el muy sonriente, Lucas el chófer de mi abuela y un gran amigo de la infancia. Me acerco y el corre a mi abrazándome y dándome vueltas en el aire.

—Princesa.

—Espantapájaro.

—Te extrañe mucho, mi abuela preparo tú comida favorita —dice y lo abrazó dando saltos de felicidad.

El padre de Lucas era el primer chófer de mi abuela, pero se retiro. Ahora su nieto de veintidós años tomó su lugar, siempre que venía en verano jugaba con Lucas. Mientras su abuela cocinaba en casa.

Mi atención va a Melcon quien se acerca a mí y me sostiene mi mano, y inmediatamente observa a Lucas con ojos de fuego. Siempre era un poco celoso pero me gustaba.

Después de las presentaciones, entramos al auto y el transcurso fue de cuarenta minutos. En el instante que llegamos a la mansión de mi nona, sonrió todo era perfecto y de aquí venía mi obsesión por el rosa.

Toda la casa de nona era rosa pastel y blanca.

Melcon frunce el ceño al observar el lugar y sonrío abrazando su brazo. Cuando Lucas habré las puertas y bajamos. Observó en la puerta a una mujer de mediana estatura, con cabellos dorados y ojos azules como el mar. Esperarnos en la entrada; llevaba puesto un hermoso vestido blanco con tacones a juego.

Marco y yo nos miramos el uno al otro y me quito los tacones para correr en dirección hacia mi nona, el idiota de Marco llega por supuesto de primero y tomó un puñado de su cabello amarillo y lo jalo apartandolo de mi nona.

—¡Nona!

—Mi hermosa y magnífica Morgan —dice dándome un beso en ambas mejillas—. Tan hermosa como su nona.

—Estas increíbles, mírate nada más.

—Bueno querida, presentame a tu semental —dijo codeandome el brazo.

Mis mejillas se tornan carmesí y me dirijo hacia Melcon, tomando su brazo y acercandome hacia donde mi nona. Ella lo observa de pies a cabeza y extiende su mano. Allí Melcon deposita un beso.

—Es un placer conocerla, señora.

—¡Señora! —exclama—. No querido, llámame Nona.

—Disculpe, Nona.

—Tienes un buen gusto Morgan, que chico tan alto y guapo —comenta Nona haciéndo reír a Melcon.

—Así es, nona.

—Morgan tiene buen gusto; soy rico, alto y guapo.

Malas decisiones © [#2]Where stories live. Discover now