—Deja de llorar maldita sea. -Le digo a mi reflejo espantoso con el maquillaje corrido en el espejo del baño- No lo vale. -Por más que me niego a dejar de llorar, es cuando más quiero hacerlo. ¿Cómo fui tan estúpida? ¿Cómo nunca lo noté?- Fuiste tan estúpida. -Me dije a mi misma-
Salpiqué mi rostro con agua helada del lavabo para limpiar todo el maquillaje ya corrido, me sequé con una toalla, me volví a ver en el espejo, mierda, un desastre total, siempre que lloro mis ojos se hinchan como sapo, que horror. Mientras me veo, trato de recordar y hacer memoria los días que veía a Zayn o que venía a mi casa, ¿Alguna vez hubo señal alguna de que me engañaba? No, en lo absoluto, ni siquiera usaba el celular para concentrarse en estar conmigo. El recuerdo de él me inunda y regresa mi vista borrosa, automáticamente tengo que dejar de pensar en Zayn para no volver a llorar. Fue cuando entró a mi mente todas mis cosas que él tiene, sé que he dejado suéteres, ropa y hasta ropa interior en su casa, digo, fuimos novios un buen rato. Fui rápido a mi buró a abrir un cajón, es el cajón de Zayn, él lo había elegido cuando éramos novios desde la primera vez, lo abrí, el fuerte olor a su loción volvió a inundar mis ojos. Dos suéteres, una bufanda, un gorro, ropa interior y algunas cosas más que había dejado con el tiempo, extendí frente a mi su suéter que siempre me encantó como se le veía, gris y largo, comencé a derramar lágrimas de nuevo, lo olí, es él totalmente, no tiene escapatoria ni en mi propia casa. Lo guardé, es mucha tortura para mi. ¿En qué momento regresó Gigi a él? Es la pregunta del milenio en mi cabeza, incluso me comenzó a doler de tanto bombardeo de preguntas sin respuestas. Hasta que por fin, mi cabeza se fue en blanco, como si un hoyo negro se hubiera comido todo en lo que estaba pensado, dejando una pista solamente, una pista que dejé pasar, un pista que estuvo frente a mi. La psíquica y sus palabras "Te guarda secretos". ¡Mierda! Azoté mi puerta del baño del coraje, era eso, ¿Cómo fui tan ciega? ¡Era eso! ¡Era que Zayn no quería que la psíquica leyera que me estaba poniendo el cuerno! ¿Aunque lo estaba? ¿Ya es seguro? ¿O qué tal que solo la fue a ver una vez? Puta madre, debo dejar de pensar y justificarlo. Además yo no tengo voz, pensando y viendo a Harry constantemente no me convierte en una santa tampoco.
Antes de tomar una siesta para quitar este dolor de cabeza e irme a Magnium, otra personita entró en mi cabeza. Ya lo dije en voz alta, siento cosas por él, ¿Es en serio? Claro que lo es, si no no tendría ésta sonrisa tan estúpida en mi.
..
Hora de cometer crímenes, aunque debo admitir que me siento de la mierda como para ir. Manejé hasta el gran edifico estacionándome donde siempre. Subí hasta mi ofician para dejar mi bolsa y acomodar algunas cosas. La secretaria de Mark (Angelina) me avisó que Mark estaba buscando por mi, fui a su oficina de inmediato. Abrí la puerta después de tocar y que respondiera "pase".
—Me estabas buscando Mark. -Le dije al ponerme de pie fente a él, sentado en su escritorio, está viendo algo en su computador con cierta concentración, fui ignorada por algunos segundos hasta que decidió voltearme a ver-
Quedó un poco atónito al ver mi rostro tan hinchado quiero suponer.
—Zayn me ha pedido toda la próxima semana para faltar. -Fueron sus primeras palabras- Tenía todo su ojo izquierdo morado, con su labio abierto cuando vino a avisarme. -Pasé saliva, no me gusta por donde va esto- Me imagino que tú tienes una idea de lo que está sucediendo con él. -Asumió- Te escucho.
—Zayn tuvo sus razones. -Respondí tajante- No me corresponde saberlo. -Alzó sus cejas a mis palabras-
—Tengo entendido que están juntos de nuevo...-Interrumpí-
—Estábamos. -Le corregí, dejándolo callado un poco sorprendido, entendió que es algo de lo que no quiero hablar-
—Miller, no entiendes lo grave que es esto para mi. -Me explicó- No me puedo dar el lujo de dejar que un criminal tan importante como lo es Zayn, se tome sus vacaciones y esté al aire libre como el guste. -Niega con su cabeza, cuando paró, de repente abrió sus ojos como plato posándolos en mi- ¿O acaso tú le hiciste eso en su ojo?
—¡No! ¡Por Dios no! ¿Por qué todos asumen eso? -Pregunté un poco molesta- No soy tan agresiva. -Me echó una mirada obvia- Bueno tal vez un poco. -Defendí- Pero no, no fui yo.
—¿Y bien? -Alzó sus manos en busca de respuestas- ¿Quién fue?
—Nadie de quien preocuparnos. -Me alcé en hombros-
—________... -Iba a comenzar a darme algún discurso cuando lo interrumpí-
—Mark, tú sabes lo misterioso que es Zayn, todo esto se dio en una de sus escapadas que se da siempre y no regresa en unas largas horas. -Dije tratando de que sonara convincente- Sabemos que solo Dios sabe en cuantos problemas estará metido. -Me alcé en hombros- Y yo ya no podía soportar eso.
Permaneció callado, entrecerrando sus ojos viéndome, analizándome y analizando cada palabra que dije, pues al parecer me creyó, no preguntó más y me dejó ir. Mark nos pidió que hiciéramos algunas cosas básicas en el mismo edificio, debido a que no habría misión hoy.
—¿Qué les parece ir a la ya restaurada casa de mi tío éste fin de semana? -Preguntó Henrie mientras todos salíamos al estacionamiento-
—No lo sé amigo. -Dijo Nicky- Esa casa está maldita. -Reímos-
—Suena bien. -Dijo Liam- Yo me apunto.
—Yo creo que todos, ¿No? -Dijo Max al voltearnos a ver, todos asentimos- Ahí está, solo Zayn no está.
—Por cierto, ¿Dónde está? -Preguntó Chad, automáticamente todos me voltearon a ver, poniéndome nerviosa, mierda, ¿Ahora qué se supone que les diga?-
—Ah...-Tartamudeé ligermente- No lo sé. -Fui sincera, porque realmente no lo sabía- No hemos tenido una buena comunicación.
Todos notaron lo incómoda que me puse, por eso mismo cambiaron de tema de inmediato, menos Louis y Liam, debido a que son los mejores amigos de Zayn, se me quedaron viendo sospechosamente, obviamente no me creyeron, pero no quisieron decir nada.
—Entonces es un hecho. -Dijo Henrie al llegar a su carro- ¿Nos vemos mañana aquí y de aquí partimos todos? -Todos asentimos-
—Suena perfecto. -Dijo Alex entusiasmada-
—¿Y quién le dirá a Zayn? -Preguntó Liam, nuevamente todas las miradas volvieron a mi, hasta mañana les diría que no estamos juntos porque ahora no quería dar explicaciones-
—Yo le diré. -Sonreí forzadamente-
Todos nos dirigimos a nuestros carros, nos despedimos para mañana vernos. Comencé a pensar en qué llevaría en mi maleta para despejarme un poco, lo logré. Al llegar, me estacioné donde siempre para bajar y abrir mi reja, hasta que otro ruido más me acompañó, otras llaves se escucharon a lo lejos de mi, paré de girar la llave para voltear.
¿Alguna vez han sentido como el tiempo se detiene pero al mismo tiempo esa persona se sigue moviendo? Bueno, así fue como pasó, de repente sentí todo en cámara lenta menos su caminar hacia mi, esas mariposas volvieron a mi estómago, piernas y todo mi cuerpo apoderándose de el, una estúpida sonrisa se quería aparecer en mi, pero la estaba deteniendo para no verme tan estúpida. Lo veía con más claridad al acercarse cada vez más, y así recordé lo lastimado que estaba por igual de su cara, su pómulo totalmente morado con una pequeña venda color blanco para cerrar su apertura que apneas se alcanzaba a ver. Una sonrisa ya estaba en su rostro, una tímida sonrisa que mostraba sus hoyuelos, paró al estar a cierta distancia donde pudiéramos apreciarnos bien. Ambos nos quedamos mudos, con una tímida sonrisa en nuestros rostros.
—Dulzura.
—Oficial. -Respondí serena-
—Quería pasar a verte. -Dijo al remojar su labio inferior- Y vengo a pedirte ayuda. -Fruncí mi ceño con confusión a sus palabras, el lo notó- ¿Podrías ayudarme con mi herida?
Quitó su saco y abrió su camisa de oficial para dejarme ver su herida del apuñalamiento de Zayn, estaba con una venda blanca ya cubierta de sangre, se cubrió nuevamente, sonreí por algún motivo. Comenzó a caminar lentamente hacia mi, pasé saliva, me puse muy nerviosa, pero el camina con su misma seguridad y firmeza de siempre, a tal punto de estar tan cerca como siempre, mezclándose nuestras reparaciones y viéndonos a los ojos. Me observa con tanta delicadeza y tomándose su tiempo.
—¿Gustas pasar? -Le pregunté rompiendo el silencio, aún sintiendo su respiración tan cerca de la mía-
Sonrió al oír mis palabras, subió su cálida mano a mi mejilla, me derretí por dentro, comenzando a acariciarla con tanta delicadeza.
—Será un placer, dulzura.