—Nos van a matar.
Una bolsa negra no me deja visualizar absolutamente nada más que la obscuridad de ella.
—Nos van a matar. -Repitió-
—Cierra la puta boca.
—¡Sabía que sería muy peligroso traerlos a ustedes como rehenes! -Dijo aún más angustiado- Nos van a matar.
—No lo harán. -Dije segura- Ya lo hubieran hecho, ellos quieren algo.
—¿¡Cómo mierda ustedes van tan calmados?! ¡Nos cubrieron los ojos! -Dijo otro oficial ruso-
—Oficial si no se calla, no sé cómo le haré pero voy a partirle su puta madre.
Calló de golpe. Nos habían dividido en las grandes camionetas que traían, no había logrado distinguir quiénes iban conmigo, más que a Max que había callado al oficial tan desquiciante. Callaba y callaba, cuento en mi mente los minutos que llevamos, trato de analizar todas las curvas con ojos cerrados, ¿A dónde nos estarían llevando? ¿Y que querían?
—Nos van a matar. -Repitió con miedo-
—Ojalá solo a ti para que aprendas a callarte mal parido.
La voz de Zayn la reconocería fuera donde fuera, me calmó escucharlo, inclusive sentí un peso menos en mi pecho, uno más de los míos, espero que hayan más, porque al parecer de los rusos vienen algunos. Callamos durante todo lo que faltaba, alrededor de una hora. Fue un camino eterno. Sentí la camioneta frenar, y así bajándose los hombres encapuchados a abrir las puertas.
—Abajo. -Dio la orden-
Nos fueron bajando, estando esposados y aún con la bolsa negra cubriendo nuestras cabezas, siento cierta desesperación. El frío de Londres como lo extrañaba, más no para una situación cómo ésta.
—Caminen bastardos.
Comenzaron a guiarnos con empujones, siento terracería, rocas, o pasto al pisar, como si estuviéramos en un bosque. Nos fueron empujando alrededor de otros diez minutos.
—Por favor señores, se los suplico, podemos entregarles a los criminales, nosotros somos oficiales de la embajada rusa y ...
Calló al ser golpeado, escuché que había sido con un arma, en la cabeza por el ruido tan hueco. Yo seguía en silencio. Por fin llegamos, o eso quiero suponer al estar parados oyendo como abría al parecer un garage. Nos fueron metiendo con brusquedad.
—¡Por favor! -Suplicó otro oficial-
—¡Que cierres la puta boca! -Gritó Louis-
Escuché un alboroto con golpes, ¡Mierda! No veo un carajo. Cuando sentí un fuerte golpe en mi pómulo dejándome inconsciente.
...
Comenzó a abrir sus ojos con lentitud, la vista nublada y borrosa con un enorme dolor de cabeza. Se quejó. Fue tratando de abrir cada vez más sus párpados para visualizar la escena. Todos atados a diferentes tubos enormes que pegaban al techo, parecían postes, específicamente dos por tubo, dándose la espalda uno con otro. Quiso moverse con desesperación pero fue inútil. Nos visualizó a todos nosotros, y después en donde nos encontrábamos, parecía una fábrica abandonada, hecha pedazos por todas partes donde no se encontraba nadie más, solo nosotros, con casi todo obscuro dando a suponer que era la madrugada total. Lo extraño era, que donde nos encontramos atados, había una luz, luz tenue para que nos lográramos visualizar todos. Solo un foco encima de nosotros.
—¿Y ahora qué haremos Jov? -Preguntó su compañero amarrado de espaldas a él, acabado de darme cuenta que Jov es el nombre del líder-
—No sé. -Responde angustiado al pasar saliva- ¿Qué ha pasado?
—¿Que qué ha pasado? -Preguntó Louis en voz alta sarcásticamente en otro de los grandes tubos- ¡Que ustedes no cerraban su maldito hocico y por eso nos noquearon hasta atarnos!
—Cierra la boca Louis. -Dio la orden Zayn-
—Ustedes son crimínales. -Dijo uno de los hijos de puta- ¡Sáquenos de aquí!
Nosotros reímos con gran sarcasmo.
—No hay manera de escapar, oficial. -Le dijo Max-
—Y en todo caso de que pudiéramos hacerlo, ¿Son tan inocentes pensando que también los desataríamos a ustedes? -Preguntó con lástima Nicky-
—Estamos atados. -Dijo obviamente Jenn- No hay manera. -Repitió-
—¿¡Qué quieren ellos!? -Preguntó Jov nuevamente angustiado, comenzó a moverse con frustración, siendo en vano-
—Matarnos. -Respondí de golpe, todos callaron, pasé saliva.
—Habías dicho que no querían eso.
—Me equivoqué. -Admití- Lo que quieren es matarnos, y como ustedes venían cuidándonos, a ustedes también los mataran para que no haya testigos.
Los oficiales comenzaron a frustrarse, mientras que todos nosotros nos encontramos en una paz interior increíble, si ya nos van a matar, ¿Qué se supone que haríamos?
—Estamos completamente jodidos. -Dijo Nicky al dar un suspiro-
—Esto no está pasando. -Dice Henrie-
Una, dos, tres horas calculé, el tiempo que estuvimos atados a los molestos tubos. La última hora no le he quitado los ojos de encima a Jov, que se encuentra en una línea recta de mi, alejado.
—¿Tienes familia?
Todos voltearon a verme, inclusive mi equipo. El oficial alzó su mirada, frunciendo su ceño.
—Te importa un carajo hija de puta.
—Hijo de .. -Interrumpo a Zayn-
—Sh. -Callé a Zayn- He preguntado si tienes familia. -Volví a preguntar sin quitar los ojos de él, me vio confundido-
—¿Por qué mierda me estás preguntando de mi vida? -Preguntó agresivamente-
—Probablemente sean nuestras últimas horas de vida. -Dije como si no fuera la gran cosa- Y siento que de la mejor manera en la que puedes terminar, es recordando a tu familia.
—Hijos de la vil puta. -Dijo aún más molesto- Por su puta culpa moriré.
—Te recuerdo que también nosotros. -Dijo Chad, lo ignoré-
—Hey, tú. -Le hablé a otro de sus hombres-
—Ni siquiera creas que me sacarás información maldita perra.
Busqué con mi mirada nuevamente a otro oficial, hasta parar en uno que había estado callado durante todo el vuelo, y seguía estándolo, tenía sus ojos cerrados tratando de encontrar calma, o eso quiero pensar.
—Tú. -Grité, abrió sus ojos lentamente para poder verme- ¿Tienes familia? -Volteó a ver a sus amigos para asegurarse de que le estoy hablando a él- Te estoy hablando a ti. -Dije obvia, todos callan a la escena, soltó un suspiro-
—Una niña. -Dijo en un hilo de voz, devastado tengo que admitir- Y una hermosa esposa.
—¡Cállate Andrey! -Lo regañó uno de sus compañeros- ¡No le digas nada a ésta maldita puta!
Todos reíamos a lo nerviosos que estaban los oficiales, segundos después callamos. De nuevo busqué con la mirada a Jov frente a mi éste me vio en el instante, con ira, tensando su mandíbula e inflando su nariz del coraje, mientras que yo lo veía con serenidad y una ligera sonrisa.
—¿Aún no entiendes cuál fue el problema de esto? -Le pregunté, todos voltearon a verlo, esperando su respuesta, sus amigos esperanzados que la tuviera- Le advertí a tu jefe que no se metiera con nosotros. -Frunció su ceño arrugando sus cejas a mis palabras, me puse de pie, al igual que todos después de mi, dejando las esposas y sogas con las que se suponía estuvimos amarrados en el piso, movimos las muñecas y el cuello en círculos quitando la tensión por tanto tiempo inmovibles, me acomodé mi chaqueta de cuero apropiadamente-
—¿Qué mierda... -En ese instante entraron todos los hombres encapuchados con algunas maletas, al llegar con nosotros se quitaron esas capuchas, siendo total extraños para los oficiales rusos-
—Aquí tiene señorita Miller. -Dijo al extenderme una pistola frente a mi, la tomé, y así cargándola rápidamente-
—¡Ya era hora! -Dice Louis al cargar su rifle-
—Que bien se siente esto. -Dijo Zayn-
—Chicos, recuérdenme quien fue el único que me contestó si tenía familia. -Les dije a los oficiales-
Todos están en transe, en shock viendo todo lo que pasaba, viendo que ellos habían venido directo a nuestra trampa y que todo había sido montando. Disparé a uno de sus compañeros, matándolo al instante, todos comenzaron a alterarse.
—Destrózalos hermosa. -Me dijo Zayn-
—¡Hey! ¡Hey! -Pidió Jov en voz alta- ¡Por favor!
Volví a dispararle a otro.
—¿Alguien más que me haga el honor? -Volteé a ver a mis amigos-
Max y Louis cargaron sus armas disparándoles a otros dos oficiales, nuevamente disparé dándole a otro, solo quedan dos contando a Jov.
—Lamentamos haber usado la agresión hacia ustedes. -Dijo uno de los hombres que nos habían secuestrando- Tenía que parecer real.
—Descuida hermano. -Le dijo Chad-
—¡Te ruego! -Gritó con fuerza Jov- ¡Por favor!
Lo observé unos momentos, escapé una sonrisa, comencé a encaminarme a Andrey, el único que había contestado mi pregunta, se ve aterrorizado, se encuentra derramando lagrimas desesperadamente, trata de moverse pero le es imposible. Me agaché a estar en cunclillas para poder verlo mejor.
—¿Quieres vivir? -Él llora, de una manera que me partiría el corazón si tuviera uno-
—¡Por favor! -Pidió- ¡No me...me...me mate!
—Hagamos un trato. -Le dije con paciencia- Te dejaré ir para que puedas ir a abrazar a tu pequeña hija y a tu hermosa esposa. -Dije segura de mis palabras- Si prometes ir a decirle a tu jefe todo lo que ha pasado.
—¡Lo prometo! ¡Lo prometo! -Repetía- ¡Lo prome...-Calló de golpe, me vio extrañado por unos momentos, ha calmado su llanto gracias al cielo- ¿Decirle a mi jefe? -Preguntó doblemente confundido-
—Es por eso que te estamos dejando ir. -Le dije obvia- Necesitamos que alguien vaya con la información para aterrorizarlos y tú has sido el único que se atrevió a contestarme cuando había preguntado algo. -Él me ve con terror, aún calmando su respiración- ¿Creíste que lo hacía por dolor a qué ya no vieras a tu familia de nuevo? -Solté una risa sarcástica siendo maliciosa para él- La misericordia es un don que Dios no me ha dado. -Dije aún con una ligera sonrisa- Espero que lleves la información correcta advirtiendo lo peligrosos que podemos llegar a ser, Andrey.
—¡Por el amor a mi hija que lo prometo! ¡Por favor! -Pedía- ¡Lo juro por Dios! ¡Lo juro!
Sonreí satisfecha. Saqué una navaja, comenzando a cortar lo que sostenía sus manos al gran tubo. Lo logré.
—Tienes poco tiempo.
—¡Andrey no me dejes solo! -Le ordenó fuertemente Jov-
Desvaneció como aire al correr tan rápido para lograr salir de ahí. Me comencé a acercar a mis amigos, que estaban preparándose como siempre con las armas necesarias, y fumando.
—Si me van a matar háganlo ahora. -Volteamos a verlo todos, creando un ambiente de silencio mortal-
—¿Crees en el karma Jov? -Pregunté al prender un cigarro en mi boca, pasó saliva, temiendo por su respuesta-
—Sí.
Saqué el humo con lentitud.
—Tú ya no eres asunto mío. -Éste sigue viéndome con confusión- ¿Te acuerdas del amigo al que le pegaste en el avión?
—¿Qué..-Calló de golpe, cerró sus ojos, sabiendo perfecto a lo que me refiero- No. -Comenzó a negar con su cabeza- No, no, no. -Repetía- Por favor.
—Es todo tuyo, Liam.
Todos volteamos a verlo, se encuentra con una sonrisa serena, cargando un hacha en sus manos.
—Esto será divertido.
..