Malas decisiones © [#2]

Capitulo 30: Reconciliación.

Capitulo 30: Reconciliación.

Había llegado a la mansión, estaba mucho más tranquila ya había regresado. Estaba a salvo, sin un rasguño y eso era lo que más me importaba.

Me recuesto en mi cama dejando mi libro a un lado y tomando mi teléfono, tenía muchos mensajes de Melcon. Sin embargo no los miré, fui directamente a Instagram estaba revisando mis redes sociales y mi atención va a una etiqueta que tengo. Entro a ella y observo que es de Melcon; una fotografía de ambos besándonos con una pequeña descripción, en alemán:

Du bist ein Engel für mich. Ich bin der schlechteste aller Menschen, ich werde mich verbessern, um dich nicht leiden zu lassen. Ich liebe dich, meine Liebe.

No entendía ni una palabra y corro a mi traductor, con el corazón a mil; Eres un ángel para mi. soy el peor de los hombres, mejorare para no hacerte sufrir. te amo amor mío.

Las lágrimas se asoman en mis ojos pero no le doy like, simplemente dejo el teléfono en mi cama y salgo de mi habitación. Era lindo cuando se lo proponía, sin embargo no podía hacerme manipular por sus tratos hermosos.

Bajo las escaleras desanimada, era viernes por la noche y mi madre y Marcó salieron a cenar. Estaba completamente sola y se sentía un poco bien, camino a la cocina y tomó del alacenas una botella de vino tinto. Tomándola me giro y observo a Melcon parado frente a mí haciéndome ahogar un grito.

—¡Me cago en la puta! —grito.

—Podemos hablar, por favor.

—¿¡Que demonios te pasa!? —exclamó llena de ira—. ¡Casi me da un infarto!

—Esa no era mi intención.

—Melcon...

—Te lo pido, por favor.

—Tienes cinco jodidos minutos —le informo.

Camino por la cocina sacando una copa y sirviéndome un poco de vino tinto, no planeaba ofrecerle. No era mi invitado.

—Lamentó todo, Morgan. Soy un idiota —dice acercandose a mi.

—Manten tu distancia.

Lo observó dar tres pasos atrás y pasar su mano una y otra vez por su cabello.

—Te amo y no me imagino una vida donde no estés tú.

—¿Me amas? —pregunto acercandome a él.

—Te amo sincera y verdaderamente.

Me acerco por un trapo de la cocina y luego me acerco nuevamente a él, tirando el vino de mi copa al suelo haciendo un desastre.

—Limpialo.

—¿Qué? —espeta.

—Me amas tanto, limpialo.

El se acerca y le tiró el trapo, sus reflejos son excelentes y lo toma. Lo observó arrodillarse frente a mí y limpiar lo que regué en el suelo. Mientras limpia lo observó cruzada de brazos y cuando termina de limpiar, esta apunto de pararse pero coloco mi pie en su hombro.

—No.

—¿Qué deseas amor? —Pregunta.

—Besa mis pies.

Sin objetar lo hace, besa mis delicadas piernas la una a la otra. —Te amo Morgan.

—Levántate.

Lo observó hacerlo y trata de acercarse a mi pero lo aparto, cruzandome los brazos. Lo miro a los ojos, estaba sobrio y eso era lo que más me importaba.