Maratón 1/? (💜)
Parpadea varias veces al creer que es una ilusión creada por sí mismo y corre rápidamente al darse cuenta de que no se trata de eso.
— ¡Jin hyung!
Lo abraza con demasiada fuerza y olfatea el aroma dulce del omega sin poder evitarlo.
—También, te extrañé, Tae —ríe por las feromonas de alegría— ¿Todo tranquilo en el departamento?
—Sí, sí —su tono sale como de un niño—. Ah, no tiene idea cuánto lo extrañé. NamJoon hyung es un pésimo cocinero.
Ríe más por aquel comentario y acaricia sus cabellos separándose lentamente.
—Prepararé tu cena favorita como recompensa.
— ¿De verdad? — Asiente ganándose un aplauso de felicidad— ¡Gracias! ¡Jin hyung! — Lo abraza, de nuevo, por la emoción—. Déjeme ayudarlo, ¿sí?
—De acuerdo.
De esa forma, ambos empiezan a preparar la cena. Tienen tiempo suficiente hasta la llegada de los demás momentos. Mientras, cocinan TaeHyung no puede evitar observar de reojo a su mayor. Lo hace debido a que hay algo extraño en él, es decir, siente algo diferente como si algo hubiese cambiado; sin embargo, no tiene idea sobre de qué pueda tratarse. Mira sus cabellos, siguen igual, no han crecidos o se los ha cortado; mira sus mejillas, siguen igual, no ha engordado o lo contrario.
Sin poder evitarlo, sus ojos descienden lentamente por la espalda del omega hasta detenerse en las caderas. Su lobo emite un gruñido, está molesto, es como si se hubiese dado cuenta del cambio en SeokJin; sin embargo, su parte humana no entiende por lo que frunce el ceño al estar confundido, ¿qué descubrió su alfa?
— ¿Qué tal? — La voz del mayor lo saca de sus pensamientos y nota de que le está extendiendo el cucharón.
— ¡Delicioso!
Exclama luego de probar.
— ¿No necesita más sal?
—Está perfecto, Jin hyung.
Le agradece con una sonrisa y continúa cocinando.
—Uh, por cierto, ¿cómo le fue con YoonGi hyung?
Pregunta tratando que su tono no salga con curiosidad.
—Ah, ¿qué? — Sus mejillas se ponen rojas al instante—. Bien, bien. Fue..., maravilloso —susurra, ahora con las orejas rojas.
— ¿Se divirtieron mucho?
Asiente con una sonrisa tonta.
—Que bien —hace una mueca sin saber por qué y agarra una zanahoria para empezar a cortarla.
Su lobo le gruñe, otra vez, y le dice que es un tonto.
Bufa a mitad de la nocha al no ser capaz de dormir. Ha estado dando vueltas por varias horas en la cama, sin embargo, su lobo continúa gruñendo y mal humor.
—Ah, estúpido animal —le dice poniendo la almohada sobre su rostro y hace una rabieta cuando su lobo gruñe más fuerte.
Tira la almohada hacia el suelo y se incorpora para sentarse. Observa cómo su compañero de dormitorio duerme profundamente y suspira con envidia, se pone de pie recogiendo la almohada y sale descalzo hacia el dormitorio de SeokJin.
Sabe que el omega no va a dejarlo dormir en la misma cama, aún así quiere tratar; es decir, no pierde nada con internarlo. Camina por el pasillo de los dormitorios hasta llegar al último y cierra la mano formando un puño para tocar la puerta.
— ¡Más! ¡Yoonie!
Se queda petrificado con el puño alzado y su respiración comienza a acelerarse horriblemente. Confusión y rabia se instalan en su pecho, y niega con la cabeza al creer que los gemidos como jadeos por parte del omega son por otra razón.
Apega la oreja para escuchar mejor y muerde con fuerza su labio hasta hacerlo sangrar.
—Profundo..., muy profundo...
Su lobo ruge y le exige, no, ordena de que abra la puerta.
—Oh, Yoonie..., ahí, justo ahí. Más, más...
Golpea la pared y muerde la almohada para evitar que se escuche su grito de coraje puro.