Capítulo 31. Yo soy el maldito imán.

1.3K 82 15
                                    

—Louis.
—¿Sí? -Me respondió mientras va atento al camino donde maneja-
—¿Tú también notaste el comportamiento tan extraño de Zayn con la psíquica?
—Ah.. -Dijo al recordar- De hecho sí, ahora que lo mencionas, lo noté.
—Pues, ahorita que me rescataste de ella, me dijo algunas cosas. -Pasé saliva, él le bajó a la música del carro-
—¿Qué tipo de cosas? -Me preguntó entrecerrando sus ojos-
—Sobre Zayn. -Me animé a contarle- Me advirtió que tuviera cuidado con él, que tiene varios secretos guardados que no quiere que nadie sepa. -Pude notar como Louis se tensó, tosió aclarando su garganta mientras se acomoda mejor en su asiento- Tú sabes esos secretos, ¿No es así?
—No he dicho nada. -Defendió-
—¿Entonces por qué te pusiste tan tenso? -Le pregunté, soltó un gran suspiro-
—Em... ¿Cómo decirte esto? Conozco a Zayn desde hace mucho, pero mucho tiempo. He pasado con él muchas cosas, cosas que él prefería guardarse para él mismo, tanto cosas buenas como malas. Pero a pesar del tiempo que llevo conociéndolo y de lo que hemos vivido, es tan misterioso, que aún así, lo conozco poco.
—Genial. -Dije sarcástica- Eso me hace sentir peor, entonces imagínate, ¿Cuánto lo puedo conocer yo?
—Ese no es el punto. -Negó con su cabeza- A pesar de cuanto creas conocer a alguien, jamás terminaremos de hacerlo, de hecho yo soy creyente de que nunca terminaremos de conocernos a nosotros mismos.
—¿Qué secretos puede tener que los lleva arrastrando tan notoriamente? -Pregunté con desesperación- No son de mi incumbencia, ¿Pero por qué la mujer me dijo que tuviera cuidado?
—Créeme que eso también me gustaría saber. -Admitió- Lo único que se me puede ocurrir es una cosa. -Calló unos segundos, agregándole suspenso a esta conversación- Zayn tiene un pasado muy, pero muy oscuro con su familia.
—¿Su familia? -Pregunté confundida y sorprendida a la vez- Nunca habla de ella.
—Por eso mismo. Y es mejor que ni le preguntes de ella, porque desde el día que lo conozco, cuando alguien inclusive yo, toca el tema de su familia, las cosas se ponen mal.
Continué pensando y dándole vueltas a ese tema en el camino, trato de hablar de cualquier otro cosa con Louis pero es imposible concentrarme.
—¿Te parece si desde aquí caminamos? -Me dijo Louis mientras estaciona su carro afuera del bosque, junto a los demás, asentí-
Bajamos todos para encontrarnos con el bosque frente a nosotros, hace frío.
—¿Cuál es el plan? -Preguntó Chad-
—Tres hablarán con los dueños del negocio, mientras que dos estarán apuntando a lo lejos por si algo sale mal. -Decidí, todos estuvieron de acuerdo- Bien, digamos a los afortunados que entrarán.
—Ember, Chad y Jennifer. -Decidió Louis rápidamente-
—Gracias a Dios, me muero de sueño. -Chocó Nicky puños con Louis-
—Hey, ¿Y por qué nosotros? -Reclamó Jenn- Yo también estoy cansada.
—Lástima, tienes que pedir rápido para la próxima. -Le dijo Louis- Nosotros les cuidaremos la espalda desde lejos.
—Bien. -Dije firme- En marcha.
Cargamos las pistolas, la mía la puse detrás de mi pantalón que la cubría mi chamarra. Caminamos y caminamos, suerte que aún hay luz del atardecer, por fin paramos cuando vimos una cabaña de buen tamaño, que empiece el show. Nos vieron acercarnos, dos hombres con escopetas se pusieron de pie.
—¿Se les ofrece algo? -Preguntó uno de los hombres-
—Víctor Thieriot. -Hablé, sin que mi voz temblara y me escuchara ruda-
—No se encuentra. -Respondió de mala gana-
—No lo vamos a repetir dos veces. -Amenazó Chad, con su rostro molesto-
Lo dos hombres se voltearon a ver entre ellos, uno le hizo señas de que fuera por él. Pasaron unos minutos Esperamos hasta que se abrió la puerta de la cabaña, saliendo Víctor de ahí. Al vernos, su rostro fue de sorpresa, para segundos después borrarla frunciendo su ceño.
—¿Se les ofrece algo? -Preguntó serio, un poco fastidiado-
—Tienen buen negocio corriendo aquí Thieriot. -Le dijo Chad-
—Así es. -Asintió con su cabeza- ¿Se les ofrece algo? Porque si no, preferiría que se fueran rápido. -Dijo con la misma seriedad, no le causa ni la mínima gracia que estemos aquí-
—¿Qué te parece si bajas ese tono de voz? -Le preguntó Jenn- ¿O no sabías de la palabra amabilidad Víctor? -Víctor bufó- Queremos saber si este negocio suyo está controlado.
—¿Controlado? -Preguntó Víctor-
—Queremos saber si son alguna puta amenaza para nosotros. -Solté todo de golpe- ¿Lo es Víctor?
—No. -Dijo rápidamente- Esto es algo aparte de Zane Morgan, él no participa en esto. -Explicó- Solo somos amigos y yo cultivando nuestra hierba para venderla después.
—¿Los tienen aquí? ¿Sus cultivos? -Pregunté, negó-
—Bueno, no específicamente en la cabaña, mucho más escondido en el bosque. -Respondió-
Entre nosotros nos volteamos a ver, para decidir si creerle o no.
—¿Podemos pasar a ver? -Preguntó Chad, Víctor negó de inmediato-
—No. -Respondió- Siempre que ustedes están cerca, significa que el maldito oficial Styles y su equipo también, ustedes tienen un imán a ese oficial y no lo quiero aquí rondando mientras nos vigila. -Negó nuevamente- Lo lamento.
Rodé los ojos con fastidio, dándome la media vuelta para comenzar a caminar.
—Hey. -Me llamó Chad- ¿A dónde vas?
—Yo soy el maldito imán de ese oficial. -Les dije- Entren ustedes sin mi, estoy segura de que no pasará nada malo. -Dije segura mientras continúo caminando-
—No te quedarás sola. -Me dijo Jennifer al caminar junto a mi-
—Te mandaré a Louis y Nicky para que entren contigo. -Me volteé para decirle a Chad- Nosotras cuidamos el perímetro.
Fuimos por Nicky y Louis, ambos acompañaron a Chad a la cabaña para ver qué tal estaba el negocio de Víctor y sus amigos. Mientras que ambas nos fuimos a sentar a un árbol alejado, lo trepamos para ver todo desde una rama lo suficientemente fuerte para sostenerlas a ambas.
—Si sabes que Harry puede llegar en cualquier momento con sus patrullas, ¿Verdad? -Me preguntó Jenn-
—Desgraciadamente, lo sé.
Ambas callamos observando la cabaña desde ese árbol, comenzaba a anochecer.
—Ember... -Me llamó Jenn, volteé a verla-
—¿Sí?
—¿Qué pasaría si en serio llega Harry con patrullas? -Me preguntó al pasar saliva-
—No lo sé. -Me alcé en hombros- Supongo que iríamos a avisarles a todos.
—Genial. Porque es momento de que lo hagamos.
Volteé de inmediato, ¡Joder! Dos patrullas estacionándose a lo lejos. Ambas nos pusimos  atentas para observar quienes bajan de esas dos patrullas, el silencio es perturbador para la concentración. Se abrieron las puertas, bajaron dos oficiales, enfocamos las miradas.
—Puta madre. -Maldije- Es Harry.

La Criminal. Segunda Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora