Prefacio.

1.3K 50 5
                                    

Berlin Alemania.

Hora: 7:45 pm.


—¿Morgan?

Silencio.

El incómodo silencio estaba siendo provocado por mi, no quería hablar justo ahora, estaba llena de ansiedad, terror y miedo. No entendía por qué decidí venir aquí en primer lugar, él estaba muerto, no tenía sentido llegar aquí desde Nueva York. Me dejé llevar por mi corazón, solo por haber escuchado el nombre de la persona que aún amaba. Mi otra mitad; el hombre que hacía latir el corazón como la primera vez que lo conocí. El hombre que me hacía sentir cada sentimiento que posiblemente pueda sentir, y algo más.  El hombre que me abrazó y amó en casi todos los momentos de mi vida. No tengo pasado sin él, sencillamente, él era mi mundo y lo será siempre.

Se como se sentía cada caricia de él, cada beso. Cómo se siente su polla mientras se desliza dentro de mi. Se como se siente cuando me vengo, clavando mis uñas en sus hombros, cuando me aferró a su cuerpo. A pesar de todos esos momentos mágicos, temía ser arrastrada y ahora solo queda un recuerdo que por más que traté de borrar aun sigue persiguiéndome.

—Lady.

—Ya no soy lady, Melcon murió.

El hombre frente a mí, observa a uno de sus hombres y el chico le entrega un teléfono. Con cuidado el hombre frente a mí, me lo extiende, haciéndome sentir completamente desconcertada. Y frunciendo el ceño, lo tomó y colocó en mi oreja derecha.

—¿Hola? —respondo al teléfono.

—¿Morgan?

La voz que oigo al otro lado de la línea es una que reconocería en cualquier instante y lugar; una voz que me habló todos los días durante años. Una voz que jamás pensé que volvería a oír, y una que todavía me cuesta creer que esté oyendo en este momento.

Era la voz del hombre al que he querido desde que tenía diecisiete años. El hombre que desapareció de un momento a otro sin decir adiós.

Melcon.

—Morgan —dice Melcon—. Soy yo. Estoy vivo. Volví por tí.

¡Esta mierda no está pasando!

Mis piernas comienzan a temblar y trato de mantener mi equilibrio. Sin embargo, por más que lo intento, no lo obtengo. Tenía un sin fin de preguntas que hacerle y ninguna respuesta ¿Por qué regresó ahora? ¿Habían pasado casi dos años? No entendía, mi cabeza daba vueltas, arriesgue todo por él y he tratado de olvidar lo, pero se me ha hecho muy difícil, él quiere seguir en contacto conmigo y por más que intente alejarlo. Él está empeñado en seguir siendo parte de mi vida.

Nunca debí caer en él.

Pero caí en cascadas enamorada de un demonio.

Nada logró disuadir las llamas de deseo que prendían dentro de mí.

Al final, la mafia siempre consigue lo que quiere.

Y él me quiere a mí.





Nota de autora: Se recomienda, pero no es necesario, leer primero Buenas decisiones para comprender lo que sucede.

Malas decisiones © [#2]Where stories live. Discover now