Capitulo 24: Retos y fantasías.

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Capitulo 24: Retos y fantasías.

Morgan.

Observo mi alrededor con atención, estábamos en el jardín de la mansión Foster. En la piscina, Melcon estaba recostado en la silla de playa, mientras leía con atención Amor y prejuicio; llevaba unas gafas de sol y a su lado tenía una mesita con una gran jarra de limonada.

En cambio yo tenía en mi mano un arma, la cual sujetaba como gelatina. Miro hacia enfrente, al otro lado de la piscina, habían varías botellas de vidrio. Esperando por mí, Melcon me había enseñado lo básico, sin embargo, aún me daba demasiada ansiedad tocar un arma.

Nuevamente observo a Melcon. Lee con mucha tranquilidad el libro, alparecer se lo estaba tomando muy enserió.

—Vamos Morgan, mirada enfrente —ordena haciéndome mirar las botellas.

—Esto es difícil —gruñó.

—Vamos, nena —me anima—. Tu puedes.

«¡Soy Morgan Evans, yo puedo!»

Observo hacia adelante, sujeto el
arma que tengo entre las dos manos tirando del gatillo que le atraviesa a la botella.

Los labios me tiemblan, pero el corazón no me late. Siento los brazos de Melcon por detrás, quien deposita un beso en mi mejilla a la vez que baja el arma que mantengo en alto.

—Felicidades, Liebe.

—Estoy demasiado feliz, uno de cinco.

—Estuvo increíble para ser tu primera ves —dice sonriendo.

—¿Sabes algo, amor?

—¿Mmm?

—No hay nada mas sexy, que verte con un arma.

Lo veo entregarme el arma nuevamente y me sostiene las manos, ayudándome a apuntar hacia enfrente. Podía sentir su gran bulto en mi trasero, mientras se acercaba a mi, sus manos son como guantes para mi. Ayudándome apuntar en el lugar exacto y tirado el gatillo, otra botella se rompe. Continuamente dispara a las siguientes y todas se rompen haciéndome estremecer un poco. Luego quita el arma de mis manos y me da un beso en el cuello.

Estaba apunto de besarlo, en cambio, lo observo alejarse de mi y depositar su arma en la mesita. Para continuamente recostarse en la silla, y dejándome sumamente boquiabierta al verlo tomar el libro y continuar leyendo.

«¡Mr Darcy, no me quitara a mi hombre!» pensé.

—Canalla —murmura leyendo.

—Apenas lo estas empezando, pronto lo amarás.

—Tienes buena puntería —dice llamando mi atención—. Sin embargo, tiemblas mucho, amor.

—¿Qué vas a hacer si disparo mejor que tú? —bromeó.

¿Estaba coqueteando?

Oh, esto iba a ser divertido.

—Si disparas mejor que yo... —fingió reflexionar sobre la cuestión—. Dejaré que hagas lo que desees conmigo.

Cuando abrí la boca y mis ojos se hicieron grandes, enloquecí.

—Dios, voy a disfrutar de ti.

Lo veo levantarse y dejar el libro en la mesita, se acerca a mí. Y me sujeta fuertemente la cintura, en cambio, mi mano viaja al bulto en sus vaqueros. Y muevo mi mano de arriba a abajo.

Mi cuerpo hormigueaba, realmente
hormigueaba. Trató de atribuirlo a los nervios, pero sabía que no era eso. estaba sexualmente excitada. Estar tan cerca de Melcon y ver el hambre
en sus ojos estaba encendiéndome. Y Dios, él estaba excitado.

Malas decisiones © [#2]Where stories live. Discover now