Sincronías y Armonías [Saga A...

بواسطة Nozomi7

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Continuación de "Melodías y Ambrosías". No recomiendo leer esta parte sin antes haber leído las dos primeras... المزيد

❧ Introducción ☙
❧ Sinopsis ☙
❧ Prefacio ☙
❧ Epígrafe ☙
❧ Primera Parte - ¿Una segunda oportunidad? ☙
Portada [Primera Parte]
❧1. Distancias y Sincronías ☙
❧ 2. Recelos y Celos ☙
❧ 3. Confusión y Desilusión ☙
❧ 4. Culpas y disculpas ☙
❧ 5. Confusiones y Suposiciones ☙
Sorteo y un par de cosas más
❧ 6. Revelaciones y Proposiciones ☙
Adelanto (1)
❧ 7. Complicaciones y Demostraciones ☙
❧ 8. Indecisiones y Recuerdos [Parte 1]☙
❧ 8. Indecisiones y Recuerdos [Parte 2]☙
❧ 9. Amistades y Revelaciones ☙
Concurso de Fanfics y un par de cositas más
❧ 10. Juego de Espías ☙
❧ 11. Letanías y Sincronías ☙
❧ 12. Declamaciones y Reconciliaciones ☙
Adelanto (2)
❧ Capítulo 13: Pasos y Celos ☙
Feliz cumpleaños, Rodrigo <3
❧ Capítulo 14: Reclamaciones y Emociones☙
Anécdotas sobre el capítulo 14 y aclaraciones varias
❧ Capítulo 15: Enseñanzas y Sanaciones ☙
❧ Capítulo 16: Alcances y Balances ☙
❧ Capítulo 17 [Primera Parte] ☙
❧ Capítulo 17: Fantasmas del Pasado [Segunda Parte] ☙
Mitos y dudas sobre la depresión
❧ Capítulo 18: Aguas y Bebidas ☙
Curiosidades - Capítulo 18
❧ Capítulo 19: Trampas e Inocencias ☙
Preguntas y extras - Capítulo 19
❧ Capítulo 20: Confesiones y Descubrimientos ☙
Curiosidades - Capítulo 20
Mini manga - Capítulo 20
❧ Capítulo 21: Sol y Chocolate ☙
❧ Capítulo 22: Trivialidades y Regalos [Primera Parte] ☙
Aclaraciones y Curiosidades - Capítulo 22 [Primera Parte]
❧ Capítulo 22: Trivialidades y Regalos [Segunda Parte]☙
Pregunta preguntona
Capítulo 22: Trivialidades y Regalos [Tercera Parte] ☙
Aviso antes del capítulo final
Epílogo
Respuestas y curiosidades varias luego del epílogo [Primera Parte]
Encuesta
Cuestionario de respuestas a contestar [Segunda Parte]
Respuestas y curiosidades [Última parte]
Epígrafe [Segunda Parte]
Prefacio: Lágrimas que fortalecen [Segunda Parte]
Portada - [Segunda Parte]
Capítulo 1: Lágrimas y Confesiones
Curiosidades - Capítulo 1
Capítulo 2: Amistades y Decisiones
Anotaciones - Capítulos 2
Capítulo 3: Preludios y Compenetraciones [Primera Parte]
Capítulo 3: Preludios y Compenetraciones [Segunda Parte]
Capítulo 3: Preludios y Compenetraciones [Parte 3]
Anotaciones, meme y adelanto - Capítulo 3
Mini manga - Capítulo 3
Capítulo 4: Resiliencia [Primera Parte]
Capítulo 4: Resiliencia [Segunda Parte]
Capítulo 4: Resiliencia [Tercera Parte]
Minimanga - Capítulo 4
Capítulo 5.- Mentiras y Promesas
Capítulo 6.- Encuentros y Estrategias
Capítulo 7.- Pendientes y Aprovechamientos
Aclaración sobre contenido adulto
Capítulo 8: Poesía clandestina
Debate sobre lo que se viene
Capítulo 9. Culpas y Apegos [Primera Parte]
Capítulo 9: Culpas y Apegos [Segunda Parte]
Capítulo 10.- Sin límites [Primera Parte]
Capítulo 10: Sin límites [Segunda parte]
Capítulo 10 - Sin límites [Tercera parte]
Preguntas y respuestas - Capítulo 10
Capítulo 11.- Nadas y Distancias
Capítulo 12: Amistades y Sorpresas [Primera Parte]
Capítulo 12: Amistades y Sorpresas [Segunda Parte]
Capítulo 12.- Amistades y Sorpresas [Tercera Parte]
Capítulo 13. Trastocamientos y Necesidades
Capítulo 14: Acusaciones y Preocupaciones
Capítulo 15.- Limerencia y Aprendizaje
Capítulo 16.- Confesiones y Empatías
Capítulo 17. Lecciones y Confianzas
Capítulo 18.- Confianzas y Espacios
Capítulo 19.- Negaciones y Dobles
¡¡¡Regresamos!!! (y algo más ^^)
Capítulo 20 - Rechazos y Recuerdos [Primera Parte]
Entrevista a Rodri (el real) - Parte 1
Capítulo 20: Recuerdos y Rechazos [Segunda Parte]
Entrevista al Rodri (el real) - 2da parte
Capítulo 20 - Rechazos y Recuerdos [Tercera Parte]
Entrevista a Rodri (el real) - Tercera Parte
Capítulo 21. Entendimientos y Promesas [Primera Parte]
Entrevista al Rodri Real [Parte 4]
Capítulo 21. Entendimientos y Promesas [Segunda Parte]
Entrevista a Rodri Real [Quinta y última parte]
Capítulo 22. Amistades y Reflexiones

Capítulo 22: Trivialidades y Regalos [Parte 4] [CAPÍTULO FINAL]

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بواسطة Nozomi7

Nota de la autora

Consejos antes de leer:

-Reitero lo de antes: No soltar spoilers en las redes sociales, por favor.

-Lean con calma todo. Cada escena, cada diálogo y cada descripción están puestas por algo.

-Luego de esto falta el epílogo de la primera parte de SyA. Si tienen dudas o preguntas, en el epílogo se responderán.

-Sí, parece ser que me encantan hacer mis capítulos finales muy románticos, dramáticos, y largos, pero es que son escenas memorables que creo que no entran en un solo capítulo. Lo mismo me pasó en MyA. Si se dan cuenta, soy muy fan de agarrar reconciliaciones, con fechas especiales como Año Nuevo, cumpleaños y Día del Maestro, para profundizar en el perdón y el amor en una pareja. Qué se yo, soy muy clásica xD 

En fin, sin más, los dejo con la lectura.

**********


Gotas de sudor bañaban la frente y el surco de los labios de la joven. El sonido del latido de su corazón era tan trepidante, que creyó que en ese instante iba a ensordecer.

Levantó la vista, temerosa, contemplándose en los ojos de Rodrigo. Quería encontrar si había algún atisbo de reproche en aquellos o quizá curiosidad por indagar en aquello que no debía haber soltado.

Cuando él ladeó su rostro, pensativo, y se le quedó observando con detenimiento, sintió que un gigantesco vació la envolvía. Los latidos de su corazón se dispararon a mil por hora. Tragó saliva con mucha dificultad y se dijo a sí misma que ya era hora de confesar la verdad.

‹‹Diez››.

‹‹Nueve››.

‹‹Ocho››.

‹‹Siete››.

‹‹Seis››.

‹‹Cinco››.

‹‹Cuatro››.

‹‹Tres››.

‹‹Dos››.

Antes de dar uno, sintió que su lengua se trababa. Su mente daba mil vueltas sobre sí. Sus piernas le flaqueaban tanto que necesitó encontrar apoyo. Levantó su brazo como pudo y se cogió del barandal de la cama como pudo.

El maestro, preocupado al verla así, de inmediato acortó la distancia que los separaba. La ayudó a sentarse en la cama al tiempo que le preguntaba qué le pasaba.

—Aira, ¿qué te ocurre? —seguía repitiendo sin parar—. ¿Te sentó algo mal que comimos? ¿Tienes la presión baja? ¿Por qué estás sudando frío? ¿Tienes fiebre? —Colocó su mano sobre su frente—. No, no tienes calentura. ¿Te sentó mal la bebida acaso? Ya decía que eres muy joven para andar bebiendo esas cosas.

Se puso ambas manos alrededor de la cabeza.

—Yo fui un imprudente. ¡Fui un estúpido! Se supone que soy tu maestro, soy tu enamorado, debo cuidarte y no permitirte hacer cosas que...

—¡BASTA, RODRI!

Pestañeó varias veces, poco convencido.

—¿Qué te pasó? Dime, ¿cómo te encuentras, por favor? Quiero asegurarme de que estás bien, quizá necesitamos acudir a la clínica, de emergencia.

Se levantó y se dirigió a ponerse su casaca. Quería alistarse para salir. Volteó para ordenarle a Aira que se vistiera, pero antes de hacerlo ella le tomó la mano y lo atajó:

—Estoy bien —habló, por fin, aunque con dificultad—. No exageres, vamos.

—¿En serio estás bien?

Se sentó a su lado para observarla mejor. La tomó de los hombros y, con un pañuelo que retiró del bolsillo de su casaca, empezó a secar el brillo del sudor que acompañaba al rostro de la muchacha.

Ella asintió.

—Pero ¿qué te pasó? Nunca te he visto así. Es... —agachó la cabeza, haciendo memoria—, es muy parecido a lo que me ocurrió... hace tiempo... cuando fui a buscarte al hospital; estaba sudando horrible, casi me desmayé en la recepción porque las piernas no me respondían. Me dijeron que se me había bajado la presión producto de la ansiedad que entonces me consumía.

Volteó a contemplarla, preocupado. Continuó secando el sudor de su rostro con delicadeza.

—En tu caso, no creo que sea síntomas de ansiedad. ¿De qué podría ser? ¿Qué podría preocuparte? Si la estamos pasando tan bien, a tal punto de que estás más bromista que nunca conmigo. —Le sonrió y le acarició la mejilla con aquel gesto de dos dedos.

Aira tragó saliva al tiempo que su garganta le seguía quemando.

—Por eso supongo que, lo que tienes, debe de ser producto de algo que te sentó mal, quizá esa cachanga llevaba varios días de preparada, o peor todavía, esa bebida que me han regalado está hecha vaya a saber con qué ingredientes. ¡Ni siquiera creo que tenga certificado sanitario el envase! —habló con horror.

Ella negó con la cabeza.

—A veces...

—¿Sí? —la interrumpió, aprensivo.

—A veces me dan estos bajones de presión —mintió a medias, con lo primero que se le pasó por la cabeza—. Hace tiempo, durante nuestra separación, empecé a sufrir de baja presión. —Ladeó la cabeza, recordando a lo que le había ocurrido, dos años atrás—. Hipotensión le llaman; me dijeron que era una de las consecuencias de mi grave depresión. —Su semblante se puso sombrío.

—Ya veo. —Arrugó la frente.

—Como hace frío y todavía tengo el pelo mojado... —mintió como pudo, tratando de encontrar una excusa que sonara coherente—, pues supongo que es eso.

—Entonces... ¿estás segura de que no te ha caído nada mal algo que hayas comido o bebido? ¿No es nada grave que requiera de atención médica urgente? Porque si es así, no te preocupes, podemos ir. Tengo el número telefónico de un señor que me hace servicio de taxi a cualquier hora y...

Volteó su cabeza al reloj de su cuarto que marcaba las 11:04 pm.

Siguió llenándola de preguntas para asegurarse de que su estado actual de salud no fuera delicado, a lo que Aira sacudió su rostro tantas veces, tratando de parecer segura en aquella mentira que cada vez se hacía más grande, a tal punto de marearla.

Se dio cuenta de que, estaba regresando a la situación de antes, en donde el mentir y sus dotes de actuación se unían como cruel corolario a una serie de hechos que no había sido capaz de confesar.

No podía.

No debía.

Por muy perfectas que se dieran las circunstancias que los habían llevado a ese hermoso momento en donde él le acariciaba su nuca con ternura, acariciaba su mentón con dulzura y besaba sus labios con lujuria; no podía, no debía, sincerarse con Rodrigo como quisiera.

Había todavía muchas cosas en juego. Su posición como estudiante. Su trabajo como maestro. Las deudas económicas que él tenía. Su futuro laboral si las cosas se adelantaban antes de tiempo. Y las reacciones y consecuencias en los terceros involucrados.

Él lo había dejado bien en claro todo, aún sin conocer las irónicas circunstancias que los rodeaban. Y si salía a la luz antes de tiempo, estaba segura de que todo lo que había planificado, con sumo detalle, se podría ir al traste.

Ella había cometido demasiados errores, producto de su malentendido, producto de su inmadurez, producto de su baja autoestima y celos. Y ahora, que estaba dispuesta a resarcirse, debía hacer las cosas tal cual lo había pensado, aún cuando después otras personas la regañasen, otras personas le reprochasen, otras personas se amargasen.

Muy en el fondo, sabía, y solo ella lo sabía, que no debía adelantar las cosas antes de tiempo, para, al final, resarcir con sumo cuidado sus errores y a todos los que se habían visto afectados por ellos.

Aun se hallaba sumida en sus atribulados pensamientos, sola en la habitación, vestida de nuevo con sus ropas y cubierta por varias mantas, a insistencia doble de Rodrigo, cuando él hizo su aparición en esta.

—No tengo secadora de pelo. Nunca la he usado, pero ¡mañana mismo me compro una para tenerla aquí por si las dudas!

A ella la invadió una gran ternura al ver su gran preocupación y se odió por no poder sincerarse como debía con él.

—Pero estuve buscando en internet —colocó una toalla en una de sus sillas, luego una bandeja en la mesita de noche para luego retirar su celular—, y dice que para combatir la presión baja debes tomar algo tibio, mucha sal y una dieta sana rica en fibra, frutas, carne y vegetales.

—Rodri... —dijo muy conmovida.

—Solo tengo té caliente, galletas integrales y manzanas, pero creo que te podrían ayudar.

—¡No me gustan las galletas integrales! —Hizo un puchero—. Son feas.

—Estas tienen miel, no saben tan insípidas.

—Pero, Rodri...

Se colocó detrás de ella.

—Vamos, trataremos de secar este pelo como se pueda.

Obedeció sin chistar. Sonrió y se colocó delante de él. Bebió un poco del té caliente y engulló un par de galletas. Empezó a experimentar una leve cosquilla por su cuerpo mientras él le hablaba y le secaba el pelo, el pescuezo y la parte superior de su polo que se hallaba mojado por aquel.

—¿Tienes otra camiseta?

—No. Llevé solo una de repuesto.

—Entonces te prestaré una de las que tengo.

Se alzó y se dirigió a su ropero.

—Mis pijamas te quedarán grandes, pero es lo único que tengo. Y estas son las gruesas que tengo.

Abrió sus ojos, sorprendida.

—¿No me contaste antes que dormías desnudo?

Alzó la ceja, divertido, al darse cuenta de que lo recordaba.

—Eso es en verano, tontita. —Colocó un par de pijamas de polar, uno azul y otro gris—. En invierno, con el frío que hace, nada que ver.

Asintió al darse cuenta de que tenía razón.

—Vamos, elige la que quieras.

Ella tomó la de color azul para estar a tono con la camiseta de él. No obstante, después de vestirse con su pijama y que él la arropara, para luego dirigirse a su ropero y guardar en el cajón el resto de los pijamas que le había mostrado, lo siguiente que dijera provocó se sorprendiera:

—¿Eso quiere decir que ya no haremos más el amor por hoy?

Sonrió con timidez, luego de manera poco usual en él, con picardía:

—Bueno... —Cerró la puerta del armario y se sentó a su lado—. En tu condición actual, preferiría que descansaras por ahora.

—Rodri... —dijo con un puchero, como si le pidiera un regalo de Navidad.

Dejó la taza de té y las galletas en la bandeja y empezó a acariciarle su entrepierna.

Al darse cuenta a qué se refería, y sabiendo que no era lo más indicado en su ‹‹posición››, él prefirió dejar el tema, aun a pesar suyo. Se moría de ganas de volverla a besar y a acariciar; mas, al creer en sus mentiras, vio lo más conveniente para ella.

—¡Me faltó abrir el tercer regalo! —dijo levantándose de la cama.

—¡Rodri! —se quejó, pero solo obtuvo una sonrisa de complicidad como respuesta.

Abrió el paquete en cuestión. Este le mostró lo que parecía ser una cajita de plástico, con diversos compartimientos.

—Por mi cumpleaños dieciocho, Ángel me regaló una agenda, de esas grandes y que vienen con varias cosas en una caja. Como decía que ya era mayor de edad —trató de poner grave su voz y hablar con solemnidad—, ‹‹¡Ahora eres toda una adulta con responsabilidad, jovencita!››.

Él revisó con detenimiento la cajita en cuestión.

—Pero esto no parece una caja de agenda propiamente dicha.

—Lo adapté para ti pues. —Retiró una libreta grande negra, que tenía unas letras doradas grabadas en su lomo—: Mira...

—¿No me digas que...?

Aira asintió.

‹‹Uno compara recuerdos, sensaciones, emociones y los olvida también, pero los recuerdos del presente pueden hacer que se miren los del pasado desde otra perspectiva. Rodrigo››.

—¡Eso te dije hace tiempo!

—Claro —habló con una gran sonrisa—. Me acuerdo palabra por palabra varias cosas que me dijiste en su oportunidad y que se me quedaron grabadas en el corazón, tal cual lo están en esta libreta.

—¡Genial! ¡Qué bonito detalle, Aira!

—¿Te gusta?

—¡Por supuesto! —Le acarició la cabeza con ternura—. Pero tengo una observación a hacerte.

Lo miró interrogativa.

—Dice ‹‹Diario de...›› en su primera hoja, ¿cierto?

Ella asintió.

—Y debe rellenarse con lapicero las páginas que tiene —dio varias vueltas a las hojas—, pero por fu formato no parece ser un diario común y corriente. No tiene un lugar para poner una fecha, para empezar.

Aira sonrió.

—¡No es un diario de esos!

—¿Eh?

Sacudió la cabeza.

—¡Son hojas en blanco!

Ella se rió.

—Si te das cuenta aquí, tienes hojas sueltas aquí. —Las sacó de un bolsillo interior de la libreta—. La primera hoja tiene lo que se dice ‹‹Lluvia de ideas››.

Ella se refería a un dibujito que era una nube con mezcla de cerebro y, de la cual, caían gotas de agua.

—No entiendo, ¿para qué es...?

No le hizo caso y siguió dando vuelta a la hoja.

—Luego, tienes un esqueleto que indica ‹‹Introducción, Nudo y Desenlace›› —se refirió a un cuadro tipo organigrama.

—Sigo sin entender. —Se encogió de hombros.

Ella lo ignoró y continuó.

—También tienes un esqueleto por cada capítulo —dio vuelta a otra hoja—, fichas de personajes, porque bueno, he escuchado que es conveniente tener una ficha de los protagonistas, ¿sí?

Aira siguió mostrándole y explicándole por lo menos, cinco hojas más, a lo que Rodrigo no sabía cómo reaccionar.

—Y por último, como no estaba segura de si estas hojas serían de utilidad, dado tus antecedentes —frunció el ceño—, pues aquí tienes una ficha de lectura —le indicó la página diez.

En aquella podía verse diversos diagramas, los cuales se resumían en:

‹‹Título de la obra:

Autor:

Resumen:

Frases favoritas:››

—Si bien las diseñé en Word, creo que quedaron bien, tal cual le expliqué al señor de la imprenta. El aprender en Photoshop me sirvió para diseñar cosas bonitas en cada hoja. Se ven de lo más profesional, nadie adivinaría que lo hizo una nota —dijo muy orgullosa.

—¿Es un diario de lectura? —le acotó, alzando la ceja y todavía no muy convencido.

Negó con la cabeza.

—No sabía si regalarte un diario de lectura o de escritura. Te lo iba a preguntar después de que lo abrieras...

—Sigo sin entender.

—No estaba muy segura de si escribías poemas o no, dado lo que hiciste en Wattpad hace tiempo.

Él se sintió avergonzado.

—¿Te refieres al plagio?

Asintió, con fastidio.

—Ahhh.

—Ahhh. —Su entrecejo se puso serio—. Me habías dicho hace tiempo que escribías poemas, que incluso tenías una colección de poesía inspirada en mí: ‹‹Treinta Poemas a ti››, pero no estaba segura de si fuera cierto o no...

—¡Eso es cierto! —alzó la voz, ligeramente ofendido—. Es la única poesía que he escrito en mi vida.

—¿Eh?

—Mira. —Se dirigió a su escritorio, metros más allá. De ahí sacó una libreta Moleskine, muy parecida a la que ella tenía—. Lee. —Le acercó el cuadernillo en cuestión.

Dudosa, no sabía si tomarlo o no. Pero, cuando el joven insistió con varios movimientos de cabeza para luego abrirle la libreta y sus ojos posarse en la primera página, que tenía como título ‹‹Poema 1››, y leer lo siguiente, sus ojos se llenaron de un brillo especial y su corazón se encogió de la emoción.

‹‹En el ciberespacio hay millones de páginas.

En el ciberespacio hay millones de personas.

En Wattpad hay millones de historias.

En Wattpad hay miles de usuarios.

Aquí conocí a cientos de escritores y lectores

Pero, lo más importante...

Aquí te conocí a ti››.

—Es cierto que te mentí y plagié poemas, lo admito —habló muy serio—, pero nunca te mentí respecto a que me habías motivado, e inspirado, a escribir poesías por primera vez en mi vida, Aira.

—Rodri...

Volvió a tener unas ganas irremediables de lanzarse a sus brazos, llenarlo de besos y de caricias por la gran ternura, amor y adoración que le provocaba con esos simples gestos de los que él no era consciente, pero Rodrigo se le adelantó.

—Aunque ya no son treinta poemas como inicialmente tenía pensado —agregó mientras se rascaba la cabeza—. Durante tu ausencia y hasta hace poco, al volver a verte desnuda —sonrió con timidez—, o ahora... toda con mi pijama que te queda grande y arropada, que me pareces un osito de felpa tierno, de esos que aprietas en la barriga y te dicen cosas...

Rió al imaginarse a Aira en la cabeza de un peluche en cuestión, mientras ella le recriminaba con la frente fruncida y un puchero.

—Creo que, al final, solo lo bautizaré como ‹‹Poemas a ti››. —Se encogió de hombros y le sonrió con dulzura, mientras le volvía a acariciar la mejilla con aquel gesto de sus dos dedos juntos.

—Rodri... Eres tan lindo, tan bueno... ¡que me vas a matar de ternura!

Quiso decir algo más, pero era tanta la emoción que la embargaba por sus gestos, sus palabras, sus poemas, sus caricias, sus besos en su frente y en sus ojos, todo lo que Rodrigo había representado, y representaba, en ella, por todo lo que Rodrigo había entregado, y entregaba, en ella; por todo lo que había germinado en ella, que Aira solo pudo ser capaz de llorar.

Decenas de lágrimas seguían cayendo de sus mejillas. Él las recogió y secó como pudo mientras le decía ‹‹Te quiero, Aira, por ti he sido capaz de escribir poesía por primera vez en mi vida y espero seguir haciéndolo por mucho tiempo más››.

Lo observó muy emocionada, conmovida por todo el amor que él le entregaba, que por un momento se sintió envalentonada en decirle aquello que había estado guardando durante tanto tiempo.

Pero cuando, para limpiarse las lágrimas sus ojos, ladeó su rostro y se topó con un diploma enmarcado en una pared, que decía ‹‹Título profesional de Literatura otorgado a Rodrigo Ambrosio Estremadoyro Vinatea››, sus ojos se ensancharon y se dio cuenta de que no podía. La gran bola de sus temores, de todo aquello que podían perder si se revelaba antes de tiempo, la detuvo en seco, permitiéndola solo ser capaz de seguir llorando, y guardando, lo que con celo se había prometido hacer.

—Solo bésame, porfa —fue, finalmente, capaz de decir—. Bésame, abrázame y hazme el amor como si no hubiera un mañana, por favor.

—Si tenemos todo el tiempo del mundo, tontita, tú misma lo dijiste —habló, poco convencido.

—Sí, pero quiero disfrutar el momento, hoy y ahora. Quedarme hasta tarde a tu lado lo más que pueda. Tener intimidad, ver películas en TCM como antes, incluso jugar al nuevo juego de Resident Evil que me comentaste en el camino que habías comprado, ¿cierto?

—Veo que no has cambiado en tus gustos.

—No tengo por qué cambiarlos. Solo quiero disfrutar al máximo del momento ahora... a tu lado, Rodri. Dormir a tu lado, abrazada junto a ti y ver juntos el amanecer... —Bajó su rostro y sus ojos se toparon con su vientre. Se acarició ahí con temor—. Y ya mañana será otro día.

Él asintió al tiempo que agregó:

—Ok.

********

—¿Estás segura de que quieres hacerlo? ¿Cómo te encuentras de tu presión?

Aira se hallaba en la ventana de Rodrigo que daba para la calle. Desde su posición, la luna llena, en todo su esplendor, se veía hermosa.

—Estoy bien. ¿No viste cómo te di una paliza cuando jugamos a la Play?

Rodrigo enarcó la ceja e hizo un gesto de fastidio. Ella, a pesar de que volvía a jugar a la PlayStation, después de mucho tiempo, no había tenido problemas en ganarle la partida.

—Tienes razón. Gritaste y celebraste como si estuvieras muy sana.

Ella cerró la cortina, se sentó a su lado y cogió un cojín entre sus piernas.

—Incluso di vueltas en toda la sala, ¿eh? —Sonrió de manera triunfal.

—Te encanta restregármelo en la cara siempre que me ganas. —Frunció el entrecejo—. Igual, no sé si sea muy prudente tener relaciones, a no ser que desistas en estar en cierta posición para ‹‹aprender››.

No le hizo caso y se sentó sobre sus piernas, provocando que las entrepiernas de ambos se juntaran.

—¿Por qué? Me gusta esta posición. —Siguió moviéndose provocando que la temperatura corporal en ambos se encendieran—. Lo descubrí antes, cuando estábamos...

—¿Otro día mejor, te parece? —la interrumpió, poniendo su dedo índice en sus labios.

—Pero, Rodri...

—El estar en esta posición requiere que tomes el control, tengas que hacer más esfuerzo físico y, en tu condición de antes, con tu baja presión, no me fío.

Se separó de ella y se levantó, tratando de poner paños fríos a la situación, mas ella no había dado su brazo a torcer.

—Dime, ¿cómo sabes que tendré que esforzarme mucho?

—Porque lo he hecho antes en esta posición.

Ella iba a agregar algo, pero intuyó a qué se refería.

—Uffff. Rodri, ¡no es justo! —Se cruzó de brazos.

—Es lo mejor y...

—¡Quiero hacerlo!

—Después me dices que soy yo un ‹‹Bragueta Loca››. —Rió.

La adolescente frunció más las cejas.

—Primero me recuerdas a tu ex y ahora ¡encima me ofendes! —Hizo un gran puchero.

—Aira, ¡no es eso!

—¿Ah, no?

—No.

—Te equivocas, me ofendes. Solo yo puedo ponerte apodos bobos.

—¿Ah? ¿Solo tú? —Sonrió, divertido.

Ella asintió.

—A ti solo te está permitido decirme apodos bonitos como ‹‹chiquita linda››. Las bromas y apodos ridículos me los reservo yo.

Azuzó de tal manera los brazos mientras hablaba, que Rodrigo no pudo evitar volver a reír por la conducta tan infantil de su pareja. Sin embargo, como también le provocaba ternura el que actuara así, finalmente, accedió a su petición, pero solo lo haría como él mejor creía.

********

Luego de entrar a su cuarto, de la mano los dos, él reguló la luz al máximo como pudo. Como antes, le gustaba poder observar, hasta el más mínimo detalle, a su compañera, mientras se entregaban e intercambiaban las más hermosas y sublimes ambrosías y armonías.

—Apaga la luz, aunque sea un poquito. —Se sentó al borde de la cama.

—¿Vas a empezar? —Se rascó la cabeza, pensativo—. Ya sabes que no me importan tus cicatrices ni defectos físicos que tengas.

—¡Es que me da vergüenza las estrías que tengo ahí!

Bajó la cabeza, avergonzada. Se tocó el estómago y se arrepintió de no haber podido seguir el tratamiento que, en su oportunidad, le indicaron para borrárselas.

—¿Y crees que no te las he visto cuando estábamos en la enfermería o antes, en la sala, cuando estábamos tonteando? —Le acarició la cabeza, con ternura.

—Sí, pero yo...

—Has subido de peso y lo había notado antes de cargarte al subir aquí. —Se encogió de hombros—. Supuse que antes subiste más todavía, así que no me importa.

Ello provocó que su corazón se le hinchara de la emoción.

—Rodri... —dijo con los ojos brillosos, a punto de llorar.

—Ya te dije antes, hace dos años, por qué a esto le llaman hacer el amor, ¿cierto?

Se colocó encima de ella, extendido ambos brazos, y contemplándola con adoración.

—¿Por...? ¿Porque me amas? —preguntó conmovida.

—Supongo que sí. No estoy muy seguro —dijo muy serio.

—¿Y eso?

Aira lo miró, temerosa.

—¿Qué...? ¿Qué quieres decir?

Se quedó pensativo.

—Ahora mismo no sé si es amor lo que siento, tal como lo experimenté hace dos años. Es difícil de explicar, pasamos por mucho, sufrimos mucho... y acabamos de regresar. Es muy pronto para confirmarlo.

Ella asintió. Sabía que tenía razón, pero... por alguna extraña razón, no podía dejar de sentir una leve espina de desazón en su interior.

—Pero solo sé que ahora... al verte así...

Levantó su pijama a la altura de sus senos, contemplando su vientre imperfecto, con estrías. Aira pasó saliva, temerosa de lo siguiente que podría decir.

—Me pareces tan hermosa, dentro de tu imperfección, que me inspiras escribir las más sinceras poesías que alguna vez pude haber escrito.

—Rodri... —Comenzó a botar lágrimas irremediablemente.

Besó su vientre con ternura, luego subió por sus senos, su cuello, su mentón y sus labios para finalmente decir:

—Si esto es amor o no, no lo sé, pero lo que siento ahora me es suficiente para querer entregarme a ti.

—Rodri...

—¿Quieres entregarte como yo a ti?

Ella asintió, muy segura de sí. Ambos se miraron con adoración para luego fundirse en aquella unión que empezó tiernamente con un beso para luego dar paso a la devoción y a la ambición desmedida.

Poco a poco, Rodrigo la ayudó a despojarse de sus ropas, a lo que ella sonrió con vergüenza, y después timidez, al sentirse contemplada de aquella manera.

Con calma y luego ambición desmedida, besó su vientre, sus caderas, sus muslos, sus pantorrillas, sus pies, para luego subir por su entrepierna, su pubis, su vagina, su ombligo, sus pechos, para finalmente, subir a sus labios y agregar:

—Extrañaba besarte así... —le dijo luego de besarle con dulzura la cicatriz en cuya muñeca colgaba la pulsera roja, al tiempo que sostenía con la mano que llevaba consigo a la gemela de aquella—. Extrañaba verte así.

—Rodri...

Descendió los dedos de su mano que tenía libre en el interior de ella, jugueteando tal cual a su antojo, provocando que ella se tensara, se estremeciera y luego chillara.

En esta ocasión, a diferencia de la enfermería, en el que se hallaba temerosa de que alguien los pudiera oír y se había contenido de gritar como quisiera, Aira se dejó llevar por el orgasmo que él le provocaba por su solo toque. En aquella habitación, en la que solo se hallaban los dos, junto con su complicidad, confianza y amor sincero, se permitió sincerarse de alguna manera, aunque no como debiera. Soltó un grito tan sincero, tan grande, tan eterno, que con ello, le permitió a su cuerpo desahogarse de tal manera que sirviera, aunque sea como consuelo momentáneo, lo que su corazón no podía permitirse.

—Extrañaba escucharte así. —Sonrió, complacido.

—¿Te gusta oírme gritar, cierto? —preguntó, con las mejillas sonrojadas.

Él asintió.

—Me excita, ya te lo dije.

La joven hizo un puchero.

—¿Alguna vez...? ¿Alguna vez seré capaz de provocarte yo a ti lo mismo que tú a mí?

—Claro que sí. Ya te enseñaré. Todo a su tiempo. —Volvió a descender hacia su vientre—. Por hoy permíteme solo ser tu pareja. Ya mañana volveremos a ser maestro y alumna, en todos los sentidos posibles, ¿ok?

Ella asintió, aunque no pudo evitar sonreír al parecerle irónico su última acotación.

Poco a poco, él empezó a jugar con su lengua en su punto estimulante mientras introducía sus dedos en su interior. Al percibir una doble estimulación de su parte, la mezcla de orgasmos instantáneos que ella experimentaba se extrapolaba de tal manera en todo su ser, que no le daba tregua alguna.

Se tensó. Se retorció. Se estremeció. Y perdió, pero ganó.

Estaba doblegada a lo que él quisiera hacer de su cuerpo y de su ser, imposibilitada de hacer o decir lo que su voluntad le indicara. Pero el placer inconmensurable que él le provocaba con un leve toque de sus dedos de una mano en su entrepierna, mientras le acariciaba con la otra en sus caderas y luego con sus besos le succionaba los pezones a su antojo, le otorgaba una cantidad de orgasmos tales que se limitó a cerrar sus ojos con tal fuerza, para poder ganar y percibir con la mayor intensidad posible aquellas ambrosías que él le regalaba.

Como nunca antes recordaba, sin necesidad de que todavía se consumara su acto, Rodrigo le entregaba tal cantidad de placeres que era como si, en aquel instante, quisiera ponerse al día durante aquellos años que habían estado separados.... Como si en aquella maravillosa noche quisiera que se conjugaran el resto de aquellas noches tristes que habían estado separados... Como si en aquel preciso instante, en el que ella se estiraba y gritaba por enésima vez, quisiera que se conjugara en aquel chillido aquellos gritos que no se habían dado... Como si en aquella mirada, llena de brillo y adoración, en el uno y en el otro, se conjugaran la luna y el sol, luego de estar tanto tiempo separados... para unirse, al fin, como tanto se habían ansiado.

—¿Lista? —le dijo después de colocarse el preservativo.

—¿Siempre me vas a preguntar antes de...? —Hizo una mueca de incredulidad—. Como si antes me hubiera pedido permiso, pillín. ¿Qué quieres parecer? ¿Un gentleman inglés? —Rió.

—La formalidad antes que todo, señorita Aira —habló en el tono más solemne que pudo.

Se colocó a horcajadas encima de ella. Y para tratar de estar más a tono con su papel, retiró sus lentes que se hallaban en la mesita de noche y se los colocó.

—¿Lista, señorita Aira? —dijo conteniéndose la risa como pudo.

Ella, al contrario de él, no lo pudo evitar. Soltó una carcajada inmensa. Pero, esta se disipó de inmediato cuando empezó a percibirlo en su interior.

Cerró sus ojos para poder experimentar mejor la mezcla de sublimes sensaciones que él le otorgaba al moverse en su interior. Pero, en un momento dado, cuando la intensidad de sus movimientos se intensificó y soltó un fuerte gemido, rodó sus ojos y los abrió.

Cuando vio a Rodrigo encima de ella, con sus lentes y los flequillos de su pelo que adornaban armoniosamente su rostro, junto con el compás de sus movimientos acompasados, y vio que él quería retirárselos, se mordió los labios y agregó:

—¡Weit! No lo hagas.

—¿Eh? —Enarcó la ceja.

—Me gusta verte así, con los lentes puestos. Me pareces... no sé, más chenchual.

¿Chenchual? —preguntó, divertido.

Ella asintió.

—Hace tiempo que no te escuchaba decir esa palabra, Aira...

Iba a continuar, pero ella lo calló con el dedo índice en su boca. De inmediato, tomó los anteojos de su mano y se los colocó.

—Vamos, continúa. —Colocó sus manos sobre sus nalgas con intensidad.

Aunque al comienzo estaba aturdido por su petición, esto se le fue de inmediato cuando percibió que ella lo abrazaba con sus piernas y con sus manos lo empujaba dentro de ella.

Poco a poco, con paciencia al principio, con ambición desesperada después, él comenzó a componer una nueva melodía para su compañera, el que ella sería su danzarina, su musa y su eterna poesía. Se entregaron, tal y como ambos se lo habían preguntado.

Sincronizaron las más hermosas y excelsas armonías aquella noche, pero no eran las primeras en ser construidas. Tiempo atrás, dos años y medio para ser exactos, habían construido una, muy diferente, muy distinta de aquellos dos seres que ahora se entregaban y se amaban, tantas veces hasta que la luz de luna llena, eclipsada y acompañada por el sol que tanto había ansiado, decidió bañarlos con sus últimos rayos de luz hasta el amanecer. 

**********

Anotaciones Finales:

Sí, la historia no acaba con el epílogo, aunque da un cierro argumentativo de un arco que considero necesario, y que incluso, de publicarse en un futuro SyA en físico, el primer libro se publicaría hasta aquí. 

Sí, el que se haya descrito que Aira subió de peso, no fue por gusto.

Sí, el que haya transcurrido tanto tiempo desde su separación hasta su reencuentro no fue por gusto.

Sí, el que ella haya tenido esas charlas con Doña Gladys, algo ambiguas, algo de reproche, no fue por gusto.

Sí, el que ella haya reaccionado mal al ver la foto de Rodrigo de pequeño, no fue por gusto xD

Cuando les formulé la última pregunta preguntona fue solo para saber qué pensaban acerca del curso de los hechos que se iban contando, pero eso no significaba que la historia de Rodrigo y Aira acababa aquí. Ya en la segunda parte de SyA se responderá sobre lo que se ha revelado y aclarado en este capítulo final.

*Se retira antes de que le den tomatazos. xDDD*

Incluso, si lo pienso mejor, ahora en retrospectiva y al haber aprendido a estructurar mejor mis historias, la primera parte de MyA acaba cuando Rodrigo y Aira se dan su primer beso, luego en donde todos han leído; posteriormente, SyA acabará con el epílogo, y luego con la segunda parte que viene. 

También estoy pensando en cambiar la portada, pero me pregunto si no sabría a spoiler para los lectores que vienen xD. En fin, ya maduraré mis ideas y se las compartiré en breve.

Ya en breve subiré curiosidades varias antes del epílogo final. No faltará muchos días para que lo publique, así la espera no les será más tortuosa.

Gracias por llegar hasta aquí y seguir fielmente la actualización de esta historia ;) <3 

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