—¿Qué no es tu mejor amigo? -Arqueo una ceja-
—Lo es. -Defiende con su ronca voz- Es mi hermano, pero no es como que me cuente toda su vida.
—Pero sabías de Amy. -Defiendo- ¿Verdad? -Él asiente-
—Sé de ella. -Me afirma- ¿Por qué quieres saber sobre Gunner? -Frunce su ceño, está celoso, sonreí con ternura-
—Si sabes que te quiero a ti, ¿Verdad? -Le digo obvia al darle un beso en la nariz mientras nos encontramos recostados en la cama viéndonos de frente- Es por Jennifer.
—¿Qué pasó?
Es aquí, donde veo más claro que nunca elegir de qué bando estoy, en dónde está mi lealtad, quiero y adoro a Harry como a nadie, pero jamás delataría a alguno de mis amigos, eso jamás, y mucho menos a Jennifer, es un código de crimínales, y familia más que nada y aunque no lo fuera, aunque hayamos discutido, jamás podría hacerlo.
—Ignórame. -Le digo al alzarme en hombros- Celos de mujeres.
—Mm.. -Entrecierra sus ojos dudando si creerme o no- O tal vez te estás enamorando de Gunner.
Suelto una carcajada y le suelto un golpe en el brazo, me pongo de pie para adentrarme en la ducha, abro el agua caliente y espero unos segundos mientras me quito la ropa. Las gotas hirviendo me relajan, no paro de pensar en la carta de ayer, "Quiero ayudarte", joder, ¿Con qué? ¿Eso qué significa? Tres golpes en la puerta me hicieron sobresaltar sacándome de mis pensamientos.
—Haré el desayuno dulzura.
—Claro. -Le contesto regresando a la realidad-
Termino de ducharme, bajo a desayunar con Harry, me encanta como cocina, me encanta este hombre. Noté que él desayunó rápido.
—Tengo que irme a la estación, ya voy tarde. -Me avisa, veo la hora, y sí, va tarde- Pero te veré en la noche como siempre, ¿Verdad? -Trato de pensar en si hoy tengo una misión, estoy segura de que sí, y tal vez una pesada-
—Tal vez llegue en la madrugada. -Le aviso, frunce su ceño disgustado- Trataré de llegar antes. -Digo antes de que se vuelva loco-
Poco convencido aceptó mis palabras, después de un dulce beso subió a arreglarse mientras yo termino de desayunar, se va dejándome sola, con mis pensamientos que no me dejan en paz. Al terminar, recojo y lavo los platos, salgo directo a mi casa, estoy segura de que no ha contestado la persona de nuevo, anoche le respondí con lo que más tengo curiosidad; "¿Quién eres?". Dudo que me diga, pero no pierdo nada intentándolo, en cuanto llegué me dirijo al buzón, lo abro y me doy con la sorpresa de que está vacío, se llevó mi carta en la noche, ¡Ésta persona me está espiando! Joder me voy a volver loca, no paro de nuevamente mirar a todos lados en la calle, de día es más fácil ver todo a mi alrededor, mi móvil me saca un terrible susto cuando comienza a sonar.
—¿Sí?
—Miller. -Reconozco la voz de mi jefe- Magnium en media hora.
Cuelga, mi jefe tan comunicativo como siempre. ¡Mierda! Tengo que irme, arranco de nuevo, paso a cargar gas y me dirijo a mi trabajo, llegué en media hora, justo a tiempo, me dirijo a la oficina de Mark.
—Hey tú. -Me saluda Max quien es el más cercano a la puerta, le sonrío-
Se encuentran pocos, solamente Max, Henrie, Liam y Zayn.
—Bien, llegó la última. -Dijo Mark satisfecho al voltearme a ver- Cierra la puerta linda. -Obedezco a sus ordenes-
—¿Y los demás? -Pregunto curiosa-
—No necesito a todos, los demás tienen otra misión. -Me responde- Tomen asiento por favor.
Volteo a los sillones disponibles, Max está en el individual, Henrie y Liam en otro y obviamente Zayn se encuentra solo en otro sillón grande, todos nos observan para saber nuestra reacción o interacción a sentarnos juntos, actúo como si nada y me siento a su lado, nos sonreímos amablemente.
—Muchachos. -Habla Mark, tiene nuestra atención- Están encargados de robar más de un millón de libras. -Nos explica, ahora tiene todo nuestro interés- Necesito que roben dos camiones repletos de dinero que saldrán en media hora para moverse de un banco a otro, ¿Podrán hacerlo? -Todos asentimos decididos, sin dudarlo- Eso me gusta. -Dice satisfecho- Es simple, roban los dos camiones y los traen a Magnium, la recompensa será un camión que lo dividiré entre los once.
—Hey. -Se queja Zayn- ¿Por qué entre los once? ¿Si solo nosotros los robaremos?
—Porque los otros son los encargados de distraer a los oficiales que no se les quitan de encima, ¿Recuerdan? -Arquea una ceja- ¿O ya se les había olvidado que el oficial Styles vive solo para hundirlos? -Pasé saliva discretamente- Alex va a hacker los sistemas, se encargará de las cámaras de la calle para que nadie vea que ustedes robaron los camiones.
—Estamos listos. -Habla Henrie por todos- Pan comido.
—Así me gusta. -Aplaude satisfecho nuestro jefe- Manos a la obra criminales.
Salimos en las camionetas de Magnium en busca de los camiones, nos encargamos de guiarlos a una zona solitaria y boscosa, y cuando menos se lo esperaron atacamos, crimen perfecto, y Harry al parecer estuvo ocupado con los demás con cualquier otra distracción que crearon. Regresamos a Magnium después de unas horas con los camiones repletos de dinero, Mark cumplió su promesa dándonos dos maletas grandes llenas de fajos de billetes a cada uno, satisfechos y felices concluimos éste día, estoy guardando en mi cajuela las maletas llenas de dinero con felicidad. Ya está anocheciendo, deben ser las seis de la tarde, tal vez siete.
—Miller.
Volteo, veo a la rubia leona con sus maletas de dinero en sus manos de pie a unos metros de mi.
—Hola Nicky. -Le sonrío, cierro mi cajuela-
—¿Cómo está mi gran gran amiga? -Me dice entusiasmada, entrecierro mis ojos-
—¿Qué quieres? -Suelta una buena risa a mi pregunta-
—Joder, nada, nada, ¿No puedo preguntar cómo se encuentra esta guapa e inteligente... -La interrumpo-
—¿Qué hiciste? -Cambio de pregunta, vuelve a reír-
—Eres buena. -Me concede- ¿Quieres ganar un poco más de dinero para sumarlo a tus miles que ya llevas en tu cajuela? -Arquea una ceja, tiene mi atención debido a mi silencio- ¿Eso es un sí?
—Tienes un minuto. -Digo brusca, no me gusta que le den vueltas al asunto-
—Okey, okey. -Dice rápido- Lo único que tienes que hacer es entregarle un paquete a Víctor Thieriot. -Frunzo mi ceño confundida- Te preguntarás por qué, bueno, ambas ya sabemos que Víctor tiene sus campos de hierba por separado, y él sabe muy bien que soy una drogadicta reconocida y que tengo buena mercancía. -Dije orgullosa- Hace unos días me contactó para saber si le podía vender unas cuantas drogas que son bastante difíciles de conseguir, pero lo vale por todo lo que va a pagar por ellas.. -Comienza a reír-
—Treinta segundos. -Digo firme-
—Joder que eres dura Miller. -Bufa- Pero el punto de todo esto, es saber si quieres ganar el veinte por ciento de lo que me pague.
—¿Qué quieres a cambio? -Arqueo una ceja, hay algo detrás de todo esto, demasiado bello para ser verdad, ella frunce su ceño- No vas por la calle ofreciendo dinero solo por entregar un paquete, ¿Qué quieres a cambio Nicky?
—Nada, nada. -Niega con su cabeza- Es solo que... -Voltea hacia atrás a su carro, me percato de que Alex está esperando en el asiento del copiloto, voltea a verme de nuevo- Alex quiere que deje de vender por separado de Magnium, pero sabes que no podré hacerlo, por eso necesito de tu ayuda. -Permanezco callada unos segundos para decidir si creerle o no, suelto una risa a lo ingeniosa que es- ¿Tu risa es un si? -Me pregunta- ¿Aceptas a cambio del veinte por ciento de lo que me pague?
—Cincuenta por ciento. -Digo veloz al cruzarme de brazos, ella suelta una buena carcajada-
—Eres una viva. -Niega riendo- Y lista maldita sea. -Continúa riendo- Treinta.
—Cuarenta y le digo que son las mejores drogas que probará en su vida. -Doy mi última oferta, ella sabe que no me hará cambiar-
—Eres una perra lista Miller. -Me concede soltando otra risa- Tenemos un trato. -Sonrío satisfecha-
—Pasará a tu casa en una hora. -Me avisa- Tengo que darte el paquete. -Se da la vuelta para caminar pocos pasos a su carro, abre la cajuela y mete su dinero, saca un paquete en una caja de cartón no muy grande, cierra su cajuela y se dirige a mi- Gracias Miller. -Acepto el paquete en mis manos-
—¿Por qué yo? -Le pregunto, frunce su ceño- ¿Por qué me pides a mi esto y no alguien más?
—Porque bien sé que tú y Thieriot son buenos amigos, ¿No es así? -Arquea una ceja, paso saliva- A mi no me engañas. -Me guiña el ojo- Te veré mañana Miller.
—Hasta mañana, leona.
Meto el paquete de drogas en una de las maletas de dinero, cierro la cajuela y arranco para mi casa, no me hago mucho de camino, de noche casi no hay tráfico. Entro con mi carro hasta el garaje, no quiero que nadie me vea sacando maletas de mi cajuela, se verá sospechoso, así que en cuanto la puerta eléctrica del garaje se cerró, bajé para sacar las maletas. Me adentro a mi casa y abro mi cuarto secreto después de muchos movimientos, dejo las maletas en una gran caja fuerte y solo saco el paquete de las drogas. En cuanto estoy cerrando el cuarto, mi timbre suena, joder, Víctor es rápido, me dirijo a abrir. Todo criminal sabe que cuando vas a entregar un paquete, debe ser rápido y cauteloso, en cuanto abrí, él se adentró con rapidez, cierro de inmediato, ahora para poder verlo mejor, trae como siempre una chamarra de cuero y está vestido de negro totalmente, porta una sonrisa inocente.
—Hey. -Me dice sonriendo-
—Hey. -Le correspondo la sonrisa- ¿Cómo estás Víctor?
—Excelente gracias. -Responde amable- ¿Y tú?
—Bien, gracias. -Respondo, dejamos un silencio un poco incómodo- ¿Gustas agua o algo de tomar?
—Agua. -Me toma la palabra, lo guío a la cocina, sigue mi paso-
El paquete lo dejé en la barra de la cocina, mientras yo sirvo el agua, él toma asiento en una de las sillas.
—Fue una buena decisión que le hayas comprado a Nicky. -Le digo cumpliendo la parte de mi trato con Nicky- Es la mejor droga que he probado. -No me responde, yo sigo sirviendo su vaso- Es demasiado buena, y más que nada, completamente pura. -Nuevamente no me responde, frunzo mi ceño y en cuanto termino de servir el vaso de agua me volteo a verlo-
¡Mierda! Está leyendo las cartas de la persona anónima, las dejé en la barra, ¡Joder! Ya es muy tarde para quitarlas, me quedo intacta en mi misma posición esperando su reacción, quien lee las cartas frunciendo su ceño, con un rostro de confusión, incredibilidad es lo que mejor lo describe, comienza a negar con su cabeza.
—¿Qué es esto? -Me pregunta sin importarle que no sea de su incumbencia, no me queda de otra más que decirle la verdad, aparte siento que puedo confiar este secreto en él, pasé saliva-
—Alguien me ha mandado esas cartas en las últimas semanas. -Respondo tensa-
—¿Eh? -Sigue sin entender- Pero es imposible.
—¿Por qué? -Ahora yo soy la curiosa a su reacción a estas cartas, está muy raro-
—¿No sabes quién te las está mandando? -Niego rotundamente a su pregunta-
—¿Por qué Víctor? -Insisto-
Rápidamente se pone de pie, saca un gran fajo de billetes, lo lanza a la barra y toma el paquete de drogas.
—Gracias.
Corre a la puerta, esperen, ¿Qué?
—Víctor. -Lo llamo con firmeza mientras comienzo a seguirlo, me ignora- ¡Víctor!
Narra Víctor.
Oh, no, no, no, no. ¡No! Salgo de la casa de _______ sin que me importe los mil y un insultos que me está diciendo, prendo mi carro con velocidad y me dirijo a manejar como loco, ¡Esto es imposible! ¡Esto no está pasando! ¡Puta madre! Reconocería esa jodida letra donde fuera, ¡Donde fuera! Manejo como nunca antes, después de un largo camino al que no quería volver nunca en mi puta vida, me bajo de mi carro para comenzar a caminar bastante tiempo, joder estoy que hiervo de enojo, hace tanto tiempo no me sentía tan molesto, incluso tiemblo, mis manos tiemblan de enojo. Sé donde se encuentra la puerta trasera que siempre deja abierta, así que me adentro a la casa sin que me importe nada, lo busco por todo el piso de abajo hasta dar con él en la cocina, me adentro con velocidad.
—¿¡Por qué mierda le estás mandando cartas a _______!?
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