Hoseok no esperaba encontrar al último miembro en integrarse al grupo en la sala de práctica, creyó que estaría en el departamento, en cama, descansando hasta que estuviera recuperado por completo, pero al parecer tomó la decisión de venir por más que está mal porque las toces y el rubí en sus mejillas son indicadores que va a tener una recaída en cualquier momento.
—Hyung..., no debió venir —escucha que le dice el maknae con preocupación—. Es mejor que regrese.
—Y-Ya...ya te dije que no me...que no me llames hyu...
Tose con fuerza y cierra los ojos por el dolor de cabeza.
—Jimin, tienes que irte al departamento.
—Estoy bien, Hoseok hyung.
—No, no lo estás —coloca su mano encima de la frente sudorosa y comprueba que tiene fiebre—. Maldición, Jimin. Estás con fiebre. Ve, ve a descansar.
Niega mientras parpadea una y otra vez, no siente las piernas, el cuerpo le pesa y los ojos igual, su respiración está acelerada no por haber bailado si no por la gripe; aún así, no quiere dejar de practicar tiene que dar todo de sí para que la coreografía salga perfecta, su carrera, su futuro no solo de él sino de sus demás compañeros está en la presentación después de su debut.
—Hyu... Jimin-ssi, vaya al departamento, si tiene suerte hyung está ahí y puede cuidarlo —habla con inocencia—. Estoy seguro que a hyung no le va a importar cuidarlo.
—E-Estoy bien —miente tratando de mantenerse de pie—. Solo debo sentarme un rato...estaré bien.
El rapero cree que ya ha tenido suficiente, comprende el hecho de que el pequeño alfa quiere seguir practicando, todos sienten aquel peso de responsabilidad porque salga perfecto la presentación, pero no puede arriesgar su salud, los jóvenes deben aprender a diferenciar las situaciones, dejar de lado la terquedad y saber cuál es la prioridad principal; en este caso es que Jimin se recupere por completo así no va tener compilaciones a futuro, pues si no se sana ahora quién sabe tal vez un día antes o el mismo día de la presentación puede caer enfermo de nuevo, y ahí la culpa sería mayor.
—Jimin, no seas terco —le dice con una expresión seria y ambos menores se sorprenden dado que el alfa de contextura delgada es una persona risueña y carismática, es demasiado extraño verlo de esa forma, sin su sonrisa angelical—. Será peor si caes mal el día de la presentación. Ve al departamento y descansa, tómate un día.
—Pero,...
—Pero, nada —interrumpe con calma—. Es solo un día, Jimin. Uno no más.
Se mantiene callado con la mirada fija en el piso y aprieta las manos en forma de puños por la frustración de estar enfermo, quiere darle la contra a su mayor, decirle que está bien y no por una ridícula gripe va a dejar de ensayar; sin embargo, la realidad lo golpea cuando siente cómo su lobo está débil, sin ganas de nada más que dormir.
—De acuerdo.
No se había percatado que su lobo también lo había acompañado en sus prácticas y se siente mal debido a que estuvo tan concentrado en sí que lo ignoró, no se tomó el tiempo de saber cómo estaba. Para Jimin es importante conocer el estado de su lobo porque sus padres le han enseñado que la relación entre el lobo con uno es de suma importancia dado que si no le muestras y das confianza a tu parte animal esta no va a querer doblegarse ante ti, y siempre va a estar queriendo tomar control de tus acciones, un ejemplo es el caso de TaeHyung, por ello su actitud gruñona y explosiva, le falta comunicarse con su lobo.
—Bien, JungKook, acompaña a Jimin al departamento —no puede dejar que se vaya solo—. Asegúrate que descanse.
—Entendido, Hoseok hyung.
Responde con los ojos bien abiertos y procede a ayudar al alfa de estatura baja a salir de la sala de prácticas rumbo al estacionamiento para que alguien del staff los lleve.
El recorrido no toma tanto tiempo y si no fuera porque todavía no hay un alto grado de confianza con el maknae del grupo Jimin se hubiese quedado dormido.
—Espero que hyung esté —las puertas del ascensor se cierran—. Aunque, puedo llamarlo y decirle que venga.
—No tienes por qué molestarlo.
Ya quiere llegar a su cama.
—Pero, hyung, dijo que lo llamara si necesitaba cualquier cosa —de nuevo, su tono ingenuo—. Y ahora, necesito que esté para que lo cuide, Jimin-ssi.
El contrario tira la cabeza hacia atrás hasta reposarla en la pared del ascensor y suelta un risa incrédula.
—Realmente, serás un lindo omega —le dice mirando la luz del techo y gime por la molestia.
— ¿Lo piensa así, Jimin-ssi?
Pregunta con las mejillas sonrojadas.
—Tienes las cualidades de un omega —alza los hombros con desinterés.
—Pero, Suga hyung y usted igual —acusa señalándolo con el pulgar derecho, y puchero en los labios.
Las puertas del ascensor se abren dando por concluida la conversación y los dos ingresan al departamento encontrándose primero con el otro chico nacido en el 95 quien está mirando una serie en la pequeña televisión.
—Oh, no te ves nada bien. Debiste hacer caso a Jin hyung y quedarte —hecha en cara regresando su mirada a la serie animada y Jimin frunce el ceño molesto porque la actitud del menor solo ha cambiado con el omega.
—Venga, Jimin-ssi.
Llama el maknae con suavidad y lo lleva hacia el dormitorio compartido.
— ¡Hyung! —Chilla feliz al verlo acomodar algunas cosas del lugar.
— ¿JungKook?
SeokJin no esperaba verlo hasta la noche.
—Hyung, es genial que esté aquí verá...
La tos de Jimin lo interrumpe y los ojos marrones del mayor van directamente hacia él.
—Oh, joder —avanza hasta el chico de baja estatura y coloca su mano en la frente—. Joder, estás con una alta temperatura —hay desesperación en su tono—. Date una ducha caliente.
—Pero, el recibo...
—No importa el maldito recibo —le dice al enfermo con molestia, ¿cómo es posible que piense en ello cuando está muy grave?—. Date una ducha caliente —repite en tono serio—. Y métete a la cama, estaré de regreso en menos de cinco minutos —informa saliendo del dormitorio apurado y el no pronunciado, todavía, lo sigue para ver si puede ayudar, pero Jin le dice que es mejor que regrese a la empresa para no perder su día de ensayo y por supuesto le hace caso porque es su hyung, y confía plenamente en todo lo que dice.
—Jin hyung, tengo hambre.
Dice Tae siendo ignorado porque el omega ha entrado directamente al baño.
— ¿Jin hyung?
— ¿Has visto el botiquín, V?
—No —frunce el ceño al no entender por qué está tan agitado— ¿Por qué?
—Quiero saber la temperatura de Jimin —el pecho del alfa se oprime debido a los celos—. Necesito saber en cuánto está su fiebre para...
— ¿Por qué no lo lleva al hospital y que ahí se hagan cargo?
Cuestiona con fastidio al sentir a su lobo molesto, se supone que ya lo había superado, se supone que ya se había calmado.
—Sabes que no tenemos el dinero suficiente —murmulla con una mueca y suspira con alivio al encontrar el botiquín—. Pero, si es demasiado grave no tengo de otra que llevarlo.
— ¿Usted? — Lo sigue hacia el dormitorio y su alfa le exige que lo detenga, no quiere ver ni saber que otro alfa está siendo atendido por el omega, no entiende la razón, solo no quiere, la sola idea de que la atención de Jin esté en alguien más lo frustra, ya tolera mucho el compartirlo con el más joven, no quiere a otra persona—. Espere, Jin hyung, no puede hacerse cargo de Jimin.
— ¿Qué? ¿Por qué, no?
Y lo hace, por supuesto que sí, porque como dijo el rapero de Daegu era cuestión de tiempo para que TaeHyung vuelva a lastimar al mayor con sus duras palabras:
—Porque es un simple omega.
Un incómodo y tenso silencio se forma alrededor de ambos chicos, al ver la tristeza y decepción en el rostro de SeokJin se da cuenta del grave error que cometió.
—N-No...no quise...
—Ahora mismo, Jimin me necesita —habla sintiendo un nudo en la garganta, creyó que V había cambiado, que lo había aceptado—. Sí, quizás no tenga los conocimientos de un doctor, pero si puedo ayudarlo y sanarlo con mis conocimientos básicos de un simple omega lo haré.
—Jin hyung.
Intenta agarrarlo del brazo para que puedan hablar, arreglar el asunto, pero es demasiado tarde, SeokJin ya ha entrado al dormitorio y ha puesto seguro a la puerta; quiere llorar, llorar porque ya le había agarrado un cariño al segundo menor, se había hecho mucha ilusión de que un alfa lo estuviera aceptando por fin, es difícil que los otros cuatro no lo hagan, no por completo, Tae era su farol de esperanza, se siente patético por ser débil, por ser un soñador.
La tos de Jimin lo regresa a la realidad y su lobo le dice que tiene que enfocarse en él en estos momentos.
—D-Dijo...dijo que...serían cinco minutos.
Reclama mientras toce con más fuerza provocando que su garganta arda.
—Lo siento, no encontraba el botiquín —se sienta a su costado y le coloca el termómetro—. Joder, Jimin, estás temblando.
—Tengo frío, Jin hyung.
Su voz está rasposa y apenas puede mantener los ojos abiertos.
—Estarás bien, Jimin —busca algo con que limpiar las gotas de sudor en la frente.
El pecho del omega duela al escuchar los sollozos.
—Quiero a mi mamá —al estar enfermo, Jimin no está del todo consiente, sus defensas han bajado, es como si fuera un cachorro—. Extraño a mi mamá, hyung —las lágrimas caen sin control y el llanto se hace presente en el dormitorio— ¡Quiero volver a mi casa! ¡No estoy listo! ¡Todo es muy duro!
—Jimin, calma, calma, por favor —limpia las lágrimas como puede con sus pulgares y acaricia sus mejillas rojas—. Entiendo que extrañes a tu mamá, también extraño a la mía; pero hay que recordar por qué hacemos esto —le sonríe con dulzura para que esté tranquilo y no se altere más—. Sé que no te caigo y está bien, no puedo obligarlos a que me acepten —odia ser omega, lo odia tanto—. Pero, créeme cuando te digo que voy a estar ahí para ti si me necesitas. A los chicos y a ti porque son mis compañeros, y dongsaeng.
—H-Hyung...
Sorbe la nariz y el lobo de Jimin aúlla de tristeza al sentir a su humano mal, y suelta un gemido de confusión cuando los suaves labios de Jin se posan encima de su frente debido a que una calidez aparece en el centro de su pecho, una calidez que jamás había sentido, le gusta, lo hace sentir seguro, protegido y querido, es como estar en casa; sus ojos se cierran al ya no soportar más los malestares, quiere mantenerse consciente, pero el dulce aroma del omega no lo dejan por lo que termina quedándose dormido.