LA MANGUERA QUE NOS UNIÓ - (G...

Af marlenequen

1.3M 207K 41.6K

La vida de Mariajo es tan anodina, que incluso aburre a los aburridos. Sin embargo, la visita de un hombre im... Mere

¿Preparad@s para una nueva historia?
SINOPSIS
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPITULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPITULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPÍTULO 49
EPÍLOGO (parte 1)
EPÍLOGO - (Parte 2)

CAPÍTULO 32

20.9K 3.7K 869
Af marlenequen

A la mañana siguiente me despierto bastante cansada y tengo que luchar contra la pereza para levantarme. He tenido varias pesadillas y ahora estoy que no puedo con mi cuerpo.

Llamo a Gorka para quedar con él, ya que hoy tiene visita con su médico, y cuando termino de arreglarme me dirijo a su apartamento. Al llegar noto que todos los músculos de mi cuerpo están contraídos y mientras trato de relajarlos con un par de estiramientos, Gorka sale del edificio y me levanta su mano.

—Buenos días, preciosa. —Deja un suave beso en mi boca al subir y ese simple gesto hace que me sienta mejor—. ¿Qué tal has dormido?

—No preguntes. —Resoplo y sonríe.

—¿Has soñado conmigo?

—En cierto modo sí —confieso. Soñé que volvía a romperse la pierna, pero evito decírselo.

—¿Y qué has soñado? —Alza las cejas repetidas veces y no tardo en arrepentirme de habérselo comentado.

—Seguro que nada de eso que estás pensando. —Miro al frente para que no vea el rubor en mis mejillas pero su fuerte risa me confirma que ya es tarde.

Mientras nos dirigimos al hospital me pregunta si estoy bien al notarme más callada que otras veces y viene a mi memoria el suceso que tuve en casa de mis padres con Margarita y su sobrino. Se lo cuento con intención de que me lo recuerde después, no se me vaya a olvidar cuando hable con la abogada. Al avisarle que tengo cita con ella a la tarde se presta para acompañarme. Le explico también lo que ocurre con la única testigo que podría defenderme y, de igual modo, se muestra dispuesto a ayudarme. Nunca me había sentido tan arropada. Mis padres, mi hermano, Lucrecia y sobre todo él... Posiblemente esté pasando por el proceso más difícil de toda mi vida, pero gracias a ellos se me está haciendo un poco más llevadero. No quiero imaginar cómo hubiese sido tener que atravesar esto sola.

—Gorka —le riño al salir de la consulta y ver lo que está haciendo—, el médico te ha dicho que apoyes el pie sin cargarlo.

—Pero si no me duele.

—Da igual, así solo sobrecargarás tu rodilla.

—Bobadas. —Vuelve a plantarlo y al segundo diviso una mueca de dolor en su cara.

—¿Lo ves? —espeto cabreada.

—Tenía que probarme —protesta ahora teniendo más cuidado y resoplo. Es tan cabezón que seguro que no tardará en intentarlo de nuevo.

Cuando sube al coche lo miro con más detenimiento y me doy cuenta de que está observando su rodilla con tristeza. No había pensado en ello pero, en el fondo, aunque quiere aparentar otra cosa como hace siempre para ocultar sus debilidades, esa lesión se lo debe de estar haciendo pasar mal. Es demasiado activo y tiene que ser muy duro estar postrado todo el día en un sofá.

—¿Te duele? —pregunto para llamar su atención.

—No, no. No me duele. —Mira al frente y después a mí—. Vamos a buscar a esa chica.

Asiento y, sin decir nada más, conduzco hasta la zona en la que creo que vive.

Empleamos al menos dos horas en dar vueltas por todas las calles que rodean a la farmacia a la vez que preguntamos a los vecinos. Parece que nadie sabe quién es. Llamamos a varias puertas con la misma intención y al obtener solo respuestas negativas comienzo a dudar. Hasta ahora siempre había creído que esta era su área pero estoy perdiendo la esperanza por momentos.

—Ya no sé dónde preguntar.

Me siento en uno de los bancos de madera que hay al lado de un parque y expulso el aire con fuerza. Estoy tan cansada como frustrada. Esa chica es mi única esperanza y no puedo permitirme perderla.

—La encontraremos, tranquila. —Se sienta conmigo y temo que por haber estado tanto tiempo de pie su pierna buena se resienta. Una vez me torcí un pie y de tanto como usé el otro, acabé sobrecargándolo.

—No nos va a dar tiempo. Es muy tarde ya, aún no hemos comido y en apenas unas horas tengo la cita con la abogada.

—Le explicaremos lo que ha ocurrido.

—No sé si eso servirá. Según me dijo, va a realizar unos trámites importantes e imagino que debe añadir en ellos a mi testigo principal.

—Ya veremos cómo lo hacemos. —Se pone en pie—. Todo tiene solución. De momento vamos a comer algo y después continuamos. ¿Conoces algún sitio que esté bien por aquí?

—Sí. —Hace ya un rato que mi estómago protesta pero estaba tan entregada a la búsqueda que preferí ignorarlo—. Hay un restaurante en la misma calle de la farmacia que está genial. He ido un par de veces con Lucrecia y se come muy bien.

—Perfecto, entonces tú invitas —ríe y lo sigo.

Al entrar al local uno de los camareros viene hacia nosotros y nos guía hasta la mesa más cercana. Nos invita a sentarnos y tras entregarnos la carta, se marcha para que podamos decidir.

—Creo que tomaré de primero una ensalada —digo en alto—. ¿Te apetece compartirla conmigo? Son muy grandes.

—Vale. Yo de segundo pediré rabo de toro. ¿Lo compartimos también?

—¡No! ¡Qué asco! —Le miro con la frente arrugada y se echa a reír.

—No sé por qué me lo imaginaba. —Levanta las cejas con picardía y cubro mi cara avergonzada—. Yo sí lo voy a pedir. Dicen que de lo que se come se cría, por eso tengo a Miniyo tan nutrido.

—¡Gorka! —le riño. Me avergüenza pensar que alguien nos pueda estar escuchando.

—¿Qué pasa? —Se hace el tonto—. Cada uno alimenta a su bestia como quiere.

—Hola. —Una camarera se coloca frente a nosotros, así que le hago un gesto a Gorka para que se contenga—. ¿Saben ya lo que van a tomar?

—Emm... sí. —Carraspeo mirando la nota y cuando levanto la vista para decirle lo que quiero mis ojos se abren como platos. ¡Es ella! ¡Es la chica que estamos buscando!

—¡Anda! ¡Pero si eres Mariajo! —dice al reconocerme—. ¿Cómo estás? Vi lo que ocurrió con tu farmacia y me dijeron que habías estado ingresada.

—Yo... bien, bien. Estoy bien. —Trago saliva llevada por la emoción. Ya casi había perdido la esperanza—. ¿Sabes...? —Trato de hablar, pero son tantas las cosas que quiero decirle que no sé por dónde empezar—. ¿Sabes que llevamos toda la mañana buscándote?

—¿A mí? —pregunta sorprendida y desvía su mirada a Gorka—. ¿Para qué? —dice sin apartar los ojos de él y temo que se esté haciendo falsas ilusiones.

—¿Tienes un momento? Necesito hablar contigo.

—Claro...

—Es sobre el incendio. —Siento que estoy hablando sola, pues no para de mirar a Gorka—. Tú viste algo que me sería de gran utilidad que contaras.

—Perdona, ¿qué has dicho? —Se gira hacia mí por fin y cuando voy a repetírselo vuelve a hablar—. ¡Por cierto! No tuve oportunidad de decírtelo, pero qué maravilla eso que me vendiste. —Me guiña un ojo varias veces y sé a qué se refiere—. Aspira de una forma que... Bbrrr. —Me remuevo inquieta y Gorka se da cuenta.

—Me... alegro. —Noto un fuerte calor en la cara y cuando intento cambiar de tema no me deja. Esta tan entusiasmada que aunque trata de hablar en clave, sé que Gorka se está enterando de todo.

—No sé si tú lo habrás probado ya, pero si no lo has hecho te lo aconsejo. Te deja la casa muyyy limpia. —Abre sus ojos de manera exagerada para que la entienda.

—Oh... Lo tendré en cuenta —río de una forma tan falsa que se me empieza a notar.

—Yo lo usé el otro día —«Mierda..., no» me digo al oírlo y las dos le miramos con rapidez—. Esa mierda succionaba tan fuerte que casi se me metieron las sábanas por el...

—¿Qué? —decimos a la vez.

—Por el agujero del...

—¡Gorka! —le grito y nos mira.

—Por el agujero del tubo de la aspiradora... ¿No es de eso de lo que estáis hablando?

—Oh, sí. Claro. De eso mismo. De una aspiradora... —balbucea la chica casi tan roja como yo y poco a poco se centra—. Mi turno acaba en aproximadamente una hora. —Carraspea nerviosa—. Os sirvo y cuando terminéis de comer hablamos ¿de acuerdo? —Asentimos tan conformes como agradecidos y cuando se marcha con la excusa de traer unas copas le miro con la frente arrugada.

—Eres un capullo —espeto y estallamos en carcajadas. Es tan ocurrente a veces que ya no puedo luchar contra sus idioteces.

—Adoro verte siempre así —indica observándome—. Lástima que no quieras compartir todavía el rabo conmigo.

—¡Gorka! —reímos de nuevo mientras esperamos a que la chica regrese.

Ojalá cuando le explique todo acepte echarme una mano. Su testimonio sería de gran ayuda para mí.

___________

¿Aceptará? 😏

Fortsæt med at læse

You'll Also Like

1.8K 142 22
Alessa y Tomás. Dos personas tan diferentes pero a la vez tan parecidas. El destino los juntó, pero gracias a él se acabaron separando... ¿O no? No q...
1.1K 53 5
Todos los derechos reservados.
988K 158K 151
4 volúmenes + 1 extra (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso justo...
643K 26.3K 30
2ºTEMPORADA. Después de lo difícil que ha sido la convivencia bajo el mismo techo llega el momento de emprender caminos por separado ¿Lo llevarán bie...