Capitulo 14: Ich liebe dich.

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Capitulo 14: Ich liebe dich

Melcon.

Una semana, una jodida semana. No me había llamado, nisiquiera buscando. Morgan Evans me sorprendía. Más de lo que me gustaría, hace dos días había llegado a Denver y aún así no me escribe.

Tampoco lo haría, era Melcon Foster. Nunca en mi jodida vida busco a una mujer y ahora tampoco lo haría, observo a mi alrededor me gustaba este club, estaban mis amigos. Alcohol y mujeres, mujeres que con solo una sonrisa caen a mis pies, abriendo las piernas como todas unas jodidas zorras.

En mi mundo las mujeres son un objetó llamativo que sirve para dar placer. Irónico, no miro de esa manera a Morgan. Joder, ella sabe dar placer, aun sin sexo. Lucifer me condenó. Ella se enfrenta a mí y eso no lo ha hecho ninguna mujer eso en el pasado, Morgan es fuerte. Y está volviéndome
un demente por ella.

El club Lux parecía ser un típico antro de desnudos. Sin embargo, podría llamar a cualquier puta para follar en cambio estaba aquí en este particular club donde Milly nombre de la zorra bailaba y era una excelente opción.

¡Había pasado demasiado tiempo! necesitaba sexo, y últimamente había
estado en una dieta.

Miro a mi alrededor los hombres no me miran a los ojos y las mujeres me miran con deseo, no todos el tiempo vengo aquí. Llevaba algunos meses sin hacerlo. Observo a mi lado a Neidan y su novia Zhaira, ambos eran polos opuesto. Ella estaba sentada en sus piernas mientras Neidan la abrazaba.

Miro hacia adelante donde Milly estaba terminando de bailar pero aun no me visto, la observo desde lejos mientras bebo whisky con un solo pensamiento en mi cabeza atormentándome Morgan.

La perra era VIP, follaba bien. Aunque nunca lo hacía sin preservativos. La observo gatear a sí mi. Esta mujer definitivamente sabe como ganar dinero.

—Vaya, hay viene tu gata —bromea Zhaira haciéndome reír.

—Apuesto que esta feliz de verte —cuchicheó Neidan sonriendo.

—Quién no lo estaría.

Milly se arrodilla frente a mí y coloca sus manos en mi polla, la cual no tiene ninguna reacción y quedó sorprendido. Aún no he bebido lo suficiente.

Ella era hermosa, pero había fallado mejores; tenía el cabello azabache y los ojos verdes. Su cuerpo era muy boliptuoso y sus tatuajes le quedaban bien. Ella se sienta en mi regazo y me da un besito, pero la aparto.

—¿No estas de humor, demonio? —pregunto.

—No lo estoy.

Ella acerca su boca a mi odio. —Te extrañe, vamos a mi habitación.

La oferta fue tentativa pero no tenía ganas de ir con ella.

Estaba por responderle pero las puertas del lugar se habren y observo boquiabierto a Morgan. Jodida mierda; tenía un vestido negro arriba de las rodillas, un gran escote en su espalda y busto. Su cabello dorado estaba perfectamente planchado y traía unos tacones del mismo color.

Su mirada va hacia la mía y sus ojos se abren de sorpresa, bueno tengo a una zorra en mi regazo tocándome. Ella aparta su mirada de mí y veo como un hombre le indica algo y ella se acerca a una de las mesas donde bailan estas chicas.

Vio como su pecho se expandía y contraía, esos hermosos pechos
subiendo y bajando con cada respiración. Estaba nerviosa. Joder, ella era totalmente una mezcla de sensualidad y de inocencia.

La ira me estaba poseyendo y la estaba retando con mi mirada, era hermosa. Su cuerpo era perfecto, tenía curvas en todos los lugares indicados. Sus movimientos tenía gracia y elegancia. Eran fluidos y demasiado sexys. Su largo cabello caía en cascada sobre sus frágiles hombros y por la espalda.

—¡Desnúdate! —Un hombre gritó.

—¡Quiero ver su culo! —Gritó otro.

Los hombres gritaban y tiraban dinero sobre ella, mi paciencia había llegado a su límite y me levanto fuertemente de mi asiento haciendo que las personas a mi alrededor me miren con miedo.

—¡Suficiente! ¡Quien diga otra palabra lo matare! —Gritó mientras me dirigía al escenario.

Me acerco con pasos rapidos hacia ella y la tomo de la muñeca fuertemente. No tardaría mucho en empezar una pelea, si fueran suficientemente valientes. Sabrían que no debían meterse conmigo.

Salimos del lugar escuchando sus quejas y maldiciones. Observo mi auto a lo lejos y camino junto a ella hacia el.

—Sube al jodido auto —gruñó.

—¡No voy a ir contigo a ningún lugar! —grita.

—¡Morgan ahora! —grito

Ella me mira sorprendída y luego entra a mi auto cerrando la puerta de un portazo. En el momento que subo el auto y comienzo a conducir, apretando demasiado fuerte el volante y manejando con demasiada velocidad. Perdi el control sobre mí, estaba muy cabreado.

—¡Melcon conduce más despacio! —grita.

—No hables Morgan.

—¡No quiero morir idiota! —exclamó.

Sigo conduciendo sin importar sus quejas y observándola, tenía los ojos fuertemente cerrados y los labios apretados. Tenía miedo, así que cuando observó la entrada de la mansión Foster. Me detengo, haciendo que ella respire y abra los ojos. Lo siguiente que hace es bajarse del auto y golpearlo.

Salgo de mi auto y la observó tiene la cara complete roja, me acercó a ella y la subo en mi hombro. Sin importar sus gritos. Camino hacia mi habitación y la lanzó en mi cama.

—¡Eres un infeliz! —me grita.

—¿Qué mierda hacías allí? —cuestiono mirándola a los ojos.

—¡Ver como el estúpido de mi novio! ¡Iba a follar a otra! —grita levantándose de la cama.

La observo quitarse los tacones y acercarse a mi, su rostro estaba rojo y sus ojos estaban cristalizado.

—No me sorprende —dice—. Los tipos como tú, no saben controlar las pollas.

—Morgan...

—¡Callate, eres un imbécil! —chilla—¡No puedo creer que me allá enamorado de tí!

—¡No debiste ir a ese lugar! —grito—. ¡Tu no eres una zorra!

—¿Eres el único que se puede divertir? —me pregunta sonriendo—. Yo hago lo que quiero con mi cuerpo.

—Eres mía y cualquier hombre que ponga un dedo en tí, lo matare —gruñó.

—¡Hijo de puta! —grita enfurecida—. ¡Lárgate y folla a esa zorra!

—Cuidado como me hablas, Morgan.

—¿Qué me harás? —pregunto—. ¿Me golpearas?

—¡Jamás te pondría una mano encima!—grito.

Las lágrimas salen de sus ojos y me aparta bruscamente, tomando sus tacones y yendo hacia la puerta.

—¿Ah donde crees que vas, Morgan? —pregunto.

—A mi casa, esta conversación termino —dice—. Nosotros también.

—¡Ich liebe dich! —grito.

—¡No entiendo Alemán!

—No necesitas enterlo aun, solo sentirlo —digo acercandome a ella.

Malas decisiones © [#2]Where stories live. Discover now