Capítulo 24. No te vas a deshacer de mi.

1.6K 85 24
                                    

Nuestras respiraciones se mezclan, nuestras cálidas respiraciones chocando la una con la otra, su cálida mano sigue tomando de mi mejilla, viéndonos a los ojos, su mirada tan profunda, parece que se introduce en la profundidad de mi alma, me observa con tanta concentración. Esto está mal, tienes novio Ember, o bueno, algo así, pero de igual manera sigue estando mal, Harry solo está jugando conmigo. Tomé de su mano quitándola con gentileza de mi mejilla.
—No voy a entrar a este juego. -Negué con debilidad en mi voz-
—Esto no es un juego. -Me dice un poco firme, ya que me lo ha repetido muchas veces- Para mi no lo es.
—Actúas como si lo fuera. -Defiendo-
Se acercó más a mi, por un momento creí que este sería el momento en el que me besaría, pero no, no lo fue, solamente se acercó lo suficiente para casi chocar nuestras narices, tiemblo por dentro.
—No puedo juntar mis labios con los tuyos. -Dijo con su voz temblando- Porque has regresado con Zayn Malik. -Endurece sus gestos con molestia al pensarlo, permanecí callada a sus hechizantes palabras, no sé qué contestarle- ¿Qué? -Preguntó a mi silencio- ¿Acaso tú si querías besarme?
Rodé los ojos, tenía que arruinar este momento, empujé su cuerpo lejos de mi mientras que él carcajea resaltando sus perfectos hoyuelos, tiene que ser tan odioso.
—Casi me la creo. -Admití molesta- Ahora si, lárgate Harry.
—Vamos dulzura, no te enojes conmigo. -Dice queriendo esconder su risa entre dientes-
—No estoy jugando. -Amenacé ruda, aún tengo mi arma al alcance- Largo de mi casa ahora mismo.
—Dulzu...-Interrumpo-
—¡Largo Harry! -Grité con mi paciencia agotada, tomando de mi arma firmemente, él bajó su mirada a mi mano- Y mejor regresa con esa rubia que debe estar buscándote.
—¿Acaso estás celosa, dulzura? -Pregunta incrédulo-
—Joder Harry, el que tiene problema de celos es otro. -Dije molesta y completamente harta- Así que largo. Buenas noches, oficial. -Dije finalmente para que entendiera que ya se tiene que ir, bufa de nuevo, no tiene otra opción-
—Te recuerdo de nuevo dulzura. -Dice con toda su calma- No te vas a deshacer de mí.
Pasé saliva a sus palabras, se dio la media vuelta para comenzar a bajar las escaleras, me asomé a través de ellas para asegurarme que se vaya de verdad, lo hizo, arrancó en su carro. ¿Qué mierda acaba de suceder? Inclusive me duele la cabeza, de todo lo que ha pasado en una noche. No tardé en irme a la cama.
...
Mi celular vibrando fuertemente en el mueble me hizo despertar, visualicé con trabajos entrecerrando mis ojos el despertador, 8:20 am, ¿Quién marca tan temprano? Tomé mi celular con ojos cerrados, chocando con el despertador y cosas alrededor de él con mi mano, hasta que pude tomarlo, sin ver quién era, contesté.
—¿Sí? -Fue lo único que salió de mi boca con tanto sueño-
—¿Acaso estás dormida? -Preguntó esa voz que ya conozco- ¿No vendrás?
—Estoy suspendida, Jake. -Dije aún con los ojos cerrados, estando cómodamente en mi almohada-
—¿¡Suspendida!? -Preguntó de golpe y exaltado- ¿Por qué? ¿Qué hiciste? -Preguntó con rapidez. fruncí el ceño confundida a sus preguntas-
—¿Cómo que qué hice? -Pregunté doblemente confundida- Salir del hotel en la madrugada, te recuerdo.
—¿Qué? -Vuelve a preguntar con la misma confusión- ¿De qué me estás hablando?
Abro los ojos como bala, hilando todo esto y porque no tiene sentido, Jake me está marcando de la escuela, quien no sabe de mi vida de criminal, ¡No estoy suspendida de la escuela! No tengo porque faltar hoy, pero mi cerebro hiló ser una criminal y la vida diaria, y pensé que estaba suspendida por igual de clases. Vi la hora nuevamente, 8:22 am. ¡Mierda! ¡Voy terriblemente tarde! Me paré de un brinco.
—Ah.. -Dije aún en la línea- Perdón Jake, creo que estaba soñando. -Escuché como él carcajeó- Llegaré pronto. -Dije al colgar fugazmente- ¡Mierda!
Me duché en cinco minutos, me cambié en menos, hice toda mi rutina de la mañana en veinte minutos como máximo. Tocaron la puerta mientras acomodo todo en mi mochila, ¿Ahora quién? Bajé para abrir, dos oficiales con un hombre de pie frente a mi, fruncí el ceño al ver un camión que parecía de mudanza estacionado afuera de mi casa. ¿Qué carajo? Pero claro que reconocí a los oficiales, uno era el oficial Romero, junto con el oficial joven llamado Gunner. Los reconocí, ellos notaron mi rostro de confusión.
—Señorita Miller. -Tomó la palabra inicial Romero- El oficial Styles nos mandó a su casa. -Me dice, por alguna razón no me gusta por dónde va esto- Urgentemente a arreglar su cocina al parecer. -Abrí mis ojos de par en par, por un momento se me había olvidado que la cocina está destrozada, no había entrado desde anoche, me tomaron por sorpresa sus palabras-
—¿Ahorita? -Pregunté, es un mal momento-
—Así es señorita. -Asiente Romero- Traemos todo lo necesario en ese camión. -Señaló detrás de él- Pero nuestro jefe nos indicó lo urgente que era.
—Aprecio lo que hacen. -Expliqué- Pero ahorita mismo no puedo, voy de salida... -Interrumpe Romero-
—Pero usted no hará nada. -Se alza en hombros- Nosotros arreglaremos todo. -Lo observo dudosa, ¿Confiaré en algo que ha mandado Harry?-
—No me gustaría que estuvieran en mi casa mientras no estoy. -Dije seria- Así que no. -Quise cerrar la puerta cuando el pie de alguno la detuvo, lentamente volví a abrir, ha sido Romero-
—Ember. -Me habla por mi nombre- Creo que ya a este punto ambos sabemos cómo se puede llegar a enojar Harry, y ninguno de los dos queremos eso, ¿O sí? -Pasé saliva, tiene razón- Créeme que a mi me importa un carajo si tu cocina está de cabeza o no, pero tengo órdenes. -Dice firme, se le había terminado su encanto de un oficial pasivo- Así que déjanos arreglar tu cocina para que él esté contento y por ende todos nosotros también.
—No tienes de qué preocuparte, la dejaremos como nueva. -Dijo Gunner para tranquilizarme-
Pensé ligeros segundos, cuando abrí por completo la puerta, extendiendo mi mano señalando la cocina.
—Que sea rápido, por favor. -Pedí-
Ellos asintieron, se comenzaron a adentrar a mi casa con algunas cajas, no tengo tiempo para verlos, subí rápido por mi mochila y salí de la casa en mi carro a gran velocidad. Llegué rápido, tal vez la vez que más rápido que he manejado para la escuela, entrando prácticamente corriendo. Todos mis amigos me bombardearon con preguntas "¿Por qué llegaste tarde?" Básicamente esa fue la pregunta con la que me bombardearon, mi respuesta siempre fue la misma; "No puse el despertador", y así se acababan las preguntas fácilmente. Las clases pasaron rápido, claro, ya me había saltado casi toda la mañana, así que en un abrir y cerrar de ojos ya me encuentro manejando de regreso a casa.
Hoy, segundo día de suspensión, probablemente Zayn pasaría un rato a verme por la noche. No hice mucho en la tarde, se me hizo eterna, nunca estoy en casa entonces me encuentro con un gran dilema de cómo acabar con el aburrimiento. Llegó Zayn alrededor de las 6:00 p.m, con gusto y cariño lo recibí, estuvimos algunas horas en la sala platicando, después subimos, nos encontramos en mi habitación tirados en la cama, hablando de todo lo que se nos pudiera ocurrir.
—No me digas que lloraste con esa película. -Dije incrédula, él me pegó con cariño en mi pierna para que le dejara de hacer burla- ¿Lloraste con Titanic, Zayn? -Pregunté riendo, él rió por igual-
—Cállate. -Defendió- Tienes que admitir que es demasiado emotiva.
—Lo es. -Le di la razón- Pero no creí que fueras de llorar con esas películas.
—Eres una exagerada. -Dijo negando- Ha sido con la única película que he llorado en mi vida, y solo fue en la parte donde deja caer a Jack al mar. -Dijo al recordar- Y fue porque estaba en mis días. -Solté la carcajada fuerte, me encanta que me haga reír con sus ocurrencias, él rió junto a mi- Que te calles. -Trata de sonar serio, pero la risa le gana por igual-
Mi celular comenzó a sonar desde el buró, ambos volteamos a verlo, traté de calmar mi risa lo cual es difícil, él ríe al ver que no puedo, me senté en la orilla de la cama para atender.
—¿Sí? -Dije con mi última pequeña risa para ya calmarme-
—Ember, ¡Qué mierda! -Exclamó con un grito, fruncí el ceño, vi el identificador y así lo pegué al oído de nuevo-
—¿Qué pasa Jennifer? -Pregunté confundida a su agresividad, se escucha demasiado ruido donde ella se encuentra, apenas puedo escuchar-
—¿Qué mierda le hiciste al oficial Styles?

La Criminal. Segunda Parte.Where stories live. Discover now